domingo, 18 de dezembro de 2011

De la identificación al síntoma y retorno

Identificación al sintoma Mónica Torres
http://www.bahiamasotta.com.ar/textos/2b4.htm


Entonces, la identificación simbólica es la identificación a los significantes amo del sujeto. Se llama alienación a la identificación fundamental del rasgo unario; pero hacia el final de su enseñanza Lacan va a plantear que el identificar o nombrar del fin de análisis supone una nominación que Lacan va a ubicar como identificación al síntoma, osinthome –voy a dejar como igual el síntoma en singular, al sinthome–.
¿Cómo entender entonces, esta cuestión de la nominación? Obligadamente tenemos que ir al Nombre del Padre. Sabemos que Lacan modifica su concepción del Nombre del Padre a lo largo de su enseñanza. En primer lugar pluraliza y habla de los nombres del padre, y luego va a situar la nominación por la vías del síntoma.
La fórmula del significante del Otro tachado expresa justamente la imposibilidad del Otro, para dar cuenta de la identidad sexuada del sujeto. A esta altura, hacia el final de la enseñanza, Lacan no lo va a llamar sujeto para no hablar de ese sujeto “sujetado” al Otro, que es como es definido el sujeto; ese sujeto sujetado al significante, sujetado entre dos significantes, el S1 y el S2. Entonces, al sujeto lo va a llamarparlêtre. Además Lacan va a plantear que no puede haber ninguna identidad por las vías del significante; si antes la solución era la identificación por la vías del significante –que era una identificación que tenía que ver con el Otro–, entonces  ahora va a plantear otro estatuto de la identificación.
Este concepto es problemático, porque ¿cómo entender a la vez el concepto de identificación al síntoma referido al fin de análisis como un quedarse sin Otro y sin embargo, seguir hablando de identificación? ¿Por qué seguir hablando de identificación?, ya que la identificación está pensada desde el comienzo y por eso importa al comienzo la relación al padre. En Freud la primera identificación se refiere al padre, pero hemos insistido, vuelvo a repetirlo, que Lacan lee la primera identificación freudiana desde la segunda, y por lo tanto el padre queda reducido a un trazo, a un rasgo que Lacan va a llamar Nombre del Padre; no el padre sino el Nombre del Padre.
Recomiendo en este sentido un artículo de Eric Laurent, que se llama “Síntoma y nombre propio”, que está publicado en los Cuadernillos de Psicoanálisis de la Escuela Europea que se puede conseguir en la biblioteca de la EOL. Aquí es donde Eric Laurent nos dice que la identificación se separa del amor y es anterior al amor, que en la primera identificación el lazo caníbal con el padre, es decir, la incorporación, se ubica más allá del amor; que en la segunda identificación el Otro se reduce a un trazo y que en la tercera identificación es aún más claro este prescindir del amor por el Otro.
La tercera identificación, sabemos que es la identificación histérica en la que no importa mucho quién mandó la carta, ni el lazo de las colegialas entre sí, importa la identificación y no el amor por las otras colegialas o por el que manda la carta. ¿Por qué digo esto ahora? Porque esto podría ser el antecedente de lo que luego será la identificación al síntoma. Porque la identificación al síntoma también es la identificación a un trazo, pero para entender de qué trazo se trata es necesario establecer, relacionar, los conceptos de nombre y padre tal como Lacan los trabaja en la última parte de su enseñanza, donde, justamente, no se trata del concepto de Nombre del Padre.
El trazo tiene relación con el escrito y por eso Lacan toma como ejemplo paradigmático de lo que va a plantear, a Joyce. Porque Joyce hace ver lo que tienen en común el nombre propio y lo escrito; lo que tienen en común es que son intraducibles. La escritura de Joyce es especialmente intraducible. El nombre propio es aquello que del escrito no se traduce, o del trazo que no debe ser leído, y sabemos que el síntoma en la enseñanza de Lacan se va a volver nombre. Se vuelve nombre y podríamos decir, nombre de goce, justamente porque recoge los intereses de goce del sujeto. Tomemos como ejemplo el modo en que Lacan introduce en Joyce, el síntoma, la cuestión del nombre propio. El nombre propio llega para compensar, —como bien sabemos— el hecho de que el padre de Joyce no ha sido jamas para él verdaderamente un padre. Por eso Joyce se ha sentido imperiosamente llamado a valorizar el nombre propio a costa del padre. "Hacerse un nombre" hay que comprenderlo en un sentido muy amplio, no se trata sólo de la notoriedad, ni tampoco dice Laurent, de una cuestión individualizante, como podría ser "yo soy el estudiante de psicología". Se trata de una operación que va a afectar todo el sistema del lenguaje. Por ejemplo, en el caso de Joyce es claro que afecta a toda la lengua inglesa. Pero en el caso de cada uno hacerse su propio nombre va a afectar todo el sistema del lenguaje de cada sujeto.
Entonces, Lacan va a ir desde la identificación, que aparece como fundante en Freud y que tiene un aspecto relacionado con el ideal, para terminar por situar la nominación por la vías del síntoma. La identificación al síntoma, entonces, significa tener que arreglárselas con el síntoma como partenaire. El síntoma es el partenaire con el que elparlêtre tendrá que vivir desde el fin de análisis. Lo podemos decir de muchas maneras, de maneras más poéticas por ejemplo, que es el momento en que el sujeto ya no tiene más preguntas, no tiene preguntas que dirigir al Otro; el momento en que la rosa es sin por qué, o dicho de otra manera, es así porque es así. El sujeto ya no se está preguntando por qué a mí, por qué fue de esta manera, por qué mi padre tal cosa, por qué mi madre tal otra, por qué me tocó a mí. El sujeto tiene que abandonar un poco esas preguntas, de lo contrario no hay fin de análisis posible; tiene que irse con un "es así porque es así", se acabó este “¿por qué es así?”, —que es la protesta continua— este “¿por qué a mí?” y este “¿por qué así?”. Y tiene que saber arreglárselas con eso que fue así.
Porque ...¿el análisis va a cambiar la historia? Algo de la historia cambia y por eso Lacan dice que la historia va del porvenir al pasado. Es decir que lo que viene puede cambiar lo anterior de alguna manera. Pero al plantear el fin de análisis como identificación al síntoma y no como atravesamiento del fantasma, es un cambio en Lacan desde lo que está planteando en “La lógica del fantasma”, respecto a lo que va a plantear en sus últimos seminarios donde no va a volver a hablar de atravesamiento del fantasma, sino del fin de análisis como identificación  al síntoma. Y el fin de análisis como identificación alsíntoma, en algún sentido, es menos entusiasta que el fin de análisis por atravesamiento del fantasma. Porque el atravesamiento del fantasma tiene algo de heroico, de epopeya, que no tiene la identificación al síntoma. Esto es algo que se encontró en la clínica misma, que Lacan encontró en la clínica; es algo que nosotros mismos encontramos en la clínica, sobre todo en la clínica del pase, porque la clínica del pase es justamente la clínica del fin de análisis, donde la gente va a hablar de su fin de análisis. Y lo que uno descubre allí, es que después del atravesamiento del fantasma, —que es un momento de relámpago, para decirlo en los términos que Lacan toma de Heiddeger— después de ese momento de relámpago, no es que se terminó la repetición, no es que se terminó el goce, no es que se terminó esa insistencia, pero algo tiene que haber cambiado.
Podríamos decir que en este sentido, todos somos sujetos joycianos, porque el síntoma en singular, el sinthome, le da un nombre al sujeto, le da un nombre a lo que no puede decirse, a lo que ya no va a poder decirse. Se trata de ponerle un nombre a aquello de lo que no van a poder decirse más cosas, no se va a poder seguir hablando de eso.
El nombre propio, entonces, no es un nombre a nivel del ideal. Esto es lo que Lacan trabaja  como la diferencia entre el Nombre del Padre y el padre del nombre. El padre del nombre es el nombre a nivel de la pulsión. Es decir, que hay una relación entre el padre y el síntoma. Los que hicieron el seminario con Mazzuca, seguramente habrán trabajado esto. No es lo mismo, sabemos, el padre que la función. La función es un lugar vacío que cualquiera puede ocupar. A ese cualquiera que puede ocupar el lugar de la función del padre lo llamamos síntoma en la ultima parte de la enseñanza de Lacan. Por ejemplo, en la clase del 21 de enero del '75 del Seminario 22 RSI, aparece la noción del “padre síntoma”.
Este “padre síntoma” no es el significante del Nombre del Padre, es una versión del padre que es diferente de la del significante del Nombre del Padre. Es más, si podemos hablar de versiones del padre en plural, es a partir de esta última parte de la enseñanza de Lacan, sino tendríamos que decir que hay una sola versión del padre, que es el Nombre del Padre. La noción de “padre síntoma” la trabaja Lacan a partir de formular que el padre mismo tiene un síntoma, que es que hizo de una mujer la causa de su deseo. Es la misma clase donde Lacan habla de la mujer como síntoma del hombre, es decir que hay una correlación entre el “padre síntoma” y la “mujer síntoma”.
Esto es a lo que apunta la clínica de los nudos cuando el padre queda situado como cuarto y anuda los otros tres RSI. Sin embargo, es verdad que Lacan no termina de abandonar la cuestión de hablar de Nombre del Padre. Por ejemplo, en la clase del 15 de abril del 75’ de RSI dice, “Es preciso lo Simbólico para que aparezca individualizado en el nudo ese algo que yo no llamo tanto el Complejo de Edipo — no es tan complejo como eso—yo llamo a eso el Nombre del Padre, lo que no quiere decir nada más que el padre del nombre [...] no solamente el padre el padre como nombre, sino el padre como nombrante.”
El padre síntoma entonces, de alguna manera es aquél que hace de una mujer su síntoma es decir, toma como causa de su deseo a una mujer. Insisto en que no necesariamente se trata del padre de la realidad, porque no es lo mismo el padre que la función. Esa función les decía, que puede ocuparla “cualquiera”. A ese “cualquiera” lo llamamos síntoma y por eso hablamos de este cuarto que anuda a los otros tres como síntoma o padre síntoma. Recomiendo para estudiar estas cuestiones la lectura del libro de Javier Aramburu El deseo del analista,y el libro de Roberto Mazzuca y otro titulado Las dos clínicas de Lacan, como así también un artículo hasta ahora inédito de Ana Ruth Najles que se titula “Identificarse al síntoma”.
La lógica del caso entonces, es situable más allá de la estructura clínica, hay un pasaje de las formaciones del inconsciente a la escritura, a la letra. El pasaje del Nombre del Padre al síntoma implica que el síntoma anuda lo simbólico, lo imaginario y lo real. Si bien excede este trabajo, me interesa señalar que el síntoma como cuarto, comosinthome y como nominación, conduce a Lacan por ejemplo, a ir desde una cadena de tres redondeles —como la que aparece en RSI— a plantear el cuarto nudo como síntoma. Tal como aparece en Joyce, el síntoma, el cuarto nudo es el que va a anudar los tres registros: Real, Simbólico, Imaginario. Entonces, Lacan va de RSI a Joyce, el síntoma.
El síntoma aparece ahora como necesidad de un cuarto que suple cierta falla del anudamiento de Real, Simbólico, Imaginario. Cierta falla del anudamiento que no es solamente para la psicosis, al contrario, siempre hay esta falla del anudamiento.
Lo que quisiera agregar es que durante la cura el analista ha ocupado ese lugar de sinthome para el analizante, en tanto suple con su presencia real la falla del anudamiento de las tres dimensiones que dan consistencia al parlêtre. Al terminar un análisis el sujeto reemplaza alpartenaire analista por el síntoma y se hace partenaire de su síntoma. Como habíamos dicho, todo lo que es el paradigma 6 –en la manera que Miller lee la enseñanza de Lacan– en su referencia al goce, nos muestra la lógica de la disyunción; y en el “no hay” nos aparece de nuevo el problema crucial del psicoanálisis, que es cómo incidir desde lo simbólico en lo real. Sabemos que la no relación llega a cuestionar la pertinencia de operar sobre el goce a partir de la palabra y que esto era el problema central de la estafa psicoanalítica.
Se nos abre entonces, el camino de la invención. La invención se refiere al uno por uno, a lo particular, al síntoma en singular, a la invención de un nombre propio de goce. La no relación sexual es justamente un atributo de la especie humana. El síntoma se inscribe en el lugar de la falta de partenaire sexual, de manera que cuando se establece esta relación con el Otro sexo es siempre sintomática, esta es una de las razones por las cuales partenaire y síntoma van juntos. Eso justamente va a ser el tema de nuestro próximo seminario que se va a titular “Las lógicas de la sexuación”.
Esto es todo por ahora.
Bibliografía
Freud, S.: “Inhibición, síntoma y angustia”, en Obras Completas, Amorrortu editores, vol. XX, Buenos Aires, 1980.—, “Pulsiones y sus destinos”, en op. cit., vol. XIV.—, “Psicología de las masas y análisis del yo”, en op. cit., Cap. VII, vol. XVIII.Lacan, J.: “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, Escritos I, Siglo XXI, Argentina, 1987.—, “Posición del inconsciente”, en Escritos II, Siglo XXI, Argentina, 1987.—,  El seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Paidós, Buenos Aires, 1981.—, El seminario, Libro 9, La identificación, inédito—, El seminarioLibro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1987.—, El seminario, Libro, La lógica del fantasma, inédito.—, El seminario, Libro 20, Aun, Paidós, Buenos Aires, 1981.—, El seminario, Libro 22, RSI, inédito.—, El seminario, Libro 23, Joyceel síntoma, inédito.—, El seminario, Libro 24 L’insu..., inédito.Miller, J.-A.: “Los seis paradigmas del goce”, en  El lenguaje, aparato del goce,Colección Diva, Buenos Aires 2000.—, La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, seminario inédito,1999.—, Los signos del goce, Paidós, Buenos Aires, 1998.—, El psicoanalista y sus síntomas, Colección Orientación Lacaniana, Paidós, Buenos Aires, 1998.Laurent, E.: “Síntoma y nombre propio”, en Cuadernillos de psicoanálisis de la Escuela Europea.Torres, M y otros: "De los síntomas al síntoma", Cuadernos del ICBA Nº1, Instituto del  Campo Freudiano, Buenos Aires, junio 2000.Aramburu, J.:  El deseo del analista, Tres Haches, Buenos Aires, 2000.Mazzuca, R., Schejtman F. y Zlotnik M.:  Las dos clínicas de Lacan, Introducción a la clínica de los nudos, Tres Haches, Buenos Aires, 2000.Najles, A., “Identificarse al síntoma”, inédito. Russo

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