domingo, 22 de setembro de 2013

Entrevista a Guy Briole -- Diario INFORMACIÓN de Alicante, sábado 29 de octubre de 2011





por Pino Arbeloa

"Los secretos de familia y las mentiras se traducen siempre en angustia y fracaso".
Guy Briole será el encargado de abrir hoy el Seminario del Campo Freudiano de Alicante. Defiende el psicoanálisis como "una forma de contribuir a la dignidad de los hombres" y lo aleja de mitos como que esta disciplina siempre trata de responsabilizar a los padres de todos los problemas de sus hijos. Guy Briole abre hoy en Alicante, en el centro Doctor Esquerdo, el ciclo formativo que desarrollará durante todo un año el Instituto del Campo Freudiano de Alicante.
Guy Briole dirigió durante muchos años el Hospital de Val-de Grâce, centro de referencia clínica en París. Entre los años 1988 y 2005 estuvo al frente del servicio de Psiquiatría del mismo centro. Briole es además miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, profesor de la Universidad de Paris VIII y asesor de la red 11-M de Madrid.
PINO ALBEROLA. Usted hablará en Alicante de la psicosis, ¿puede el psicoanálisis ayudar a curar patologías tan graves como un trastorno bipolar o una esquizofrenia?
Es una orientación que Jacques Lacan siempre ha dado a los psicoanalistas: "no retroceder ante la psicosis", es decir encontrar el modo de entrar en contacto con aquellos que, por sus miedos, su discurso extraño, su desconfianza, no consiguen simplemente, establecer un lazo social y, por eso, se encuentran excluidos. Pero tiene usted razón al utilizar el término "ayudar" puesto que, a menudo, el psicoanalista no puede él solo apaciguar o tratar el dolor moral, la angustia de aniquilación, pruebas terribles a las que se encuentran confrontados los psicóticos.

La manera de curar de un psicoanalista, ¿es muy diferente a la del psiquiatra?
Sí, pero también son complementarias. El psicoanalista se centra en una relación de confianza con su paciente en un trabajo relacional, a partir de la palabra. Es la herramienta que utiliza a partir de lo que ha aprendido en su propio análisis. Escuchar el sufrimiento del paciente, su relación con sus allegados, pero también, simplemente, con sus semejantes, debe permitir desenredar conflictos que se añaden al sufrimiento o, a veces, son la causa del mismo. El psiquiatra, del que se espera también que escuche a su paciente, se centrará más en el tratamiento de los síntomas. El psicoanalista apuntará más a que el sujeto se haga actor y responsable de su vida.

Palabra frente a medicamentos, ¿esta frase podría resumir las diferencias entre ambas disciplinas?
No se trata de la palabra contra los medicamentos. Cuando es necesario, trabajamos en coordinación con los psiquiatras o los médicos que prescriben medicamentos. Cada uno tiene su lugar y función, y cuando cada uno respeta el lugar del otro, el enfermo se orienta muy bien. La relación con el psicoanalista permite también a los pacientes implicarse y responsabilizarse más respecto a su tratamiento farmacológico.

Hay gente que guarda cierto temor hacia el psicoanálisis porque dicen que te hace cuestionar hasta los fundamentos que creías más sólidos en tu vida, ¿qué opina?
Es verdad que el psicoanálisis sigue siendo, en este mundo en el que todo está reglado para el "bien de cada cual", una aventura. Es necesario cierto valor para lanzarse a ello. A veces, justamente, se trata de un enfoque que permite tratar cierta cobardía que puede resultar insoportable en la vida cotidiana. Para empezar un análisis es necesario sentirse, al menos, un poco responsable de lo que nos llega en la vida. En otras palabras, es necesario saber lo que uno quiere para su propia vida. El psicoanálisis permite eliminar obstáculos que impiden el desarrollo de proyectos personales.

Lo que no se habla o se cuenta, ¿nos puede llegar a destruir mentalmente?
Creo que usted va demasiado lejos proponiendo destruir. Pero de cualquier modo tiene usted razón al pensar que lo que está callado, los "secretos de familia", las mentiras, la sumisión a órdenes o promesas de callarse, van en contra de los deseos de un sujeto y reaparecen bajo una forma u otra: síntomas, malestar, angustias, conductas de fracaso, etc.

¿Los padres son siempre responsables de nuestra forma de afrontar la vida y los problemas?
Veo hacia dónde quiere ir. Va usted a decirme que los psicoanalistas hacen responsables a los padres de todo lo que va mal en sus hijos. No se trata para nada de esto. Recibir, hablar, trabajar con los padres no tiene nada que ver con culpabilizarlos. Pensamos que, por supuesto, el entorno en el que hemos vivido nos ha influenciado. En el crisol que constituye la familia, se han forjado nuestras personalidades, se han vivido emociones, sentimientos, a veces contradictorios: amor, odio; solidaridades, egoísmos; complicidades, rivalidades. Cada niño habrá reaccionado de forma diferente. Nosotros, psicoanalistas, tomamos en cuenta estos aspectos del entorno familiar tratando de despejar para cada sujeto, uno por uno, la parte que le corresponde de la manera en que ha llegado a ser lo que es.

El psicoanálisis, ¿está pasado de moda?
Me gusta su forma de plantear la pregunta utilizando la imagen de la moda. Es más elegante que anunciar, como ocurre desde que Freud inventara el psicoanálisis, su muerte certera o que está a punto de desaparecer. Los psicoanalistas trabajan sin cesar: en sus consultas, en los servicios hospitalarios, en las instituciones para niños, en las cárceles, en las ONGs, en la calle... Están allí donde sujetos que sufren piden que se les reciba y escuche. ¿Ante quién podemos quejarnos, confiar nuestro malestar sin que nos proponga un "prêt-à-porter" de felicidad para todos? El psicoanalista sigue trabajando "a medida". Cada uno es libre de querer fundirse en lo colectivo o de orientarse según su propio deseo. ¿Conoce algo que sea más moderno?

¿Por eso quizás molesta?
Exactamente. Entonces se lo estigmatiza, se lo desprecia, se intenta eliminarlo y, a veces, se consigue. Los psicoanalistas se movilizan para el reconocimiento de un estatuto de sujeto responsable para los niños, los autistas, los psicóticos, los excluidos, para todos aquellos que no están de acuerdo en sufrir la tiranía sea cual sea su forma. Se movilizan, en todas partes, para contribuir a la dignidad de los hombres.


EN CORTO
Usted fue asesor de la red 11-M de Madrid, ¿cómo se supera, desde el punto de vista de las víctimas, una catástrofe de este tipo?
Las víctimas de tal arbitraria violencia necesitan mucho coraje para sostener un trabajo sobre ellas mismas, a partir de lo que encontraron de inaudito, de insospechado y que estaba enterrado en lo más profundo de su ser. Para que esto sea posible, se necesita también alguien para acoger, con tacto y cuidado, este sufrimiento. En algunas ocasiones hacen falta años para cerrar esta brecha que ha irrumpido y se ha abierto en la vida de alguien.

¿Qué papel están jugando los psicoanalistas en este contexto de crisis?
El psicoanalista siempre está concernido por las crisis. Este es a menudo el motivo de consulta: un momento de crisis, una urgencia subjetiva, un desamparo, un desconcierto permanente. En su referencia a un «contexto de crisis», el psicoanalista hace lo que siempre hace: propone escuchar la singularidad de los efectos para cada uno del momento social, político, económico, al que está confrontado. El psicoanalista no consuela, no promete un futuro mejor. Tampoco se deja instrumentar por los poderes públicos para suplir sus fallos.

sexta-feira, 6 de setembro de 2013

LA PINCELADA SIMPLE. Shitao (1642-1707)

“Por lejos que vayan, por alto que suban, es necesario que comiencen con un simple paso”. “Para un ser humano lo más importante es saber venerar”. “Los ríos y las montañas me encargan que hable por ellos; han nacido en mí y yo en ellos”. “Grande es el don artístico para aquel de gran sabiduría, mediocre para el de sabiduría mediocre. Primero la mente debe abrazar al Uno para que el corazón pueda crear y mantenerse en la alegría. En estas condiciones la pintura puede penetrar la esencia de las cosas hasta lo imponderable”.
Éstas son algunas frases del pintor chino Shitao, (1642-1707), también llamado el “monje calabaza amarga”. Pintor, monje, poeta y calígrafo, Shitao escribió un tratado sobre las técnicas y filosofía pictóricas titulado "Acerca de la Pintura". En él hace hincapié en dos puntos básicos: el primero es el método de una pincelada (i-hua), entendiendo como tal no sólo la idea de primera pincelada, sino el concepto de unidad frente a lo múltiple. En esta pincelada se recoge toda la fuerza de la obra y ella debe expresar por sí misma el resto de la composición. De este primer principio se deriva el segundo, que es la ausencia de método, expresado en la siguiente frase: "El método es creado por la actividad de pintar, y las obstrucciones desaparecen durante la creación... así se revela el principio de la pintura y se comprende plenamente el principio de la pincelada única". Diríamos, como síntesis, que Shitao apunta a “hacer camino al andar” polarizándose, vaciándose, conociendo, por medio del ejercicio de la “pincelada simple” o el “rasgo único del pincel”. En el primer capítulo del tratado puede leerse:
“En la más alta Antigüedad no había reglas; la Suprema simplicidad todavía no se había dividido. Desde que la Suprema simplicidad se divide, se establece la regla. ¿En qué se funda la regla? La regla se funda en el Rasgo Único del Pincel [la pincelada simple].
El Rasgo Único del Pincel es el origen de todas las cosas, la raíz de todos los fenómenos; su función se manifiesta para el espíritu y se oculta en el ser humano, pero el vulgar lo ignora. Es por sí mismo que debe establecerse el Rasgo Único del Pincel.
El fundamento de la regla del Rasgo Único del Pincel reside en la ausencia de reglas que engendra la Regla, y la Regla así obtenida abarca la multiplicidad de las reglas. La pintura emana del intelecto: ya sea que se trate de la belleza de los montes, ríos, personajes y cosas, o que se trate de la esencia y carácter de los pájaros, de los animales, de la hierbas y de los árboles, o que se trate de las medidas y proporciones de los viveros, los pabellones, los edificios y las explanadas, no se podrán penetrar las razones ni agotar los aspectos variados, si al fin de cuentas no se posee esta medida inmensa del Rasgo Único del Pincel.
Por lejos que vaya, por alto que suban, es necesario que comiencen con un simple paso. De este modo, el Rasgo Único de Pincel abarca todo, hasta la más inaccesible lejanía; de diez mil millones de golpes de pincel, no hay uno solo cuyo comienzo y remate no resida finalmente en este Rasgo Único de Pincel, y su control sólo pertenece al hombre.
Por medio del Rasgo Único del Pincel, el ser humano puede restituir en miniatura una entidad más grande sin perder nada: ante todo y en tanto el espíritu se forme una visión clara, el pincel irá hasta la raíz de las cosas.
Los virajes del pincel deben ser de un solo movimiento, y la untuosidad debe nacer de los movimientos circulares, dejando al mismo tiempo un margen para el espacio. Los finales del pincel deben ser cortantes, y los ataques incisivos. Se debe ser igualmente hábil para las formas circulares o angulares, rectas y curvas, ascendentes y descendentes; el pincel va a la izquierda, a derecha, en relieve, en hueco, brusco y resuelto; se interrumpe abruptamente, se extiende oblicuamente, así como el agua rueda hacia las profundidades, así brota hacia arriba como la llama, y todo esto con naturalidad y sin forzar para nada.
Si el espíritu está presente en todo, la regla informará todo; si la razón penetra todo, los aspectos más variados podrán expresarse.
Abandonándose a la voluntad de la mano, de un gesto, se aprehenderá la apariencia formal tanto como el impulso interior de los montes y los ríos, de los personajes y los objetos inanimados, de los pájaros y las bestias, de las hierbas y los árboles, de los viveros y los pabellones, de los edificios y las explanadas, se pintará según su naturaleza o se interrogará la significación, se expresará el carácter o se producirá la atmósfera, se lo revelará en su totalidad o se lo sugerirá elípticamente.
Aún cuando no se sepa cómo fue llevada a cabo, la pintura responderá a las exigencias del espíritu.
Puesto que la Suprema Simplicidad se ha disociado, la infinidad de las criaturas se manifiesta una vez establecida la Regla del Rasgo Único del Pincel. Es por esto que se ha dicho: “Mi vía es aquella de la unidad que abarca lo universal” [cita de Confucio]

a partir de la versión francesa de Pierre Rychmans: Shitao:Les propos sur la peinture du moine Citrouille-amère. Paris, Hermann -Col. Savoir-, 1984.