sábado, 29 de dezembro de 2012

La epidemia silenciosa. Miquel Bassols (Barcelona)

La angustia -que no es lo mismo que el miedo, ni la depresión, ni siquiera el ataque de pánico con el que a menudo se la relaciona- se propaga cual pandemia en este siglo XXI. Más extendida de lo que podría pensarse, tal vez, precisamente, porque se vive en silencio. Un trastorno -o quizás una señal de alarma- de terapia incierta, que tiene relación con el deseo, y con nuestra percepción del Otro
Palpitaciones, sudor frío, escalofríos, temblores, mareo, ahogo, nudo en el estómago, sensación de locura, de muerte inminente... Son los signos más visibles del cuadro clínico denominado trastorno de ansiedad, en cuya clasificación encontramos desde el panic attack, pasando por el stress, hasta las fobias más diversas. Se ha convertido hoy en uno de los diagnósticos más comunes, asociado muchas veces al de depresión, hasta el punto que ha merecido el título de la epidemia silenciosa del siglo XXI.
Tal como nos recuerdan los gestores de la salud, es hoy una de las causas más frecuentes de baja laboral. Frente a su avance, tan sutil como imparable, se ha ido desplegando un amplio arsenal terapéutico: psicoterapias de diversas orientaciones, con técnicas de sugestión, ejercicios de relajación y de respiración, de confrontación y exposición repetida al objeto temido... Todo ello acompañado de la oportuna medicación con ansiolíticos, cuyo consumo ha aumentado en las últimas décadas de modo exponencial. Resultado: si bien se consiguen por una parte algunos efectos terapéuticos, pasajeros con demasiada frecuencia, por la otra la epidemia sigue avanzando de manera impasible, desplazándose de un signo a otro, como un alien que siempre sabe esconderse en algún lado de la nave vital del sujeto para reaparecer, poco después, allí donde menos se lo esperaba.
"Ya no tengo tanto miedo a volar en avión —me decía una joven que había utilizado uno de dichos métodos—, pero ahora siento un vacío tremendo cada vez que debo separarme de mi madre". "Es una espada invisible que me atraviesa el pecho", me decía un hombre, y era, en efecto, una espada de sinsentido que hendía cada momento de su vida cotidiana.
Constatamos entonces este hecho: cuantos más efectos terapéuticos se intentan producir directamente sobre los signos manifiestos de la epidemia, más esta retorna con signos nuevos. Y retorna para dejar al descubierto una experiencia que transcurre en silencio, una experiencia singular e intransferible que ya desde hace tiempo se ha llamado con este término: la angustia.
La experiencia subjetiva de la angustia es, en efecto, distinta e irreductible a ninguno de los signos que intentan describirla y que sólo nos indican algunas de sus manifestaciones. La experiencia subjetiva de la angustia permanece en el silencio más íntimo del sujeto como algo indescriptible, sin concepto, no se deja atrapar por gimnasia mental alguna, por ninguna sugestión más o menos coercitiva ante el objeto que la causa.
Más allá de los signos en los que se expande la epidemia silenciosa, el silencio de la angustia es, él mismo, un signo fundamental que recibe el sujeto desde su fuero más íntimo con estas preguntas: ¿qué quieres? ¿qué eres finalmente, tanto para aquellos a quien quieres como para ti mismo, una vez confrontado a ese silencio que te agita ensordecedor? El signo de la angustia toma entonces un valor de agente provocador, de esfinge que plantea a cada sujeto la pregunta más certera sobre su ser y su deseo. Tantos ideales largamente sostenidos y esa pregunta había quedado enterrada bajo su excesivo ruido.
La angustia se manifiesta entonces como el signo de un exceso, de un demasiado lleno en el que vive el sujeto de nuestro tiempo, inundado por la serie de objetos propuestos a su deseo. Es el signo de que hace falta un poco de vacío, de que hace falta la falta, como decía hace tiempo el psicoanalista Jacques Lacan en su seminario dedicado por entero a ese extraño afecto, La angustia.
Es interesante subrayar que la ciencia de nuestro tiempo ha detectado este exceso por su otra cara, más bien como un defecto, como una insuficiencia. Lo ha detectado en el denominado retraso genómico del ser humano, como la razón última de los crecientes signos de su ansiedad. ¿En qué consistiría este retraso? La civilización humana habría transformado el mundo con tal rapidez que nuestro soporte genético no habría dispuesto de tiempo suficiente para adaptarse a él. El reloj de nuestro organismo tendría así un retraso genético, anclado como estaría en sus respuestas a una realidad que ya no existe. Diremos por nuestra parte que sólo puede entenderse este retraso si lo consideramos con respecto al tiempo subjetivo que podemos definir como el tiempo de lo simbólico, el tiempo de una civilización que exige una satisfacción inmediata de las pulsiones, el tiempo de un mundo que exige cada vez más rapidez, más satisfacción inmediata, siempre un poco más... "Dios mío, dame un poco de paciencia, ¡pero que sea ahora mismo!", decía una historia que sigue la misma lógica que el sujeto que llega hoy angustiado a nuestras consultas. Este rasgo de urgencia temporal, de ahora mismo, tiene su traducción en un rasgo espacial, en un demasiado lleno. La realidad de la angustia es así una realidad a la que parece faltarle el vacío necesario para que este exceso no termine con su propia existencia, con su cohorte de objetos virtuales donde todo debe estar al alcance de la mano, sí, ahora mismo.
Deberíamos entender entonces el efecto llamado retraso genómico más bien como un efecto invertido de este exceso, producto él mismo de nuestra civilización, de su maquinaria simbólica. Es a este exceso de ruido al que responde el silencio ensordecedor de la angustia de un modo singular en cada sujeto. Y ante él, parece tan inútil huir como intentar adaptarse con formas más o menos coercitivas, más o menos sugestivas, que lo desplazan siempre hacia otro lugar.
La angustia, inevitable, hay que saber atravesarla tomándola como signo de la pregunta radical del deseo de cada sujeto sobre el sentido más ignorado de su vida. Pero para responder a esta pregunta, primero hay que saber dar la palabra al silencio de la angustia, hay que hacerla hablar en cada sujeto, uno por uno. Cosa nada fácil en un momento en el que sobran consignas y protocolos para silenciarla de nuevo. Solamente desde ahí, sin embargo, la angustia nos librará el sabio secreto del que es respuesta, aunque siempre sea con su tiempo de urgencia precipitada.
From: http://www.lavanguardia.com/cultura/20121128/54355912682/epidemia-silenciosa.html#ixzz2FvGdbUTH

sexta-feira, 28 de dezembro de 2012

Martirio católico para niños

Un párroco del Opus y dos monjas provocan una rebelión entre fieles de Zas por predicar la mortificación y el ayuno entre los pequeños de la catequesis

No le cuentes nada de esto a tus padres”. Cuando los niños en el municipio coruñés de Zas (5.219 habitantes) empezaron a confesar en casa la frase que las dos monjas de la parroquia les susurraban aprovechando el recogimiento espiritual, las familias se asustaron. Desde que estas mujeres se pusieron en septiembre al frente de la catequesis, los chavales, de entre 6 y 16 años, comenzaron a mostrarse temerosos con las religiosas y a caer en el llanto fácil, cuentan sus padres. Las hermanas, con la colaboración del párroco, Severo Lobato, miembro declarado del Opus Dei, distribuyeron un nuevo libro de preparación a la comunión que enaltece el sufrimiento de los pequeños fieles para servir a Dios y glorifica a Escrivá de Balaguer. Los ejemplos de vida a seguir según el manual son un niño soldado que se alistó en un ejército en defensa de Cristo y la Iglesia; el pequeño mártir San Tarsicio, que murió con una sonrisa en los labios apedreado por “los paganos”; o Montserrat Grases, una joven entregada al Opus Dei que falleció de cáncer de huesos entre inmensos dolores “sin perder el buen humor”.
A los menores se les ha impuesto un rígido control de asistencia a misa y un programa de acciones obligatorias que incluye el “ayuno de chuches y televisión”, rezar el vía crucis, “hacer un sacrificio por la salvación del mundo” o mantener una “sonrisa permanente”. “Si no los cumplen, las monjas les han dicho que el demonio entrará en su cuerpo y en su casa”, afirma una madre.
Según relatan varios vecinos de Zas, las religiosas han puesto en práctica también ejercicios de riesgo para los menores: como prueba de su confianza ciega en un ser supremo, los niños debían cruzar una carretera con los ojos vendados o mirando hacia el cielo. Aquel día, quienes presenciaron lo que las monjas llamaron “yincana”, se temieron una desgracia. Y la armonía entre los católicos de Zas, un pueblo de la Costa da Morte en el que no se recuerdan conflictos, saltó por los aires. Medio centenar de familias, que se declaran “católicas, apostólicas y romanas”, se niegan ahora a enviar a sus hijos a las clases de las hermanas y han montado una catequesis alternativa en el auditorio municipal. El veterano sacristán, con más de 20 años de servicio, dimitió y la mayor parte de las catequistas lo han dejado. Las abuelas de los rebelados, pese al disgusto por el daño que percibían en sus nietos, fueron incapaces de dejar de ir a la parroquia cada domingo. Pero en misa, lamentan, no encontraron misericordia. En uno de los oficios, escucharon al cura de Vimianzo proclamar desde el púlpito que todos los sacerdotes de la diócesis de Soneira habían firmado un documento en el que se comprometían a negarle los sacramentos “a los niños de ahí fuera”. “Eso no se hace con nadie”, afirma, indignada, una de las feligresas.
La petición de ayuda de los padres de Zas que se oponen a las prácticas de estas monjas, que califican de “fanáticas” y dañinas para sus hijos, no ha recibido respuesta de momento por parte de la jerarquía. El Arzobispado de Santiago, en boca de un portavoz, defiende a los religiosos y hace un llamamiento al diálogo “entre las partes”. “Hay temas personales, por eso va lento”, añade. El gobierno de la Iglesia gallega acepta los métodos de formación católica que emplean las religiosas de Zas con los niños y no cree necesario investigarlos. Sobre la incitación al ayuno, la jerarquía considera que “se adapta” al universo infantil porque se refiere, al menos en las enseñanzas que han dejado rastro por escrito, a las golosinas y la televisión. Sobre las instrucciones secretas que los pequeños deben ocultar a sus padres, el Arzobispado explica que son “dinámicas de confianza” habituales en las catequesis de toda España.
Las hermanas que han provocado el cisma en esta municipio de Costa da Morte pertenecen a la Fraternidad Reparadora en el Corazón de Cristo Sacerdote, un instituto religioso fundado en 1977 por Luis María Mendizábal, jesuita ultra, bien considerado por la jerarquía católica, al que la Conferencia Episcopal ha encomendado incluso cursos de formación de sacerdotes. Les llaman las “monjas azules”, por el color del hábito, y, aunque su “casa madre” está en Oropesa (Toledo) han empezado a desplegarse por parroquias de Galicia. El Arzobispado compostelano asegura que han impartido catequesis a niños en otras zonas como Camariñas y “no ha habido ningún problema”. Desde la congregación rechazan dar su versión del conflicto.
Los testimonios que han llegado a oídos de los padres de Zas son muy distintos. La madre de una de las religiosas de la Fraternidad, que denuncia que la congregación le restringe las visitas a su hija, llamó a Costa da Morte desde Extremadura para contarles su caso. También vive en un pueblo pequeño de población devota y confiada en la Iglesia. Cuando su hija se marchó al convento, ella halló en su habitación sus escritos de infancia y adolescencia, lo que pensaba y sentía cuando recibía la catequesis de las monjas azules. En ellos no leyó la historia de una “vocación”, dice, sino la de una “captación” por parte de las hermanas. Mientras relataba las prácticas que la Fraternidad desarrollaba con su hija y que ella, lamenta, no percibió a tiempo, a la madres de Zas les entró un escalofrío. “Era la misma estrategia maquiavélica que les aplicaban a nuestros niños. El objetivo es la confianza ciega en ellas, el control absoluto”, denuncian, asustadas.

 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/12/22/galicia/1356175495_104640.html

 

YO NO QUIERO VOLVERME TAN LOCO






ENTREVISTAS > ERIC LAURENT Y LA GUERRA CONTRA LA MEDICALIZACION DEL MUNDO

YO NO QUIERO VOLVERME TAN LOCO


Discípulo y paciente de Lacan, devoto de Freud y de la ciencia ficción, educado durante el París en ebullición de fines de los ’60, Eric Laurent es un psicoanalista –como muchos, pero nunca los suficientes– en pie de guerra con los sistemas de clasificación de patologías contemporáneos. Atención dispersa, depresión, bipolaridad, bullying, angustia, Ritalín: sin ir más lejos, la inminente quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Desórdenes Mentales de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría dictaminará que todos padecemos algún trastorno mental. Sin embargo, para Laurent, este movimiento que aspira a medicalizar a todo el mundo está en crisis. ¿Qué tienen que ver Obama, las mujeres y las prepagas con ello? De paso por Buenos Aires, él mismo lo explica.



 Por Pablo Chacon

Eric Laurent nació en París en 1945 y según propia confesión, era muy joven cuando empezó a leer a Freud en las pésimas traducciones de la Biblioteca Payot. Freud y la ciencia ficción eran sus dos pasiones. Freud y Clifford Simak, “tan próximos –dice–, a los clones de Houellebecq, la interpretación de los sueños y la histeria”. Laurent no hacía más que hablar del vienés a parientes y amigos. Pero los preocupados eran sus parientes. Al finalizar el liceo (nuestra secundaria), Freud fue expulsado de la biblioteca de Laurent. Sin dudar, se prometió retornar sobre su lectura cuando hubiera cumplido con el deseo parental. “Allí donde estaba con el pensamiento, en un lugar híbrido entre (Louis) Althusser y sus cursos de filosofía para científicos, la economía política, el sindicalismo estudiantil no orientado, me encontraba extraviado, inmovilizado. Era el momento de retomar el camino.” La época lo favoreció. Althusser escribía sobre Freud y Lacan. Laurent compró su primer ejemplar de los Escritos el mismo año de su salida, en 1966. Pero el libro permanecía cerrado. Un amigo le confirmó que Lacan existía, y que practicaba el psicoanálisis en París. El problema era que había que esperar mucho para obtener una cita. Animado, le pidió a su padre, diplomático, que intercediera por él. “Obtuve una cita para la vuelta de las vacaciones, el 12 de septiembre de 1967 a las 15.30. Todavía lo sé porque conservo la carta de respuesta de Jacques Lacan, y durante la semana que siguió a ese martes, lo vi todos los días para las entrevistas preliminares. Durante los primeros años, vi a mi analista no menos de cuatro veces por semana. No era fácil en 1968, pero yo no me perdía ni una sesión, ni una manifestación.” Pero el lugar de la práctica clínica estaba muy lejos de París. Las rutas del norte están desde el otoño llenas de neblina. “Yo continuaba mi ruta, la que fuere. La neblina era, después de todo, una buena metáfora de la marcha de la cura. No veíamos ni jota, pero continuábamos tomando algunas precauciones. La banda amarilla del costado de la ruta era la cuerda roja bajo la cual estábamos.” A buen puerto iba Laurent. Así, durante unos diez años, hasta convertirse en analista. Fue titular de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), en la actualidad es miembro de esa institución y uno de los pocos que conocen los sistemas de salud mental de la mayor parte del globo. Preocupado por extender el psicoanálisis incluso al campo de la “salud mental”, también es profesor de posgrado en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII, donde dictaron clases Michel Foucault, Gilles Deleuze, Alain Badiou y el propio Lacan. Este hombre que publicó numerosos libros –entre otros El sentimiento delirante de la vida, Ciudades analíticas, El goce sin rostro, Psicoanálisis y salud mental, Lost in cognition, El blog-note del síntoma, La psicosis en el texto, Entre transferencia y repetición–, recién llegado de El Salvador, recibe a Página/12 cansado pero siempre curioso sobre el curso de la política local. E igualmente crítico con el “espíritu de la época”, dominado por la técnica bajo el auspicio de los Estados Unidos: “En Irak –dice–, pasaron de un modelo de laboratorio al de país sin pensar en la gente. Esta concepción técnica del mundo no deja de producir catástrofes.” Laurent es un crítico riguroso de los sistemas clasificatorios rápidos que pueden terminar en diagnósticos equivocados y redundar en matanzas como la de la última semana en los Estados Unidos. Actualizado en neurociencias, lógica, matemáticas y filosofía, no ignora que un analista tiene que estar a la altura de la subjetividad de la época y no desfallecer en el intento por más que el contexto se haya vuelto cada vez más refractario a la cura por la palabra. Esta es la conversación exclusiva que sostuvo con Radar.
Se dice que habitamos una época donde todo se evalúa, se mide, se clasifica, se categoriza. Es decir, lo contrario a lo que pretende el psicoanálisis. ¿Esto es así?
–Efectivamente. La pregunta por la singularidad es el horizonte del psicoanálisis, incluso en el mundo contemporáneo, donde el sujeto está sometido a sistemas de clasificación, vigilancia y evaluación permanentes. Esos sistemas, en el campo de la “salud mental”, llamémoslo así, no pueden evitar los puntos de fuga y el malestar, no pueden abolir el inconsciente. Por esa razón, entre otras, existimos los psicoanalistas.
¿Cómo están organizados esos sistemas y por qué la diferencia (con el psicoanálisis, con la práctica artística) se ha vuelto tan notoria?
–Bueno, es un lugar común hablar hoy del fin de la intimidad, de la privacidad, etcétera. Eso sucede porque acompaña un movimiento de época hacia las clasificaciones y la vigilancia. El campo donde opera el analista está organizado ahora por sistemas de clasificación múltiples siendo el más importante el DSM (Manual de Diagnóstico y Estadística de los Desórdenes Mentales) que elabora la Asociación Americana de Psiquiatría y que en mayo de 2013 conocerá su quinta versión (aunque en rigor, ya se aplica). La ambición del nuevo DSM es diseñar una clasificación que pueda aplicarse y cambiar a gran velocidad; que permita establecer y deshacer categorías que tienen diez o doce años y pasar a otras. Es un sistema que fue adaptado a la época. Por un lado, una clasificación amplia, global, veloz y variable que se adapta a la sintomatología que está de “moda” en el malestar. Es un ideal de medicalización general de la existencia. Los ataques al psicoanálisis (que vienen desde tiempos de Freud) ahora son más agresivos y están financiados por cierta prensa y por los laboratorios farmacéuticos, a punto tal que existen grupos de presión para prohibir la práctica analítica especialmente en los casos de autismo y depresión. El presidente de mi país, François Hollande, está a punto de emitir la prohibición del tratamiento psicoanalítico para los autistas, guiado por un informe que no tiene validez científica alguna. Y acá mismo, en la provincia de Santa Fe, logró revertirse esa prohibición, que dejaba las manos libres al cognitivismo y a los psiquiatras de laboratorio, gracias a la intervención de algunos psicoanalistas que contaron con el apoyo de Judith Miller y de Jacques-Alain Miller. Pero no diría que es una pelea despareja –en cierto sentido lo es– porque prefiero pensar que son las nuevas condiciones, los nuevos desafíos, y que es necesario estar a la altura de esos desafíos, es decir, darse una política.
¿Cómo sería esa política?
–Dar una respuesta al avance de la ideología cognitivo-comportamental, a la concepción biologizante propuesta por el DSM. Sus estrategias de evaluación, que hoy dominan el campo, excluyen la eficacia del psicoanálisis.
Dicho así, parece una tarea titánica.
–Parece. Porque también hay que saber que esos sistemas conocen una crisis importante. Es cierto que el DSM está divulgado en las zonas más extensas del mundo, pero al mismo tiempo, su ampliación lo ha puesto en crisis.
¿Cuál es la situación?
–En el último congreso de la American Psychiatric Association (APA), en junio pasado, se hicieron evidentes las tensiones entre los grupos que dominan la psiquiatría norteamericana. Por ejemplo: sucedió por primera vez que se difundieran cartas de protesta escritas por los responsables de las ediciones previas del DSM, de la cuarta y de la tercera versión. Hay dos psiquiatras, de los cuales Allen Frances es el más sólido, que escribieron cada uno una carta, y otra en conjunto, dirigida a la cúpula de APA, denunciando al equipo que está redactando la quinta edición del DSM. Los describen como una banda de irresponsables que no tienen idea de lo que están produciendo y que no han hecho testeos serios y todavía más, que esa metodología es susceptible de producir una serie de catástrofes sanitarias y de las otras (el asesinato de 28 personas por una persona medicada y tratada por conductistas es el ejemplo más reciente). Para Frances, “hay muchas sugerencias de que el DSM V podría dramáticamente incrementar las tasas de trastornos mentales. El DSM V podría crear decenas de millones de nuevos pacientes mal identificados, exacerbando así los problemas causados por un ya demasiado inclusivo DSM IV. El V promueve la inclusión de muchas variantes normales bajo la rúbrica de enfermedad mental, con lo cual el concepto central de trastorno mental resulta enormemente indeterminado”. Es notable, existe una reacción contra la medicalización excesiva y los casos testigo son el déficit de atención generalizada y los supuestos casos de autismo y depresión en niños. Y es llamativo, claro, que aquellos que redactaron el DSM III se hayan puesto en contra de quienes están redactando la nueva edición. Pero lo que no ven es que las críticas que hacen ahora también se podrían haber hecho contra las ediciones que ellos establecieron.
¿Entonces?
–Entonces, según el DSM V, todos padecemos algún trastorno mental. Y todos necesitamos tratamiento medicamentoso. Y esto no es sólo una cuestión de intereses económicos sino de una concepción del hombre como una máquina a la cual se le cambia un chip y vuelve a la normalidad. Frances y su colega el peligro que denuncian es la posibilidad de hacer existir una categoría que pueda incluir a alguien sin que exista un fenómeno clínico bien establecido. Un nivel preclínico, de intensidad baja.
¿Un ejemplo?
–En el campo de las depresiones. Si alguien tiene un rasgo de tristeza, en el DSM está incluido como depresivo. Eso implica que los protocolos ad hoc indican la prescripción de antidepresivos durante largos períodos. El DSM V es la medicalización de la vida en el mayor rango de amplitud conocido hasta el momento. Los que están redactando el documento piensan que están dando un paso más hacia la salud mental y defienden su posición, pero las tensiones son muy fuertes, sobre todo ahora, con la instalación, en los Estados Unidos, del sistema de salud propuesto por el presidente Obama y el senador John Kerry, porque quienes auditan los gastos se niegan a pagar más dinero a los laboratorios farmacéuticos. Estamos hablando de sumas desconocidas con las indicaciones de prescripción. Como puede verse, la disputa no es sólo en el interior de la psiquiatría sino también entre la psiquiatría y las instancias de control estatales, las burocracias sanitarias. La tensión es tan grande que Frances propone sacar al DSM de la APA. Este hombre considera que dada la situación, la que tendría que hacerse cargo de la cuestión podría ser la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es una tensión en varios niveles...
–Por un lado, están los trastornos de atención, las drogas, la bipolaridad, las masacres en centros de estudio o shoppings, la sociedad del doping, del bullying, todo eso representa un enorme mercado, el “mercado de la salud”. El Ritalín, psicólogos, psicopedagogos, antidepresivos, ansiolíticos... Esto se encuentra a un tiempo en auge y en crisis. ¿Por qué? Porque es contradictorio con el otro movimiento mundial, que implica, en pocas palabras, atender a la singularidad del uno por uno. Por eso la reforma Obama-Kerry es de estricta justicia y enfrentó a tipos tan retrógrados como los mormones o el Tea Party.
Y por eso este eje farmacológico del DSM se enfrenta al psicoanálisis: para plantearse la posibilidad de un análisis es imprescindible, en principio, estar módicamente “sano”.
–Por supuesto. En Europa y los Estados Unidos existe una cantidad de pacientes que han denunciado a los laboratorios por esconder los resultados negativos de los estudios de confirmación de patologías a las instancias de control estatal. El otro problema que agudizó la reforma Obama-Kerry es que las aseguradoras médicas están obligadas a pagar más por los tratamientos. La extensión de la prescripción de medicamentos en patologías cada vez más diversas y el aumento de los gastos para las prepagas por primera vez pusieron en jaque a la industria farmacéutica.
¿A qué se refiere cuando habla de un movimiento que pide atender la singularidad del uno por uno?
–Digámoslo así. Existe eso que Miller llamó la feminización del mundo. Es el hecho de que las mujeres tienen cada vez más poder, más maneras de hacerse escuchar, formas de ubicarse más allá del machismo, del sistema patriarcal. En las elecciones norteamericanas, las comunidades que decidieron la reelección de Obama fueron las mujeres y los latinos, y especialmente las mujeres no casadas. El 65 por ciento votó por Obama, y también el 70 por ciento de los latinos. Es un poder nuevo. Ya no son los hombres los que dicen a las mujeres lo que hay que votar. Es más bien al revés. Son las mujeres quienes han dicho a los hombres que no había que votar a gente que quería desmantelar las conquistas sociales de los ’60.
Eso es un poco impresionista...
–Bueno... este movimiento de hacerse escuchar por parte de las mujeres tiene entre sus consecuencias una llamada a la diferenciación. Como dice Lacan, las mujeres no son locas del todo. Carecen de afán clasificatorio. No se ubican, respecto de lo común, de la misma manera que los hombres. Y esto implica una llamada a vivir su vida de manera singular, particular. No es un nuevo individualismo de masa sino una particularización. Es la idea de ser tratadas en su particularidad. Es una exigencia menos individualista que particular. Y esta insistencia femenina tiene efectos en la elaboración de políticas más allá de lo que fue el feminismo. Eso se mantiene. Pero existe una suerte de posfeminismo que insiste sobre la particularidad de la relación con el otro que hay que mantener a todos los niveles del lazo social.
¿Cuál es la tarea de un psicoanalista en esta doble pinza?
–Creo que es tener en cuenta este doble movimiento para permitir que uno pueda inventarse una solución posible para vivir la pulsión. Es una época donde hay ofertas contradictorias presentes en el malestar común. Japón quizá sea un ejemplo. En el movimiento hacia la clasificación, ese país no tenía la categoría de depresión en su cultura. Los japoneses se mataban, pero no eran depresivos. No existía en su cultura la idea de que uno se mata porque es depresivo. La presión contemporánea obligó a los laboratorios a inventar el llamado “catarro del alma”, y el remedio para ese catarro del alma. Así, esa categoría terminó siendo aceptada. Eso abrió un mercado nuevo para la difusión de los antidepresivos. Pero también se ven los esfuerzos de diferenciación que introduce la cultura del manga, cierta literatura y el vestuario increíble de las jóvenes japonesas, que antes, cuando entraban en el subte, se veían, todas, unas iguales a las otras.
¿Y qué papel hay para la biopolítica en este escenario?
–Michel Foucault empezó a utilizar el concepto de biopolítica. Si antes el Estado provocaba guerras, en el Estado de Bienestar no hay guerras, o hay ejércitos profesionales. Los ciudadanos no tienen por qué morir. El Estado se ocupa de ellos. Define, cada vez más, cómo viven, si toman tóxicos, si fuman, si beben, qué comen, si son obesos, diabéticos, etcétera. Es decir, el Estado se centra en los detalles de la vida de una manera inédita. La manera es controlar la disciplina del cuerpo. La medicina define el curso de las cosas de acuerdo con el trastorno que padece el sujeto según el diseño de las clasificaciones imperantes. Pero eso era antes. Ahora podría decirse que la biopolítica es la política.
 http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-8480-2012-12-23.html

sábado, 24 de novembro de 2012

TODA LÍNGUA É POESIA. UMA CONVERSA COM ERIN MOURE

http://www.revistazunai.com/entrevistas/erin_moure.htm

Por Gleuza Salomon

Erin Moure mora em Montreal (Quebec), no Canadá. Lá mesmo ela iniciou sua obra poética, em 1976. O seu primeiro livro foi lançado em 1979. É poeta em inglês, traduziu do francês Nicole Brossard e alguns trechos de Christophe Tarkos, além do galego Chus Pato. Verteu para o inglês Fernando Pessoa.
Um fato inédito: o que seria o intraduzível portunhol (português e espanhol), além do guarani que são marcas de Mar Paraguayo, novela do escritor brasileiro Wilson Bueno, publicada em vários países, é reinventada pela poeta canadense Erin Moure, em francenglish (francês e inglês). Escolhe, por exemplo, algumas palavras do mohwak e as insere substituindo as palavras do guarani, como kania:tare - large body of water (muita água); kaniatara'ko:wa'- ocean (oceano); khe'kenhren'stha- I humiliate someone (eu humilho alguém).
O interesse de Moure por Mar Paraguayo advém de sua própria experiência em ter como língua materna o frores, dialeto medieval de híbridos do galego e do português, além do fato de vivenciar duas línguas: o inglês de sua infância e, na atualidade, o francês não mesclado pela língua autóctone - oportunidade em que se discute o pulsante ressurgir do racismo. Recentemente no Canadá francofalante se esboçou esta problemática concernente ao colonialismo francês no Quebec. Vemos que isso não se dirige apenas à língua francesa e aos franceses. Nesta cidade francofalante coexiste a exclusão do mohawk, uma língua indígena autóctone da região de Montreal.
Vê-se mais claramente neste trabalho de tradução os três extratos de línguas na composição da escritura de Mar Paraguayo: um bordado que o autor tece entre o portunhol e o guarani, compondo uma literatura de tecido lingüístico infinito. Identifica-se nessa tessitura uma funcionalidade que se aproxima do guarani jopara. Seriam as bricolagens de novas palavras, o que cotidianamente, tanto brasiguaios como paraguaios, inventam nos seus falares fronteiriços do portuñol e do jopara? Leiam a seguir, a entrevista:
Zunái: Você é canadense. Como foi a descoberta da origem galega do seu sobrenome, Moure?
Erin Moure: Foi surpreendente. Meu pai sempre disse que nosso sobrenome é espanhol, mas os espanhóis a quem perguntei me disseram que não. Quando encontramos, meu pai e eu, os papéis pertencentes ao meu avô paterno, guardados durante anos, na casa familiar em Otawa, foi uma revelação. Naquele momento, soubemos de onde veio meu bisavô paterno, Bieito Moure Lobariñas, que emigrou em 1848 para Paris e depois foi para Londres: da Galícia! Já na primeira vez que fui para lá, fiquei encantada. Logo aprendi o idioma e descobri que posso ler igualmente em português. Traduzi Pessoa, Chus Pato e agora alguma coisa do Crebreiro e de Daniel Salgado, para ajudá-los a participar de festivais na Europa. Não só os anglo-falantes (anglo-saxões) os lêem em inglês, mas também os eslovenos e outros.
Zunái: Ao se descobrir bisneta de galego, o que mudou em você? Esta pergunta decorre da sua própria resposta para a A nosa terra (histórica publicação da Galícia, hoje semanário e também na internet), ao dizer que "En galego, o meu xeito de pensar cambia".
EM: Pois muda, mudou. Falar outro idioma elaborado e histórico, a embasar uma literatura tão formosa, é um privilégio enorme para mim. Agora vejo melhor como os galegos percebem o mundo, como recebem o seu lugar nesse mundo. Ao saber isso, acolho o meu próprio lugar, Montreal e Canadá, de jeito diferente.
Zunái: Traduzir Fernando Pessoa para o inglês aproximou-a mais - na condição de leitora - da língua portuguesa. Isto também trouxe alguma mudança em você? Há quem diga que o galego é uma língua em extinção, assim como escrever em português seria o mesmo que "não ser lido". O seu desejo de escrever em galego e criar poemas em inglês, a partir das cantigas medievais em galaico-português, se manifesta no seu livro, recém-lançado,  O cadoiro. Frise-se que, com esse trabalho, você faz a sua parte para que essas línguas continuem existindo, ao poderem ser lidas também pelos anglo-saxões. Pergunto-lhe se você inclui nexo político em seu fazer poético?
EM: Sim, há algo político neste fazer. Aprender a falar uma língua de pouca repercussão - e não em extinção! - significa dizer que há coisas para pensar e para viver fora do império americano. É importante que um idioma, seja qual for, para sobreviver, tenha que formar novos falantes. Como eu!
Zunái: Mudando um pouquinho de assunto, pude ver no Google que você faz performances, poderia falar sobre isto?
EM: Pois recito de maneira performática. Sempre recitei sem palco, com o corpo visível, sem me esconder. A voz é também importante para mim. E olho para o público. A leitura de poemas e a performance são dois aspectos relacionados, coligados.
Zunái: Como você atrai o público para a poesia? É necessário criá-lo, formá-lo, provocá-lo? Nesse sentido, qual é para você o papel dos meios de comunicação? E nesses múltiplos suportes à palavra, à poesia, à literatura enfim, que futuro você vê para o livro?
EM: Respeito muito o público, provocamo-nos juntos. E penso que os novos suportes para publicação - Internet e outros - são bem interessantes. Temos que multiplicar esses suportes e as maneiras de compartilhar a poesia. E o livro? - o livro é uma coisa muito flexível, muito formosa, não vai desaparecer. Penso que ainda temos muito o que aprender.
Zunái: Fale-nos do seu encontro com as línguas transfronteiriças e da sua experiência com o portunhol e o guarani, sobretudo inscritos em Mar Paraguayo, de Wilson Bueno. E, de você, Erin, que teve como língua materna o frores, além do silêncio que te cercava em sua cidade natal, Calgary, onde só se fala o inglês.
EM: Para mim Mar Paraguayo é um livro transfronteiro por excelência. É visível que eu ame muito este farfalhar entre os sons e as palavras na sua prosa poética, sua poesia em prosa. Para mim é muito importante que as fronteiras mexam-se, que não sejam tão fixas como imaginávamos. É necessário tornar visível a sua porosidade. Para mim, a ética reside nisso, no encontro que ocorre entre as línguas e as pessoas.
Zunái: Como foi que você percebeu que a língua inventada por Wilson Bueno em Mar Paraguayo, o portunhol, poderia vir a ser traduzida para o francenglish e o guarani para o mohwak, a língua indígena canadense?
EM: Eu moro num lugar onde o inglês está atravessado pelo francês. Trata-se de um inglês deformado e reformado, ondulante e leve que existe num contorno francofalante. Não é, no entanto, mestiçado com o mohawk, mas eu acrescentei algumas palavras desta língua para traduzir o portunhol-guarani de Bueno, porque os mohawks são os indígenas daqui, deste lugar, onde está a cidade de Montreal. A história da colonização européia é muito diferente no norte, no Canadá, como também do Brasil. Por exemplo aqui tivemos dois colonizadores, os franceses e os ingleses, e a tensão histórica entre os dois grupos (para explorar os indígenas, é claro) teve suas conseqüências. Eu não sou nem de um grupo, nem do outro. Eu convivo com o francês e também falo inglês porque cresci nas terras anglófonas, que se situam mais ao Oeste.
Zunái: Do francenglish, em sua nota de página dos fragmentos já traduzidos de Mar Paraguayo, você informa textualmente que "o francês que se fala na cidade de Montreal está cercado e infiltrado pelo inglês falado na América do Norte. O portunhol de Bueno, sua mescla transfronteiriça de português com espanhol, neste texto é traduzido para o francês e inglês de modo casual, assim como ele chega a mim eu o falo." Por quê?
EM: Talvez seja porque eu habite entre estas duas línguas, o inglês e o francês, e ainda uma terceira, o galego, e mais as palavras que me atravessam em vários idiomas. Eu acolho o portunhol a partir de minhas experiências com essas línguas, experiências impossíveis de serem encontradas na América do Norte. Então, no portunhol de Wilson Bueno, eu encontro um irmão ao Sul.
Zunái: Explique-nos a transfronteiridade lingüística, e o porquê de não ter encontrado todas as palavras mohawk para traduzir o guarani.
EM: Eu traduzi as palavras de Bueno em guarani pelas de mohawk, sim. Sem conhecer o mohawk, e utilizando um dicionário. Só queria estabelecer a tradução conservando os três idiomas para mostrar ao público inglês, a variedade e a vitalidade do texto de Bueno.
Zunái: Ainda dentro da mesma questão, o português do Brasil incorporou várias palavras do guarani. No francês de Quebec, isso aconteceu com o mohawk?
EM: O mohawk não ocupa a mesma posição que a língua colonizadora (o francês, ou mesmo o inglês), assim como o guarani ocupa um lugar na língua brasileira. Parece-me que o brasileiro inscreveu na língua portuguesa (colonizadora) muitas palavras do guarani, como o espanhol do Chile por exemplo com as palavras aymara. Mas não fiz pesquisas e as minhas conclusões não têm nada de científicas! No entanto, temos em Quebec e no oeste do Canadá muitos nomes advindos dos idiomas indígenas. E existe no oeste do Canadá um idioma mesclado, um composto de palavras do inglês com vários idiomas autóctones, o Chinook. Ainda utilizamos palavras desta língua em inglês no oeste. Algo muito bonito, por exemplo, é o skookum. Mas, no caso da tradução de Bueno, queria utilizar a mescla de idiomas de meu lugar, a cidade de Montreal. A cidade onde moro, onde traduzo.
Zunái: Existe um "silêncio" da língua mohawk em sua cidade, sendo que os mohawks são os indígenas originários daquele lugar. Como você acaba de nos dizer é "um silêncio que grita". O mohawk ainda existe, falado e escrito, nas reservas indígenas da região. Vejo que você se encontra dobrada pelos dois silêncios, que eles ressoam entre si, tanto o frores como o mohawk. Então, como você analisa este fenômeno? Por que o mohawk não foi constitutivo do francês falado no Quebec?
EM: O francenglish que utilizei é algo particular, inventado por mim para responder ao texto de Bueno. Vivo num país francófono, e os mohawks, como todos os outros indígenas, foram cooptados pelos colonizadores e forças inglesas há 400 anos. Tem que lembrar que tivemos aqui dois colonizadores antagônicos. Havia os indígenas que ficaram do lado francófono, como também os hurons, e outros mais. A situação é muito diferente. Isso tudo é muito complicado e eu não tenho nenhum aprendizado técnico neste sentido. Minhas opiniões contam como as de qualquer um.
Zunái: Segundo José Kozer, o célebre poeta cubano exilado nos EUA, as três línguas de Mar Paraguayo resultam, para ele, numa quarta língua - o portunhol. O que aconteceu para que o francês falado deixasse de fora o mohwac? Insisto nesta questão. Crê você que haja um racismo mais ostensivo no Canadá? Psicanaliticamente falando, poderíamos pensar que não ocorreu o nó lacaniano na forma de "sinthoma" que possibilitaria a criação de uma quarta língua como o portunhol?
EM: Não tenho muita experiência nisso e não poderia situar minhas observações neste contexto. Creio que o francenglish que traduzi de Bueno é uma invenção minha, nada mais. É certo que houve racismo em nossa História, e que isto ainda nos machuca. Também está claro de que tanto aqui, como nos EUA, os indígenas têm menos oportunidades, e que nossas prisões têm uma população de indígenas em número bem mais expressivo do que a população em geral. Temos que fazer muitas mudanças, é evidente. Não se trata, creio eu, de um racismo ativo, mas sim histórico e estrutural, que tentamos retificar. O nosso modo de retificação (nós, como sociedade) não está sempre à altura deste trabalho, creio eu. Esta é uma outra situação, não sou especialista nisso, sou tradutora.
Zunái: Você faz uma distinção entre idioma e língua. Qual é a diferença em seu raciocínio?
EM: A língua é mais vasta, refere-se a todo idioma em geral, os idiomas para mim situam-se nos lugares. Talvez a língua resida nas pessoas (e nas flores, nas árvores, nos animais...)
Zunái: Como tradutora de Mar Paraguayo você também disse de forma textual : "Por não ter encontrado todas as palavras, eu as inventei: " takwa'ahson: spider (aranha) takwa'ahson tehota'a: ronte: spider web (teia de aranha) nitakwa'ahsona:' a: little spider (uma: pequena aranha)." Você confessou aí claramente que inventou estas palavras. Como você vê a invenção de palavras? Você mesma, como poeta, e Wilson Bueno como o inventor do portunhol na errância fonética da escrita ficcional de Mar Paraguayo, "inventam" uma nova literatura?
EM: Encontrei as palavras no dicionário, de um modo bastante simples. Mas, eu não tenho a menor idéia de como são utilizadas ou construídas as frases. Em cada tradução existe um pouco de invenção. Caso contrário, a tradução se torna impossível. Traduzimos através de nosso próprio corpo que faz parte de uma cultura, que era e sempre será social, sempre antecipadamente.
Zunái: Todos os estudiosos de James Joyce sabem que depois dele a literatura não existe mais. Na sua opinião, existe aí uma "destruição"?
EM: Não vejo assim, como a "destruição" da literatura mas sim como a "destruição" de uma idéia fixa da literatura. A literatura é algo que "se fixa". São necessários os escritores para fazê-la se mexer, rebolar, avançar.
Zunái: Sabemos que o Paraguai possui duas línguas oficiais: o guarani e o espanhol. Contudo, existe um modo de falar que é um costume dos índios guaranis que foi transmitido para os paraguaios. Chama-se apocopar. Cortam-se as palavras e depois as reúnem, sempre em uma nova forma. Surgem sempre novas palavras durante a conversação. Parece que aí uma nova língua se desenvolve no ato mesmo da fala. Um jogo lingüístico e social que compõe a comunicação.
EM: Que coisa interessante! Talvez, o mohawk seja semelhante nesse aspecto.
Zunái: Podemos acreditar que se tratam de poemas, estas línguas vocalizadas. Seriam elas mesmas formas poéticas?
EM: Toda língua é poesia. Diria que isto ocorre principalmente nas regiões de fronteira onde os idiomas se modificam e a língua se torna mais interessante, em movimento constante. Não?
Zunái: O que você pensa do interesse crescente, em certos meios literários, dirigido a romances como Mar Paraguayo? Uma obra, por exemplo, que mereceu inúmeras reflexões, num arco, como no caso, que vai de Cuba à New York, de Paris ao México e à Argentina?
EM: Aprovo vivamente! Penso que trabalhos desta natureza merecem o interesse de qualquer meio literário.
Zunái: Uma questão para a poeta do inglês, do galego e inventora do francenglish: O que você pensa da nova poesia anglo-saxônica produzida nos países de língua inglesa?
EM: Anglo-saxão para mim quer dizer um período histórico no Reino Unido! Você está falando da nova poesia em língua inglesa? Ou que é produto não só de pessoas de ascendência inglesa? Não posso falar da Inglaterra, nem dos Estados Unidos, nem da Austrália ou dos países africanos que falam inglês. No Canadá, posso dizer que existem poetas muito interessantes que romperam com as normas, que fugiram dos quadradinhos. É isto que me interessa na poesia. Esta nova poesia tem nomes, como Lisa Robertson, Christian Bok, Sina Queyras, Daphne Marlatt, Hiromi Goto, George Bowering, Ray Hsu, Ian Samuels, Lola Lemire Tostevin, Roberto Kroetsch, Nicole Markotic e outros e outras...
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Gleuza Salomon, psicanalista, membro fundadora da Escola Brasileira de Psicanálise, organizadora da antologia Sexistências. (Edita Iluminuras, a sair).
A tradução das respostas de Erin Moure foi realizada por Gleuza Salomon e por Ewaldo Schleder.
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Leia também poemas de Erin Moure e a tradução feita por ela de um fragmento do Mar Paraguayo para o francenglish.

Entrevista com Jacques-Alain Miller


Márcio Peter de Souza Leite • Jorge Forbes
(in Carta de São Paulo, número 10, agosto/setembro/2003)




Em 10 de novembro de 1998, Márcio Peter de Souza Leite e Jorge Forbes entrevistaram Jacques-Alain Miller, numa tarde agradável, no "Harmonia", em São Paulo

1a. Questão: A Letra e a Carta Amassada*
Pergunta
- Você no livro "Os signos do gozo", aponta que, aí, não se trata de um progresso na obra de Lacan, mas de uma mudança de axiomática; apontando esta mudança como sendo o "Há do Um" (II ya de l'Un). Então, em torno desta questão, o que se nos impõe nos nossos estudos é: qual seria a relação entre o Um e o traço unário, entre o Um e a letra; por conseguinte, a relação entre a letra e o traço unário? Isso porque, na obra de Lacan, apresenta-se a letra como o suporte material do significante. Mas em Lituraterre, Lacan coloca a letra como o precipitado do significante. Então, existiriam duas possibilidades: a letra anterior ao significante, ou a letra como conseqüência do significante. Nossa primeira pergunta aponta esta questão.
Miller - Desde o começo de seu trabalho clínico, Lacan interessou-se pelas formas verbais da expressão. Há um conhecido artigo do psiquiatra Paul Guiraud, ao qual Lacan se refere, que estuda as psicoses, as maneiras de dizer, o desvio específico do sentido, as formas aberrantes do significante. Em sua tese sobre a psicose, Lacan claramente utiliza o que naquela época podia ter de filosofia, ou de linguagem, ou de lingüística, quase como se esperasse o que viria depois, ou seja, a lingüística estrutural. Existia já como um lugar preparado e vazio - não falemos ainda de seu ensino - em sua abordagem das coisas; havia uma chamada em direção a uma ciência - ou, pelo menos, uma consideração do tipo científico - da relação entre o suporte material da expressão e os efeitos do sentido. De tal maneira que, depois da 2a. Guerra Mundial, quando Lacan entrou em contato com a lingüística estrutural, ele adotou esse ponto de vista, não diretamente, mas sim a partir da intuição primária de Lévi-Strauss - do ponto de vista saussuriano - tal como Lévi-Strauss pôde conhecê-Io em Nova lorque, enquanto residia nos Estados Unidos. Ele lecionava no mesmo lugar que Roman Jakobson e Lévi-Strauss, ouvindo-o, teve a intuição primária de que isso lhe serviria na antropologia. Foi realmente um passo essencial que deu consistência à idéia de ciência humana, no que concerne à cultura, à antropologia, e às disciplinas deste tipo, que poderiam, assim, escapar ao Humanismo ou ao Empirismo, para tornarem-se científicas através da abordagem estrutural dos fenômenos da cultura.
Se houve algo que se pode chamar de ensino, foi pela aplicação desta perspectiva, que dava um algoritmo para transformar - de maneira sistemática os dados que haviam sido compilados, numa perspectiva que se pode chamar de humanista, empirista, para transformá-los e organizá-Ios como estrutura. Era como um algoritmo, pois consistia em aplicar sistematicamente a vivência "significante -significado", e a noção de uma ordem sistemática do significante extensiva a todos os fenômenos da cultura humana. Isso se percebe em Lacan, e corresponde ao impulso de seu ensino; seus dez primeiros seminários, cada um consiste na leitura, pelo menos como ponto de partida, de uma ou de duas obras de Freud, transformando sistematicamente o que Freud trouxe e organizando o material de maneira estruturalista. Ou seja, uma idéia simples, uma divisão simples entre significante e significado, e passar através dela os dados clínicos, através dos conceitos, através de suas conseqüências, e mostrando que as dificuldades que Freud encontrava, seus paradoxos e seus impasses, se solucionam se fazemos essa partição entre significante e significado. Podemos dizer, também, entre simbólico e imaginário. Foi como uma explosão em cadeia. Este movimento é muito perceptível. Por exemplo, tomemos a famosa posição do falo. Lacan mostra que se concebemos o falo de maneira empirista como o órgão, o pênis, não se entende a existência da fase fálica entre os dois sexos; somente se concebermos o falo como simbólico, diferente da forma e da imagem do pênis e da realidade do órgão, somente com essa distinção se ordena o material clínico. O conceito de recalque, ou regressão, se o concebemos apenas sobre um plano de realidade, implicaria que o paciente realmente voltaria, passaria pelas fases anteriores de seu desenvolvimento, e terminaria como um bebezinho chorando no divã. A regressão não é isso. Há um plano simbólico da regressão, que é retornar aos significantes de demandas anteriores, mas não na realidade. Lacan também mostra que se consideramos o pai somente como um personagem real, não se compreende a função que possui, e que somente se distinguirmos entre o pai real, o pai imaginário e o pai simbólico, se ordenam os dados clínicos.
Este algorítmo, fundamentalmente baseado na distinção" significante-significado", sob sua forma mais complexa é a divisão entre o simbólico e o imaginário. Este algoritmo deu uma grande impressão de novidade e de potência, porque nada resistia à força desse ordenamento. Isso fundamentou a idéia de Lacan, e continua sendo a base da popularidade de seu ensino, e é o que agora colegas que não foram formados por ele, entendem como sendo Lacan: o pai simbólico, o falo, tudo isso o resultado do algoritmo inicial. Isso, claramente, colocava em primeiro plano o semântico, o que implicava uma certa redução do ponto de vista econômico de Freud. E é isso que, de maneira aproximativa, os contemporâneos daqueles tempos consideraram como um intelectualismo de Lacan. O que chamavam assim era a primazia que Lacan dava à semântica sobre o econômico, ou seja, da semântica sobre o libidinal. E Lacan dava razões para isso, pois o significante, na sua emergência, na sua ação, em si mesmo, implica uma deslibidinização, um elemento mortífero, uma ação mortífera, que se encarna sumariamente no que chamou de "barra significante" .Para se transformar em significante um dado, um elemento tomado da realidade, ele deverá ser esvaziado, comprimido, mortificado e é, por isso, que surge, podemos dizer, como emblema. De tal maneira que, correlativamente ao algoritmo inicial, há uma barra evidente, que é a que separa "significante significado", que também suprime o libidinal, para dar lugar à combinação simbólica. Lacan, através disso, podia simultaneamente dar conta da castração. Fazia da castração freudiana o efeito da linguagem ou, melhor dizendo, do significante. Isso implicou muitas transformações dos conceitos freudianos, em particular, do conceito de pulsão. Lacan claramente deu uma versão deslibidinizada de pulsão, quando a apresenta como uma demanda, uma demanda articulada com significantes primários, diferentes dos significantes uportes do significado, ou como uma cadeia significante inconsciente.
Está claro que isso permitia dar conta de muitíssimas coisas com grande eficácia, mas deixava a necessidade de conceituar o libidinal como tal. que aparecia na conceituação sempre como uma inércia, como um resto, como algo a mais que aparecia na dimensão psicanalítica. Quer dizer, como algo real, quando na psicanálise se tratava essencialmente de elementos simbólicos e imaginários, de elementos significantes e de significados. E havia, além disso, o real, do qual Lacan dizia, no Seminário IV: "Do real não falamos". O real não pertence a nossa operação.
Mas, acredito que precisou conceituá-lo, cada vez mais, até chegar na sua criação própria, para além do efeito dessa perspectiva estruturalista, como objeto "pequeno a", que apareceu primeiro à margem de seu ensino, e que se resume finalmente no esquema dos quatro discursos. Existe o significante que, no mínimo, deve ser representado como um par significante, uma vez que ele ocorre essencialmente como um sistema, uma ordem, no mínimo criando uma relação de dois. O efeito de sentido, o significado, como terceiro elemento.
Por muito tempo, Lacan considerava o que chamava "o sujeito" como sendo um efeito de sentido. É a hipótese mais simples, dado que - na análise pensamos que é através das palavras e efeitos de sentido que se transforma o sujeito, então o mais evidente é considerar o sujeito, ele próprio, como um efeito do significante, que responde à cadeia significante. Finalmente, todo o esforço de Lacan foi - a partir de seu ponto de partida - acrescentar o quarto elemento, quer dizer, o elemento libidinal. O divertido é que, vinte anos depois da construção desse elemento libidinal nesta estrutura, fundamentalmente saussuriana ou jakobsoniana, acabou por comprender que não era suficiente, que o objeto "pequeno a" era um artifício fraco demais para dar conta da instância, da pressão, da importância da libido freudiana. Isto é dito no Seminário XX. Finalmente, o objeto "pequeno a" é um semblante, e em comparação com a função do gozo, fica aquém, não dá conta. Foi depois desse Seminário que começou a repensar tudo, não pensar o gozo a partir do "significante-significado", do algoritmo inicial, senão repensar este algoritmo inicial a partir do gozo, que é uma tentativa e tanto. Neste momento, é como se o ensino de Lacan saísse de sua própria lógica, ou fosse conduzido até seu próprio limite; há algo assim como um salto, e a tentativa de ver tudo o que se tinha a partir de uma outra perspectiva, como um anti-Lacan. Muitas coisas que depois surgem, parecem ser de um anti-Lacan, uma crítica de Lacan. Como se Lacan tivesse se tornado suficiente mente velho para dar, ele mesmo, um passo além de Lacan. Assim, a última parte de seu ensino me parece que é uma espécie de tentativa de Lacan para ir além de Lacan, do algoritmo lacaniano. Ao mesmo tempo, não se pode dizer que teve - nesta perspectiva - o mesmo sucesso que na primeira parte; uma vez que não dispôs de um algoritmo tão forte quanto o primeiro; a própria idéia de um algoritmo que funcione não corresponde à perspectiva da segunda e última parte.
Agora, quando vocês bem assinalam que há distinções sobre a letra entre um momento e outro, é por causa disso. É claro que Lacan já havia encontrado esta instância da letra antes, por exemplo, se pensamos na Carta Roubada. Lacan assinalava num primeiro momento, a insistência mesma da carta, que se me lembro bem, é a rainha quem a amassa, e é o ministro que percebe isso, e Lacan diz que nenhum analista descartaria este resto, que é a carta amassada. Assinalando isto, para além do significante e do significado. O significante em seu efeito de significado foi consumido, quando lemos a carta e a podemos entender, já se efetuou a ação do significante; ademais, existe algo que é o objeto material, que vem por acréscimo, que é um objeto que está invisível na palavra. Na fala, o significante se desvanece. É claro que agora temos aparelhos que permitem à palavra tornar-se escritura imediatamente, como quando se utiliza um gravador. O gravador, sendo material, tem a mesma função que a carta amassada.
É este elemento que quando Lacan fala de Gide, também assinala esta materialidade própria das cartas que permite à senhora Gide queimá-Ias. Para machucar, Gide queima as cartas de amor enviadas por ele, que as considerava a mais bonita correspondência amorosa do mundo. Toda a leitura de Lacan termina na materialidade da carta que, uma vez queimada como coisa, ou uma vez queimado o objeto, o significante e o significado se desvanecem, porque não havia outros exemplares, havia um só de cada; se tivessem sido fotocopiadas, a senhora poderia ter queimado as cartas sem maiores conseqüências.
É essa mesma função que figura, no que diz Lacan, como uma espécie de suplemento. Quando ele escreve Lituraterre, faz desta materialidade o centro da operação literária, faz da litura do dejeto o centro ao redor do qual gira a própria literatura, que não gira ao redor do mecanismo que vincula o significante ao significado, senão que gira ao redor da litura, e é por esta razão que seu texto começa com uma homenagem a Samuel Beckett e a seus personagens que falam desde a lixeira.
A perspectiva sobre o gozo também se inverte porque, na primeira parte do ensino de Lacan, do gozo antes do significante não se podia dizer muito. Falava-se somente do resto que fica da libido, depois da operação significante. Corresponde bem ao que diz Freud quando fala da deslibidinização do corpo, e que a libido se concentra em algumas zonas residuais. No último ponto de vista de Lacan, é como se ele tentasse se localizar no gozo primário, para situar o significante a partir deste ponto de vista. Ou seja, é nessa circunstância que pode finalmente problematizar o que esse significante tem de estranho, como se introduz o significante a partir do gozo de um ser vivo, e como se destaca, dentro dos significantes, um significante organizador, um significante amo.
De tal maneira que, no primeiro ponto de vista é como se o problema, como se o conceito essencial fosse o conceito do Outro, enquanto lugar do Outro, enquanto sistema simbólico, mas não um sistema puro, porque tem um desejo, também do Outro. E, na última perspectiva, o conceito essencial é o conceito do Um, que deve ser pensado na distinção do Outro, isto é, na primeira perspectiva, a questão é a do sistema do significante e, na segunda, da existência do significante como tal.



Obs: Agradecemos a Jorge Forbes a revisão técnica. 

 http://www.marciopeter.com.br/links2/entrevistas/entrevistaJacques.html

20 años sin fronteras (I)

http://www.elmitodeeuropa.blogspot.com.es/2012/10/20-anos-sin-fronteras.html


The Single Market (I) / Le Marché Unique (I) / El Mercado Único (I)

Por estas fechas, en 1992, en el seno de la por entonces Comunidad Europea se estaba fraguando algo. Se acercaba un momento clave en la construcción de Europa. Todo un logro al que se llegaba a base de pequeños pasos desde 1951. Por estas fechas, en 1992, en Europa se derribaban todas las barreras para hacer del “Mercado Único” una realidad.

Y esta introducción tan poética para afirmar que el “Mercado Único” es sin lugar a dudas el mayor éxito alcanzado por la Unión Europea hasta el momento y que, afortunadamente continúa perfeccionándose y ampliándose en la actualidad. Su importancia es tal, que ha conseguido que las Comunidades Europeas, que nacieron con un claro objetivo económico –aunque a veces nos quieran vender lo contrario- hayan evolucionado hasta convertirse en una auténtica realidad constitucional que pone al ciudadano en un primer plano.

Pero, ¿qué es el “Mercado Único”? Y, lo más importante ¿cómo influye en nuestras vidas?. Pues eso es algo que intentaré explicaros con esta entrada y otras cuantas que escribiré poco a poco… Por ahora empecemos con unas nociones.

El “Mercado Único”, tambien conocido como Mercado Común o Mercado Interior, surge con un objetivo doble: suprimir todo obstáculo y simplificar las regulaciones comunes a los Estados de la UE.

De este modo se consigue eliminar las fronteras interiores de la UE, esto es, las fronteras entre los distintos Estados Miembros. Y así se establecen “las cuatro libertades fundamentales de la economía europea”: la libre circulación de mercancías, capitales, servicios y trabajadores (este último ampliado en la actualidad al concepto “personas”). Ello significa que tanto mercancías, capitales, servicios y personas pueden circular dentro del territorio de la UE con la misma libertad con la que circularían dentro de un único Estado, sin que las fronteras nacionales puedan suponer cualquier tipo de obstáculo.

A medida que se amplía la UE el número de Estados y personas que se benefician de estas cuatro libertades se incrementa. En sus inicios, con 12 Estados Miembros y 350 millones de personas; en la actualidad con un total de 27 Estados Miembros y más de 500 millones de personas, conviertiéndolo en el mercado común más grande del mundo.

Sin embargo, alcanzar estas cuatro libertades exigió superar múltiples obstáculos no solamente de carácter jurídico, sino, además de carácter burocrático y técnino. Esto se consiguió unificando poco a poco el Derecho Europeo a través de las Directivas -fuente de derecho del ordenamiento jurídico europeo que exige para que sea posible aplicarla su transposición a la legislacion nacional de cada Estado Miembro cumpliendo los plazos previstos -. 

Así, aunque los Tratados declaren que en la UE rige una economía de mercado único, no es posible afirmar que los beneficios que este reporta tengan una aplicación automática, pues es necesario pasar por tres pasos: 1) Que el legislador europeo adopte la directiva sobre un asunto concreto, 2) Que el Estado Miembro dicte una norma de derecho nacional en la que realice la transposición de la directiva –lo que sería “vaciarla” en su ordenamiento juridico interno, 3) Que las Administraciones del Estado Miembro se encarguen de la aplicación dentro de su territorio de la directiva.

Pero, incluso en la actualidad, surgen problemas relativos a las “trabas” [del francés entraves] que la legislación de los Estados Miembros presenta frente a esta libre circulación del mercado único; especialmente, en aquellos casos en que los nacionales de otro Estado Miembro no son tratados como los propios nacionales.

Aquí, en la mayoría de ocasiones, podemos encontrar un cuarto paso para garantizar la eficacia del mercado único: 4) La cuestión prejudicial elevada por un juez nacional al TJUE cuando se encuentra con un posible obstáculo a cualquiera de las cuatro libertades de circulación. De forma contundente, el TJUE, dando respuesta a estas cuestiones prejudiciales, se pronuncia frente a estas “restricciones” considerándolas contrarias al Derecho de la UE y, en concreto, contrarias a los Tratados que proclaman estas cuatro libertades y que son directamente aplicables en todos los Estados Miembros.

Cuando, tras cumplir los pasos mencionados, la libre circulación se convierte en una realidad, tres son los grandes beneficiarios del mercado único europeo: las empresas, los consumidores y las personas. 

Las empresas, porque su campo de actuación se amplía y pasan a poder realizar sus negocios hasta en un total de 27 Estados.
Los consumidores, porque aumenta el número de productos disponibles y, gracias al incremento de la competencia entre empresas, pueden adquirirlos a precios más bajos. 
Y, finalmente, las personas, que pueden trabajar, vivir o estudiar en cualquier Estado Miembro. Pero esto tocará explicarlo detalladamente otro día.



Imágenes:
(1) Fotografía del Mercado de Barcelona. 

(2) Entrada del English Market en Cork (Irlanda). Al ser Cork una ciudad receptora de estudiantes de inglés es sorprendente la variedad de productos nacionales de otros Estados que se pueden adquirir en sus puestos.

(3) Las cuatro piezas clave del Mercado Único (las cuatro libertades fundamentales).

(4) Imagen "Creciendo Juntos" de la Comisión Europea para la conmemoración de los 20 años del Mercado Único. 


Información interesante sobre el tema: