terça-feira, 29 de novembro de 2011

Corpo na Psicose Ordinária

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Nota sobre el cuerpo y las psicosis ordinarias.
Xavier Esqué

La última enseñanza de Lacan permite considerar el cuerpo como un montón de piezas sueltas (1)
Es la pregnancia de la imagen y de la forma la que nos proporciona la idea de unidad del cuerpo. El psicoanálisis nos enseña que el cuerpo no es un dato primero y que el ser viviente, el organismo, no es idéntico al cuerpo. Para poder apropiarnos del cuerpo, para poder decir -tengo un cuerpo-, para que el cuerpo se constituya subjetivamente es preciso, antes que nada, aprehender una imagen del mismo.
Es preciso que la imagen corporal se añada al organismo. Ahora bien, esta imagen es significantizada, es decir, que el niño la captura en el campo virtual del espejo siempre y cuando el simbólico funcione, siempre y cuando el simbólico ocupe su lugar. Como señala Lacan, el cuerpo de lo simbólico debe ser incorporado, y eso no es una metáfora (2).
Así se constituye el cuerpo imaginario, campo privilegiado del yo y de sus identificaciones.
Por tanto, si tenemos un cuerpo es gracias a la dimensión simbólica del lenguaje, es el significante el que recorta el cuerpo, aunque el ser que se sostiene en ese cuerpo no lo sabe (3).
Sin la inscripción en el lenguaje no se puede decir -tengo un cuerpo-. Es decir, que en el mismo momento en que el cuerpo nos es otorgado por el lenguaje también es mortificado. Tener un cuerpo es al precio de cierta mortificación. El significante mortifica, corpsifica, produce un vaciamiento de goce. No obstante, ésta no es la única función del significante, puesto que el significante también es causa de goce, (4) es productor de goce, o sea que el significante inyecta goce al cuerpo.
De ello se desprende que un síntoma en el cuerpo no siempre es susceptible de ser interpretado por el significante, como una conversión. En la psicosis no tiene el estatuto de formación del inconsciente, es decir, no tiene el estatuto de mensaje cifrado del inconsciente, sino que puede tener incluso para el sujeto una función de nominación. Dicha función de nominación del ser del sujeto puede hacer del síntoma un práctico condensador de goce.
Por otra parte, los acontecimientos de cuerpo, en las psicosis ordinarias, suelen tener un carácter más discreto. En la clínica, observamos con frecuencia cómo alrededor de ellos se organizan algunos fenómenos extraños, estilos de vida particulares, invenciones, que de alguna manera permiten enganchar y anudar los tres registros. De ahí la importancia en la experiencia analítica con la psicosis de mantener una fina conversación sobre estos localizados acontecimientos de cuerpo. Eso sí, sin la más mínima pretensión higienista, sino tratando más bien de normalizar su rareza.
Hay que entender que el acontecimiento de cuerpo puede brindarle al sujeto psicótico una consistencia imaginaria, siempre provisional, y más o menos precaria, según el caso, ante la pendiente natural del cuerpo hacia el desmembramiento, en piezas sueltas.
Notas:
1-. Miller, J.-A., Piezas sueltas, Curso de la Orientación lacaniana 2004/05, inédito.

2-. Lacan, J., Radiofonía, en Radiofonía y Television, Ed. Anagrama.

3-. Ibid.

4-. Lacan, J., Aún, Seminario XX, Ed. Paidós

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