La
American Psychiatric Association encomendó a su comité clasificatorio
que tuviera lista para 2002 la quinta edición del DSM (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales).actualizando las
clasificaciones de los “trastornos mentales”, la validez, uso y
principios de organización de sus definiciones. Si no pudo publicarse es
porque las posiciones eran absolutamente contradictorias entre los que
sostienen un realismo científico y apoyan las llamadas clases naturales y
el enfoque nominalista.
Siglos de filosofía no han apagado los
fuegos de este debate que se remonta a los griegos y tuvo su improbable
definición en la Edad Media con el llamado “debate sobre el realismo de
los universales”, teológico. Sin embargo, desde el siglo XX (que todo lo
mide en términos de éxito o fracaso), ha triunfado el nominalismo
(J.L.Borges en “De las alegorías a las novelas”: hoy ya no es necesario
decirse nominalista porque todos lo somos).
En ese mismo texto y en
“El ruiseñor de Keats” establece las diferencias entre realistas y
nominalistas: los primeros son platónicos que intuyen que las ideas, los
universales, las clasificaciones son realidades, mapas del universo,
que el mundo es un orden y que en la idea de ruiseñor están todas las
ruiseñores; los segundos, aristotélicos, creen que los conceptos
universales son un sistema de símbolos arbitrarios que, respecto del
mundo, son un “error o una ficción de nuestro conocimiento parcial” y
que lo primordial son los individuos.
La pregunta que está en el
centro de este debate (¿qué es real?) pretende resolverse en una
discusión entre lo universal del significante y lo particular del
individuo y arrastra todas las oposiciones que dominaron la filosofía.
Si Borges tiene razón (y la tiene) es porque la ciencia moderna ha
producido efectos en el valor de los nombres hasta reducirlos a
semblantes que no muerden nada de lo real produciendo una estrecha
relación entre ese nominalismo, el lenguaje místico y la concepción
liberal de la tolerancia. Spencer formuló la alternativa de la
tolerancia así “respeto del individuo o tiranía”: pero tanto el realismo
como el nominalismo implican siempre el acto de nominación y, por lo
tanto, el juicio y la acción de quien se sitúa en posición de amo del
nombre. (Lacan notó que “Todos los hombres son mortales” del silogismo
aristotélico no sólo es indemostrable pues no hemos llegado al fin de
los tiempos sino que es producto de un momento particular de la historia
para sostener la política del amo griego respecto de la ejecución de
Sócrates).
Por otra parte, la vertiente constructivista del
nominalismo muestra que los nombres no se pegan simplemente a la “cosa”
como se concebía originalmente, sino que la afectan aunque de distintas
maneras: en las ciencias naturales no es estrictamente la nominación la
que afecta a la “naturaleza” sino las experimentaciones que surgen de la
letra científica. Por el contrario, las personas literalmente se
inventan como efecto de una nominación. Ian Hacking (nominalista
moderado) mostró cómo los niños de Dickens no existían del mismo modo
que el niño objeto de derechos en la figura de abuso sexual producida
por las luchas feministas y otras batallas intelectuales de la academia
americana. No sólo el sujeto del derecho multiplicado por el siglo XX es
un invento del sujeto contemporáneo sino que el individuo al que se
aplican tales derechos lo es aunque el “efecto bucle” de Hacking trate
de captar sus transformaciones mutuas
Por el imperio del nominalismo,
la estabilidad de los nombres (la “tradición”) es relativa, se realza
su uso: el nominalismo se convierte en aliado del pragmatismo que sólo
se orienta en el cálculo costo-beneficio. En este punto el debate del
DSM es álgido ya que lo que allí se decida tocará intereses múltiples
(de la industria farmacéutica, en primer lugar).
El goce que hace falta.
Jacques
Lacan ha tomado posición en este debate (no se puede ser nominalista
sin deslizarse al idealismo y es necesario ser realista sin serlo como
en la Edad Media) para situar el campo freudiano: las palabras existen
como goce y sirven para que haya el goce que hace falta, ése cuya
ausencia “haría vano el universo” aunque no sirva para nada salvo para
que cada uno se satisfaga a su manera, singular. El psicoanálisis, por
lo tanto, no podría producir clasificaciones salvo a sabiendas de su
condición ficcional para orientarse en lo real de ese goce; es su
pragmatismo.
En una vena borgiana,“El ruiseñor de Lacan” de J-A
Miller indica el horizonte de la práctica psicoanalítica, el “punto
sujeto del individuo (…),nos apartamos tanto de la dimensión de la
naturaleza como de la dimensión de las operaciones de la ciencia.
Introducimos la contingencia (…). Sólo hay excepciones a la regla (…)”;
así, el DSM se convierte en la utopía del diagnóstico automático que
hace del individuo sólo una muestra de la especie.
“Una mujer es un aglomerado de albuminoides”.
La
frase que Malraux hace decir al coronel Bramble toma la ciencia con
ironía a la vez que alude al hecho de que una mujer puede ser definida
de mil y una maneras sin que por ello se pueda captar mucho de ella. Es
lo que dicen los hombres.
Por su parte, las mujeres también lo han
intentado con no menos fracasos. Los movimientos femeninos de
emancipación de mediados del siglo XIX daban por supuesto el ser de la
mujer al luchar por una reivindicación de sus derechos,.pero llegan a su
límite a fines de 1960 con la sentencia de la pionera del feminismo
norteamericano Gloria Steinem “Nos estamos convirtiendo en los hombres
con los que nos queríamos casar”. Este feminismo de la igualdad en su
versión culturalista (identidad de género) condujo a su antagonista de
la diferencia (segunda ola feminista); ambos comenzaron a preguntarse
qué es una mujer a consecuencia de su encuentro con un malentendido
psicoanálisis. En el fin de milenio, otra feminista de USA concluyó en
los límites de esa política “Como feministas todas nos preocupamos por
las mujeres aunque no sabemos qué son. Y lo que nos vincula a todas es
el hecho de que no sabemos.”
Se ve por qué Hegel afirmaba que una
mujer es ironía de la comunidad. El psicoanálisis agrega: de la
comunidad imposible entre un hombre y una mujer. Ante estas evidencias,
el DSM se somete al llamado por Lacan “error común” de clasificar
sexualmente a sus trastornados por lo que tienen o no tienen, es decir,
una creencia en la “naturaleza” cuyo carácter de artefacto han
evidenciar las comunidades de goce queer, (consecuencias psíquicas…del
error común). Que el DSM quiera corregir el error común con el vestido o
la operación “disforia de género”, versión políticamente correcta del
feminismo de la identidad de género, no arregla mejor las cosas. .
¿Y por qué el sentido común se aferra a lo que le quieren hacer creer aunque su experiencia le indique otra cosa?
Es
que esa otra cosa, su síntoma, le habla de un goce que le hace falta
(¡hombre al fin1) y no quiere saber nada de eso. Con aquel que no hace
falta (infinito, indiscreto, femenino) se puede encontrar
contingentemente porque viene de cierto más allá, una mujer que hace
suya al creer que ella puede decir algunas verdades de uno y de otro. En
este punto, y dado que el DSM no sabe nada de la diferencia sexual y
del síntoma que pone en juego, el invento de Freud sigue funcionando. .
Referencias
E.
Levy Yeyati: “Psicoanálisis, psiquiatría y filosofía: la conexión
Hacking” en Revista Lacaniana No.8. Ediciones Grama-Eolia. Buenos Aires,
2008.
J. L. Borges: op. citados en “Otras inquisiciones” OC. TII Emecé. Barcelona 1997.
M.Beauchot: El problema de los universales UNAM. Méjico1981.
I. Hacking: ¿La construcción social de qué? Paidos. Barcelona 2001.
.J-A Miller: “El ruiseñor de Lacan” en Del Edipo a la sexuación Ed.ICBA-Paidos. Buenos Aires 2001.
E.Laurent: “El nombre del padre entre realismo y nominalismo” en Block-notes del síntoma. Ed.Tres Haches.Buenos Aires 2004.
J.Lacan: Seminario Aun “Aristóteles y la otra satisfacción”.Paidos.Bs.As.
De un discurso que no sería du semblant (inédito). Clase 20.1.71.
http://www.elpsicoanalisis.net/index.php?option=com_content&view=article&id=71:de-la-diferencia-en-el-dsm-por-graciela-musachi&catid=38:numero-35&Itemid=129
quarta-feira, 30 de janeiro de 2013
Entrevista realizada a Germán García: Psicoanálisis y DSM
2012
Psiquiatras, en contra del nuevo manual de desórdenes
Entrevista a Germán García publicada en el diario La voz del interior de Córdoba. Se realizó con ocasión de la Conferencia que dictara en el Hospital Neuropsiquiátrico Provincial sobre el tema de las clasificaciones diagnósticas: psicoanálisis y DSM.
Sostienen
que responde a intereses farmacéuticos y a una cura efímera. En el otro
extremo, el psicoanálisis sería una opción para quienes pueden pagar.
A
partir de mayo de 2013, buena parte de los profesionales de la salud
mental del mundo se regirá por un nuevo manual que define las
enfermedades de la psiquis y cuyo borrador viene levantando polvareda.
Será la quinta versión que publicará la Asociación Psiquiátrica
Americana del conocido DSM, forma abreviada de su nombre en inglés que
refiere a Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales.
Esta
Biblia que también se utiliza en Córdoba contemplada por la nueva Ley
de Salud Mental para presentar ante las obras sociales el diagnóstico y
tratamiento de un paciente, ha recibido fuertes críticas por las nuevas
enfermedades mentales que clasifica, ya que muy pocos seres humanos
estarían en condiciones de ser considerados normales o saludables.
Inquietos
por el futuro de la salud mental en relación a lo que depare el DSM-V,
dos psicoanalistas cordobeses miembros de la Escuela de la Orientación
Lacaniana (EOL), César Mazza y Pilar Ordóñez, aportan a la controversia
el hecho de que el manual “al codificar, reduce el acto médico a
encasillar en una clasificación y recomendar un medicamento, con lo ?que
se promueve el consumo de una pastilla, sin tener en cuenta la
singularidad de cada persona”.
Al
mismo tiempo, consideran que “es funcional a los sistemas de salud y de
seguridad social, en particular de Estados Unidos, y a intereses de la
industria farmacéutica, ya que los trastornos mentales se solucionarían
con una pastilla y con terapias comportamentales que prometen
regularizar desórdenes en pocas sesiones”.
“Dónde
queda la escucha del especialista, la escucha orientada para que la
gente resuelva o pueda acomodar los problemas que tiene”, plantean los
psicoanalistas.
Por su parte, el
psicoanalista porteño Germán García miembro de EOL y presidente de la
Fundación Descartes aseguró que el DSM tiene un trasfondo
“mercadológico, que responde a los laboratorios farmacéuticos y a las
prepagas y obras sociales que le extienden graciosamente a un
profesional un manual de las terapias cognitivo-conductuales que
promocionan ‘en seis meses usted se curará’ y el psicólogo le da
indicaciones como se las podría dar la madre del paciente”.
Según
García, un psicoanalista “no podría trabajar con una prepaga, porque si
le preguntan qué resultado dará, no sabe; cuánto tiempo durará, no
sabe; porque todo eso es una cuestión entre el analista y el analizante y
no se da cuenta a una empresa de este tipo de cosas”. “Las prepagas
continúa exigen a los psicólogos que sean baratos, que se pongan a
trabajar y que se pongan en contacto con un psiquiatra que medica y
chau, mientras que el paciente es un cliente”.
-¿Qué ofrece el psicoanálisis a las personas para recuperar su salud mental?
-La salud mental puede ser un problema de la psiquiatría, no del psicoanálisis. Freud nunca habló de salud mental.
-Entonces, ¿qué propone el psicoanálisis para los trastornos psicológicos habituales?
-Al paciente que llega se le responde sobre la coyuntura y circunstancias que plantea. Eso es respetar la singularidad y eso es el psicoanálisis. No es que yo tenga en el bolsillo un saber ya codificado que le voy a encajar en la cabeza.
-¿El psicoanálisis es una vía de autoconocimiento?
-No exactamente. Es más bien una confrontación. Los psicoanalistas trabajan sobre una hipótesis: que los síntomas que tiene cada uno de nosotros son el efecto de los deseos excluidos, rechazados, etcétera. Esa es la hipótesis de Freud para decirlo de manera muy simple. Esa hipótesis qué significa: qué posibilidades, qué capacidades tiene un tipo para reintegrar a sí mismo los deseos que ha excluido a lo largo de su vida. Eso no se sabe porque hoy tenga un problema con la novia o problemas en la cama. Entonces, para ir a la clasificación del DSM: ataque de pánico es una generalidad inventada por los yanquis que son muy dramáticos que designa un conglomerado de cosas que puede ir desde un brote psicótico, un trance obsesivo, lo que fue llamado la ‘angustia automática’. Puede designar cualquier cosa porque esa etiqueta no describe nada, sino que el tipo súbitamente se pone de una manera angustiosa, irrefrenable, o le agarran temores a morirse, o lo que sea. Por lo tanto, cuando se trata de atender masivamente, lo que se busca es simplificar.
[Artículo publicado en www.lavoz.com.ar el 11/01/2012 | Josefina Edelstein (Especial)7]
http://www.blogelp.com/index.php/las-dos-caras-de-la
domingo, 27 de janeiro de 2013
Michel Foucault: la máxima aspiración del poder es la inmortalidad
Esta entrevista inédita en español, que se incluye en El poder, una bestia magnífica,
volumen que Siglo XXI publicará en octubre, da testimonio de la
actualidad de las ideas del pensador francés, fallecido en 1984. La
locura, el dominio y la sexualidad, en un diálogo que es, al mismo
tiempo, un repaso de su trayectoria
Por Jerry Bauer¿Por qué usted, sin ser antropólogo, se interesa más, desde un punto de vista filosófico, en la estructura de las instituciones que en los mecanismos evolutivos?
-Lo que trato de hacer -y siempre traté de hacer desde mi primer verdadero libro, Historia de la locura en la época clásica- es poner en tela de juicio por medio de un trabajo intelectual diferentes aspectos de la sociedad, mostrando sus debilidades y sus límites. De todas maneras, mis libros no son proféticos y tampoco un llamado a las armas. Me irritaría intensamente que pudiera vérselos bajo esa luz. La meta que se proponen es explicar del modo más explícito -aun cuando a veces el vocabulario sea difícil- las zonas de la cultura burguesa y las instituciones que influyen directamente sobre las actividades y los pensamientos cotidianos del hombre.
-La palabra clave de todos sus libros parece ser "poder", ya se lo entienda en el sentido de poder disciplinario, poder de la medicina mental o poder omnipotente de la pulsión sexual?
-Está claro, procuré definir las estrategias del poder en ciertos ámbitos. Por ejemplo, Vigilar y castigar se inicia con un "teatro del terror", la puesta en escena espectacular que acompañaba las ejecuciones públicas hasta el siglo pasado. Se suponía que ese ceremonial clamoroso y carnavalesco en el cual la mano omnipotente de la justicia hacía ejecutar la sentencia bajo la mirada de los espectadores grababa su mensaje de manera indeleble en las mentes de éstos. Con frecuencia el castigo excedía la gravedad del delito, y de ese modo se reafirmaban la supremacía y el poder absoluto de la autoridad. En nuestros días el control es menos severo y más refinado, pero no por ello menos aterrador. Durante el transcurso de nuestra vida todos estamos atrapados en diversos sistemas autoritarios; ante todo en la escuela, después en nuestro trabajo y hasta en nuestras distracciones. Cada individuo, considerado por separado, es normalizado y transformado en un caso controlado por una IBM. En nuestra sociedad, estamos llegando a refinamientos de poder en los que ni siquiera habrían soñado quienes manipulaban el teatro del terror.
-¿Y qué podemos hacer?
-El punto en que nos encontramos está más allá de cualquier posibilidad de rectificación, porque la concatenación de esos sistemas ha seguido imponiendo este esquema hasta hacerlo aceptar por la generación actual como una forma de la normalidad. Sin embargo, no se puede asegurar que sea un gran mal. El control permanente de los individuos lleva a una ampliación del saber sobre ellos, el cual produce hábitos de vida refinados y superiores. Si el mundo está en trance de convertirse en una suerte de prisión, es para satisfacer las exigencias humanas.
-No sólo crítico, usted es, además, un rebelde.
-Pero no un rebelde activo. Jamás desfilé con los estudiantes y los trabajadores, como lo hizo Sartre. Creo que la mejor forma de protesta es el silencio, la total abstención. Durante mucho tiempo me parecieron intolerables los aires que se daban algunos intelectuales franceses y que les flotaban encima de la cabeza como las aureolas en algunos cuadros de Rafael. Por eso me fui de Francia. Me marché a un exilio total y maravilloso, primero en Suecia, donde dicté clases en la Universidad de Uppsala, y después en un lugar que es todo lo contrario, Túnez, donde viví en Sidi Bou Said. De esa luz mediterránea puede decirse sin lugar a dudas que acentúa la percepción de los valores. En África del Norte se toma a cada uno por lo que vale. Cada uno debe afirmarse por lo que dice y hace, no por lo que ha hecho o por su renombre. Nadie pega un salto cuando se dice "Sartre"?
-Ahora usted es aclamado como el lógico sucesor de Sartre?
-Sartre no tiene sucesores, así como yo no tengo predecesores. Su intelectualismo es de un tipo extremadamente inusual y particular. Y hasta incomparable. Pero el mío no es de ese tipo. No siento ninguna compatibilidad con el existencialismo tal como lo definió Sartre. El hombre puede tener un control completo de sus propias acciones y su propia vida, pero hay fuerzas capaces de intervenir que no pueden ignorarse. Para serle franco, prefiero la sensibilidad intelectual de R. D. Laing. En su ámbito de competencia, Laing tiene algo que decir y lo vuelca en el papel con claridad, espíritu e imaginación. Habla en función de su experiencia personal, pero no hace profecías. ¿Por qué, entonces, habríamos de formular profecías, cuando éstas rara vez se cumplen? De la misma manera, admiro a Chomsky. Tampoco él profetiza: actúa. Participó activamente en la campaña norteamericana contra la Guerra de Vietnam, con sacrificio de su trabajo pero en el marco de su profesión de lingüista.
-Aparentemente, usted insiste mucho en la vida mental opuesta a la vida física.
-La vida mental abarca todo. ¿No dice Platón más o menos esto: "Jamás estoy tan activo como cuando no hago nada"? Hacía referencia, desde luego, a las actividades intelectuales, que en el plano físico casi no exigen, tal vez, otra cosa que rascarse la cabeza.
-¿Sus intereses siempre fueron filosóficos?
-Como mi padre, me incliné hacia la medicina. Pensaba especializarme en psiquiatría, por lo cual trabajé tres años en el hospital Sainte-Anne de París. Tenía veinticinco años, era muy entusiasta -idealista, por así decirlo- y contaba con una buena cabeza y un montón de grandes ideas. ¡Aun en ese momento! Fue entonces cuando conocí a alguien a quien llamaré Roger, un internado de veintidós años. Lo habían mandado al hospital porque sus padres y amigos temían que se hiciese mal y terminara por autodestruirse durante una de sus frecuentes crisis de angustia violenta. Nos hicimos buenos amigos. Lo veía varias veces al día durante mis guardias en el hospital, y empezó a caerme simpático. Cuando estaba lúcido y no tenía problemas, parecía muy inteligente y sensato, pero en algunos otros momentos, sobre todo los más violentos, era preciso encerrarlo. Lo trataban con medicamentos, pero ese tratamiento demostraba ser insuficiente. Un día me dijo que nunca lo dejarían irse del hospital. Ese horrible presentimiento provocaba un estado de terror y éste, a su vez, generaba angustia. La idea de que podía morir lo inquietaba mucho y llegó a pedir que le hicieran un certificado médico donde constara que nunca lo dejarían morir; como está claro, la solicitud se consideró ridícula. Su estado mental se deterioró y al final los médicos llegaron a la conclusión de que, si no se intervenía con rapidez de la forma que fuera, se mataría. Así, con el consentimiento de su familia, procedieron a hacer una lobotomía frontal a ese joven excepcional, inteligente, pero incontrolable? Por más que el tiempo pase, y haga yo lo que haga, no consigo olvidar su rostro atormentado. Muchas veces me pregunté si la muerte no era preferible a una no existencia, y si no se nos debería brindar la posibilidad de hacer lo que queramos con nuestra vida, sea cual fuere nuestro estado mental. En mi opinión, la conclusión evidente es que aun el peor dolor es preferible a una existencia vegetativa, porque la mente tiene realmente la capacidad de crear y embellecer, incluso a partir de la más desastrosa de las existencias. De las cenizas siempre surgirá un fénix?
-Lo veo optimista.
-En teoría, pero la teoría es la práctica de la vida. En el fondo de nosotros mismos sabemos que todos los hombres deben morir. La meta inevitable hacia la cual nos dirigimos desde el momento en que nacemos queda entonces demostrada. De todas formas, la opinión común parece ser diferente: todos los hombres se sienten inmortales. ¿Por qué, si no, seguirían los ricos abultando sus cuentas bancarias y haciéndose construir suntuosas viviendas? La inmortalidad parecería ser la preocupación del momento. Por ejemplo, algunos científicos están muy atareados en calcular, por medio de máquinas de alta tecnología, acontecimientos que deberían verificarse dentro de millares de años. En los Estados Unidos hay un interés creciente por la hibernación del cuerpo humano, al que en una época ulterior debería volver a llevarse a la temperatura normal. Cada año la preocupación por la inmortalidad aumenta, aunque una cantidad cada vez más grande de personas mueran de un infarto a causa del tabaco y la alimentación excesiva. Los faraones nunca encontraron la solución al problema de la inmortalidad, ni siquiera cuando se hicieron enterrar con sus riquezas, que esperaban llevar consigo. Dudo mucho de que seamos nosotros quienes resolvamos ese problema. Algunas palabras bien escogidas pueden ser más inmortales que una masa de ectoplasma congelado?
-¿Y estamos de nuevo hablando del poder?
-Alcanzar la inmortalidad es la máxima aspiración del poder. El hombre sabe que es destructible y corruptible. Se trata de taras que ni siquiera la mente más lógica podría racionalizar. Por eso el hombre se vuelve hacia otras formas de comportamiento que lo hacen sentirse omnipotente. A menudo son de naturaleza sexual.
-Usted ha hablado de ellas en el primer volumen de su Historia de la sexualidad .
-Algunos hombres y algunas sociedades consideran que mediante la imposición de controles a las manifestaciones sexuales y el acto sexual es posible imponer el orden en general. Se me ocurren varios ejemplos. Hace poco, en China se propusieron lanzar una campaña en las escuelas contra la masturbación de los jóvenes, una iniciativa que invita a trazar una comparación con la campaña que la Iglesia emprendió en Europa hace prácticamente dos siglos. Me atrevería a decir que hace falta un Kinsey chino para descubrir cuál fue el éxito obtenido. ¡Sospecho que esto es como prohibirle a un pato acercarse al agua! En Rusia, la homosexualidad es aún un gran tabú, y de ser sorprendido en flagrante delito de violación de la ley uno termina en la cárcel y en Siberia. De todas formas, en Rusia hay probablemente tanta homosexualidad como en otros países, pero sigue encerrada en el clóset. Objetivamente, es muy curioso que para desalentar la homosexualidad se encierre a los culpables en la cárcel, en estrecho contacto con otros hombres? Se dice que en la calle Gorki hay tanta prostitución de ambos sexos como en la place Pigalle. Como siempre, la represión no ha conseguido sino hacer más seductores los encuentros sexuales, y aún más excitante el peligro cuando se lo corre con éxito. La prostitución y la homosexualidad están explotando tanto en Rusia como en las otras sociedades represivas. Es poco común que sociedades como ésas, sedientas de poder como suelen serlo, tengan en esos ámbitos visiones intuitivas.
-¿Por qué elegir el sexo como chivo expiatorio?
-¿Y por qué no? El sexo existe y representa el noventa por ciento de las preocupaciones de la gente durante gran parte de las horas de vigilia. Es el impulso más fuerte que se conozca en el hombre; en diferentes aspectos, más fuerte que el hambre, la sed y el sueño. Disfruta incluso de cierta mística. Se duerme, se come y se bebe con otros, pero el acto sexual -al menos en la sociedad occidental- se considera como una cuestión del todo personal. Por supuesto, en ciertas culturas africanas y aborígenes se lo trata con la misma desenvoltura que a los demás instintos. La Iglesia heredó los tabúes de las sociedades paganas, los manipuló y elaboró doctrinas que no siempre se fundan en la lógica o la práctica. Adán, Eva y al mismo tiempo la serpiente perversa se convirtieron en imágenes en blanco y negro de comprensión inmediata, que podían constituir un punto de referencia aun para las mentes más simples. El bien y el mal tenían una representación esencial. La significación de "pecado original" pudo grabarse de manera indeleble en las mentes. ¿Quién habría podido prever que la imagen residual iba a sobrevivir durante tantos siglos? [...]
-¿A qué o a quién atribuye usted la erosión de la influencia ejercida por la Iglesia y la mayor comprensión hacia cualquier forma de práctica sexual?
-No podemos subestimar la influencia de un señor que se llama Freud. Sus teorías no siempre eran ciento por ciento correctas, pero en cada una de ellas había una parte de verdad. Freud trasladó la confesión de la rígida retórica barroca de la Iglesia al relajante diván del psicoanalista. La imagen de Dios ya no vino a resolver los conflictos: dejó su lugar al individuo mismo a través de la comprensión de sus actos. Esa resolución ya no era algo que podía obtenerse en cinco minutos de alguien que se declaraba superior porque estaba al servicio de una fuerza más elevada. Freud jamás tuvo esas pretensiones. El individuo debía ser su propio dios, por lo cual la responsabilidad de la culpa recaía por entero sobre sus hombros. ¡Y la responsabilidad siempre es lo más difícil de aceptar!
-¿No cree usted que el psicoanálisis se ha convertido en un instrumento expiatorio fácil para nuestro problema?
-Esa tendencia existe, pero más preocupante es quizás el hecho de que el psicoanálisis ya no sea un instrumento sino una fuente de motivación. Freud elaboró una teoría relativa a la precoz naturaleza sexual de los niños. Como es obvio, los psiquiatras no esperaban que los niños se prestaran a verdaderos actos sexuales; de todas maneras, no resultaba tan fácil explicar su manera de chupar el pecho o la búsqueda automática de tal o cual parte erógena de su propio cuerpo. Por desgracia, a continuación se llegaron a connotar en términos sexuales hasta la comida del niño, las historietas que leía o los programas de televisión que miraba. Sería fácil concluir que en todo eso los psicoanalistas leían más de lo que realmente había. Así, esos niños quedan hoy encuadrados por un mundo sexualmente orientado -creado por accidente para ellos y no por ellos-, un mundo que, en esta fase del desarrollo, les ofrece bien pocas ventajas.
-En su último libro, Herculine Barbin llamada Alexina B. , usted despliega el tema del cambio de sexo.
-Estaba haciendo algunas investigaciones para la Historia de la sexualidad en los archivos del departamento de Charente-Maritime cuando me cayó en las manos la extraordinaria relación del caso de una mujer cuyo estado civil debió rectificarse y a la que hubo que anotar como hombre. Los casos de cambio de sexo son corrientes en nuestra época, pero en general se trata de hombres que se convierten en mujeres. Vienen a la mente de inmediato ejemplos como el de Christine Jorgensen, que después fue actriz, o el de la célebre Jan Morris. Como sea, la mayoría de las mujeres transformadas en hombres tenían, al parecer, los órganos de los dos sexos y la transformación estaba determinada por la preponderancia de la hormona masculina o la hormona femenina. El caso de Alexina B. fue extraordinario no sólo debido al aspecto físico, sino también a la masa de documentos exhaustivos y de acceso inmediato: esencialmente, informes de médicos y abogados. En consecuencia, pude estudiarlo en sus grandes líneas. Alexina B. descubrió la incongruencia de su propia personalidad cuando se enamoró de otra mujer. Si se tiene en cuenta que esto sucedía en el siglo XIX y, más aún, en una pequeña ciudad de provincia, es interesante advertir que ella no procuró reprimir sus sentimientos como desviaciones homosexuales y dejar todo como estaba. De haber sido así, no habría nada que escribir sobre el tema?
-Al parecer, usted siente una fascinación intensa por la exposición cronológica y el análisis de un acontecimiento real. También ha publicado Yo, Pierre Rivière, habiendo degollado a mi madre, mi hermana y mi hermano?
-Medio siglo, pero pocos kilómetros, separan a Pierre Rivière de Herculine Barbin. En cierto sentido, ambos reaccionaban contra el medio y la clase social en los que habían nacido. No considero que el acto de Pierre Rivière -si bien engloba un matricidio y tres homicidios- sea la afirmación de una mente atormentada o criminal. Es una manifestación de increíble violencia si se la compara con la de Herculine, pero la sociedad campesina normanda en la cual creció Pierre aceptaba la violencia y la degradación humanas como un elemento de la vida cotidiana. Pierre era un producto de su propia sociedad, así como Herculine lo era de su sociedad burguesa y nosotros lo somos de nuestro medio sofisticado y mecanizado. Después de cometido su crimen, Pierre podría haber sido capturado con mucha facilidad por los demás habitantes de la aldea, pero éstos tenían la sensación de que no era un deber de la colectividad administrar justicia por su propia cuenta. Estaban convencidos de que era el padre de Pierre quien debía asumir el papel de vengador y rectificar la situación. Algunos críticos consideraron mi libro sobre Pierre Rivière como una reafirmación de la teoría existencial, pero en mi opinión eso es absurdo. Veo a Pierre como la imagen de la fatalidad de su tiempo, exactamente como Herculine reflejaba el optimismo de fines del siglo pasado, cuando el mundo era fluido y podía pasar cualquier cosa, cualquier locura.
-Pero Pierre Rivière podría convertirse fácilmente en una ilustración clínica extraída de la Historia de la locura en la época clásica ?
-La psiquiatría contemporánea sostendría que Pierre se vio obligado a cometer su horrible crimen. Pero ¿por qué debemos situarlo todo en el límite entre salud mental y locura? ¿Por qué no podríamos aceptar la idea de que hay personas totalmente amorales que caminan por la calle y son absolutamente capaces de cometer homicidios o infligir mutilaciones sin experimentar sentimiento de culpa o escrúpulo de conciencia algunos? ¿Hasta qué punto Charles Manson está loco, hasta qué punto los asesinos de niños que deambulan en libertad por Inglaterra están locos? O, en una escala mucho más grande, ¿cuál era el grado de locura de Hitler? La psiquiatría puede llegar a conclusiones basadas en tests, pero aun el mejor de estos puede falsificarse. Yo me limito a sostener que todo debe juzgarse desde su propia perspectiva y no en función de precedentes eventualmente verificados. En la Historia de la locura traté, en sustancia, de investigar la aparición del concepto moderno de enfermedad mental y de las instituciones psiquiátricas en general. Me incliné a incorporar mis reflexiones personales sobre la locura y sus relaciones con la literatura, sobre todo cuando afectaba a grandes figuras como Nietzsche, Rousseau y Artaud. ¿Puede una forma de locura originarse en la soledad impuesta por la profesión literaria? ¿Es posible que la composición química de un escritor estimule metabólicamente las raíces de la locura? Éstas no son, por cierto, preguntas que puedan encontrar respuesta mediante una simple presión sobre el teclado de una computadora IBM.
-¿Cuál es su posición con respecto a los diferentes movimientos de liberación sexual?
-El objetivo fundamental que se proponen es digno de admiración: producir hombres libres e ilustrados. Pero justamente el hecho de que se hayan organizado con arreglo a categorías sexuales -la liberación de la mujer, la liberación homosexual, la liberación de la mujer en el hogar- es en extremo perjudicial. ¿Cómo se puede liberar efectivamente a personas que están ligadas a un grupo que exige la subordinación a ideales y objetivos específicos? ¿Por qué el movimiento de liberación de la mujer sólo debe reunir a mujeres? Para serle franco, ¡no estoy seguro de que aceptaran la adhesión de los hombres! Muchas veces, las filiales locales de los movimientos homosexuales son en la práctica clubes privados. La verdadera liberación significa conocerse a sí mismo y con frecuencia no puede alcanzarse por intermedio de un grupo, sea cual fuere.
-Hasta ahora la acción de masas parece haber sido eficaz.
-De todas formas, el pensamiento individual puede mover montañas? y hasta doblar cucharas. Y es el conocimiento el que estimula el pensamiento. Por eso, en libros como Las palabras y las cosas y La arqueología del saber traté de estructurar de manera orgánica el saber en esquemas de comprensión y acceso inmediatos. La historia es saber y, por lo tanto, los hombres pueden conocer a través de ejemplos de qué manera, en el transcurso de épocas pasadas, se afrontó la vida y se resolvieron sus problemas. La vida misma es una forma de autocrítica, dado que, aun en las más mínimas elecciones, es preciso efectuar una selección en función de múltiples estímulos. En La arqueología del saber intenté analizar el sistema de pensamiento que me es personal y el modo en que llegué a él. Se trata, con todo, de una operación que no habría podido llevar a cabo sin la ayuda de una buena cantidad de escritores y filósofos que estudié a lo largo de los años.
-A pesar de sus vastos conocimientos, o quizás a causa de ellos, hay muchas cosas que lo contrarían.
-Miro mi país, miro los demás países y llego a la conclusión de que carecemos de imaginación sociológica y política, y ello en todos los aspectos. En el plano social sentimos amargamente la falta de medios para contener y mantener el interés no de intelectuales, sino del común de los mortales. El conjunto de la literatura comercial masiva es de una pobreza lamentable, y la televisión, lejos de alimentar, aniquila. En el plano político hay en la hora actual muy pocas personalidades que tengan gran carisma o imaginación. ¿Y cómo podemos pretender entonces que la gente haga un aporte valedero a la sociedad, si los instrumentos que se le proponen son ineficaces?
-¿Cuál sería la solución?
-Debemos empezar por reinventar el futuro, sumergiéndonos en un presente más creativo. Dejemos de lado Disneylandia y pensemos en Marcuse.
-No ha dicho nada de sí mismo, del lugar donde creció, el modo como se desenvolvió su infancia.
-Querido amigo, los filósofos no nacen? son, ¡y con eso basta!
Traducción: Horacio Pons.
Michel Foucault
Siglo XXI
Subtitulado Sobre el poder, la prisión y la vida, este volumen, que la editorial Siglo XXI editará en la Argentina en octubre, recoge entrevistas y una serie de artículos dispersos que retoman algunos de los temas centrales que abordó el pensador francés a lo largo de su amplia y variada obra.
http://www.lanacion.com.ar/1509936-michel-foucault-la-maxima-aspiracion-del-poder-es-la-inmortalidad
Una mirada a lo singular del sujeto
La revista constituye una crítica a la regulación y el control ilimitado de los cuerpos que propone el neo-higienismo.
Por Gabriela Dargenton*
Esta revista nace con el espíritu de mantener abierto un espacio de opinión, intercambio y transmisión que esté en constante movimiento y que pueda reflejar algo de lo que fue ese encuentro donde pedagogos, maestros, acompañantes terapéuticos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, psicoanalistas y diversas disciplinas concernidas en el problema nos juntamos a comenzar a diseñar nuevas respuestas posibles.
Con una dinámica presentación, se podrán recorrer trabajos que irán cambiando al compás del avance de la agenda de encuentros destinada a tal intercambio.
En este primer número, el lector podrá recorrer artículos que asientan principios del psicoanálisis y delatan la oscura ideología sobre la que se sostienen las supuestas bondades de la evaluación y las políticas de prevención neohigienistas.
Nuestras investigaciones ponen a cielo abierto algunos de los elementos en juego a la hora de ser todos evaluados por el manual DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales): las coordenadas políticas y bio políticas en juego; la medicalización y los hechos clínicos y diagnósticos que esto conlleva; el autismo y el problema familiar; la universalización diagnóstica y sus peligros; la educación y el higienismo. El lector podrá apreciar esta otra perspectiva que mantiene nuestro debate.
Los hacedores invitamos a todos los interesados a visitar estas páginas con la convicción que en ellas podrá encontrar otra cosa que la indiferencia y el anonimato del "todos iguales".
Para acceder a esta Revista Virtual se puede ingresar a www.eolcba.com.ar o www.cieccordoba.com.ar.
*Integrante de EOL Córdoba. Este texto es el editorial del primer número.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-37105-2013-01-03.html
Por Gabriela Dargenton*
Los
psicoanalistas de la Orientación Lacaniana abrimos el espacio virtual
"El sufrimiento bajo control" para dar a conocer nuestro punto de vista
respecto de un tema acuciante que señala incisivamente a la civilización
actual: la regulación y el control ilimitado de los cuerpos cuya
consecuencia es el intento de clasificar todo el sufrimiento humano en
categorías cada vez más universalizantes. Bajo la hegemonía de la cifra,
los aplastantes protocolos, los infinitos standards que hacen
comparables a todos, se hace circular la idea de resultados rápidos con
una eficacia directa. Se constata, en cambio, que no siempre ni en todos
los casos esta obtención se produce, ya que ningún universal es
aplicable a todos los casos tomados singularmente y a priori de toda
particularidad en juego.
"El sufrimiento bajo control" nombra el modo de localizar un
problema social mundial, que pusimos al trabajo en las Jornadas que
-bajo el mismo nombre- fueron convocadas para reflexionar sobre ello y
para intercambiar distintas perspectivas que se encuentran escondidas
en la cuestión. El tema resuena también con el nombre del documental,
que podrán encontrar en la revista, "La infancia bajo control",
producido en Europa y dirigido por M. Pierre Joury, quien lo realiza a
partir de entrevistas a expertos y visitas a centros y establecimientos
educativos donde estas prácticas tienen lugar.Esta revista nace con el espíritu de mantener abierto un espacio de opinión, intercambio y transmisión que esté en constante movimiento y que pueda reflejar algo de lo que fue ese encuentro donde pedagogos, maestros, acompañantes terapéuticos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, psicoanalistas y diversas disciplinas concernidas en el problema nos juntamos a comenzar a diseñar nuevas respuestas posibles.
Con una dinámica presentación, se podrán recorrer trabajos que irán cambiando al compás del avance de la agenda de encuentros destinada a tal intercambio.
En este primer número, el lector podrá recorrer artículos que asientan principios del psicoanálisis y delatan la oscura ideología sobre la que se sostienen las supuestas bondades de la evaluación y las políticas de prevención neohigienistas.
Nuestras investigaciones ponen a cielo abierto algunos de los elementos en juego a la hora de ser todos evaluados por el manual DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales): las coordenadas políticas y bio políticas en juego; la medicalización y los hechos clínicos y diagnósticos que esto conlleva; el autismo y el problema familiar; la universalización diagnóstica y sus peligros; la educación y el higienismo. El lector podrá apreciar esta otra perspectiva que mantiene nuestro debate.
Los hacedores invitamos a todos los interesados a visitar estas páginas con la convicción que en ellas podrá encontrar otra cosa que la indiferencia y el anonimato del "todos iguales".
Para acceder a esta Revista Virtual se puede ingresar a www.eolcba.com.ar o www.cieccordoba.com.ar.
*Integrante de EOL Córdoba. Este texto es el editorial del primer número.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-37105-2013-01-03.html
sábado, 26 de janeiro de 2013
Una puerta abierta a la subjetividad
Por Edit Tendlarz*
Nos ocupamos de las diferentes cuestiones que giran alrededor de una nueva forma de goce, mientras que la época freudiana se caracterizaba por la prohibición, la interdicción del ejercicio del goce. El sujeto, temeroso de la prohibición y de la ley, se ha transformado en un sujeto a quien los imperativos contemporáneos llevan, al decir de Freud, a un placer de otra índole. Es ahora, en la época actual, que el aislamiento y el goce se imponen como estilo de vida.
Los tiempos en los que nació el psicoanálisis han sido llamados por JacquesAlain Miller una época disciplinaria, en la que el padre, con su reino simbólico, producía una suerte de ordenamiento con relación al goce. La época disciplinaria estaba centrada en el poder del amo. Hoy, a partir de la declinación de aquel significante primordial, ha surgido un nuevo reinado, el reinado del goce.
Los tres últimos números del Aperiódico estuvieron dedicados con exclusividad al tema del autismo. Como directora, me pareció un buen momento en la vida del Aperiódico para que diversos psicoanalistas puedan volcar sus trabajos clínicos y de investigación sobre las distintas caras del autismo. Parecía necesario compilar esos trabajos en un solo volumen. Ese material fue elegido con cuidado, al punto de suscitar un fecundo caudal de cuestiones clínicas que pueden conducir al lector a repensar qué psicoanálisis ofrecemos desde la orientación lacaniana en el tratamiento de los autismos.
Me refiero a los autismos en plural, ya que desde nuestra orientación, se trata del abordaje clínico de cada autista, uno por uno, ya sea de un niño autista o de un adulto autista. Sostenemos que los psicoanalistas podemos responder a cada uno de los autismos, y escuchar así el testimonio singular del padecimiento de cada quien y de cada familia.
¿Por qué dedicarle atención a la clínica del autismo? En Francia, en las décadas de 1960 y 1970, quienes comenzaron a trabajar con niños autistas fueron psicólogos que se apoyaron en psicoanalistas como Margaret Mahler, Donald Meltzer, Frances Tustin, Maud Manonni, y Rosine y Robert Lefort: todos ellos alentaron la posibilidad de un diagnóstico y de un tratamiento. En la actualidad, la clínica del autismo sostenida desde el psicoanálisis nos lleva a abrir las puertas y a tomar distancia de ciertos estigmas que favorecen la creencia de la cronificación deficitaria.
Es notable la divergencia que podemos constatar entre los modos de operar propios de las terapias cognitivoconductuales y los del psicoanálisis. La clínica psicoanalítica nos interroga constantemente en nuestro quehacer, sostenido por el deseo del analista: los analistas no nos ocupamos de estándares ni de clichés sino de la particularidad y de la lógica de cada quién.
En esta ocasión, la propuesta, desde el psicoanálisis de la orientación lacaniana, es que los analistas podamos acompañar a los niños autistas en un trabajo de invención donde la precisión clínica opere como brújula del tratamiento, abriéndonos a cuestiones éticas y políticas que nos conciernen. Situándonos en este contexto, el tratamiento parte del respeto, de las invenciones y construcciones que el niño autista ha ido armando y que cumplen una función. En cada niño esa construcción ocupará una función diferente que deberá ser alojada por los psicoanalistas que conduzcan el tratamiento.
En esta compilación, cada artículo analiza una cuestión actual, proponiendo un acercamiento al sujeto autista en la construcción de un horizonte que difiere sustancialmente de las técnicas de aprendizaje.
El esfuerzo del psicoanálisis es demostrar que no hay etiquetas posibles en tanto cada sujeto es inclasificable; es decir, que cada sujeto no encaja en un protocolo. Los padres que optan por analistas que abren las puertas a la singularidad de los seres hablantes van a contramano de lo que ciertos sectores de nuestra sociedad proponen. En los tratamientos psicoanalíticos, a los padres se les ofrece un espacio para que puedan testimoniar sobre el padecimiento que sufren, tanto ellos como sus hijos. Los analistas seguimos apostando a actualizarnos en la clínica, oponiendo a las cifras y evaluaciones la respuesta psicoanalítica: vale decir, abriendo el juego a la subjetividad de cada uno.
*Compiladora. Psicoanalista EOL. Directora de Aperiódico Psicoanalítico.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-37388-2013-01-24.html
PSICOLOGIA › UNA CLINICA POSIBLE DEL AUTISMO INFANTIL, DEL APERIODICO PSICOANALITICO
Una puerta abierta a la subjetividad
El esfuerzo del psicoanálisis es demostrar que no
hay etiquetas posibles en tanto cada sujeto es inclasificable; es decir,
que no encaja en un protocolo. Los padres que lo eligen van a
contramano del actual mandato de clasificar.
El libro
Una clínica posible del autismo infantil reúne numerosos artículos
dedicados a la clínica del autismo que se inscriben en la orientación
actual de la clínica analítica esclarecida por Jacques Lacan. La
decisión de publicar esta obra nace como hito en el aniversario de una
publicación que ya tiene una década de vida. En estos diez años, si algo
caracterizó al Aperiódico Psicoanalítico (donde se publicaron
originalmente los artículos del libro), fue la variedad de temas que
hemos tratado y desplegado junto con psicoanalistas de diferentes partes
del globo. Con prólogo de Liliana Cazenave, se presentará próximamente
en Rosario.
En todos y en cada uno de los temas trabajados, en las sucesivas
pero diferentes ediciones del Aperiódico, se ha atendido a la actualidad
de los síntomas modernos y a las diferentes formas de malestar en la
civilización que hoy se presentan, todas ellas, unidas bajo el
imperativo, la obligación y el derecho a gozar.Nos ocupamos de las diferentes cuestiones que giran alrededor de una nueva forma de goce, mientras que la época freudiana se caracterizaba por la prohibición, la interdicción del ejercicio del goce. El sujeto, temeroso de la prohibición y de la ley, se ha transformado en un sujeto a quien los imperativos contemporáneos llevan, al decir de Freud, a un placer de otra índole. Es ahora, en la época actual, que el aislamiento y el goce se imponen como estilo de vida.
Los tiempos en los que nació el psicoanálisis han sido llamados por JacquesAlain Miller una época disciplinaria, en la que el padre, con su reino simbólico, producía una suerte de ordenamiento con relación al goce. La época disciplinaria estaba centrada en el poder del amo. Hoy, a partir de la declinación de aquel significante primordial, ha surgido un nuevo reinado, el reinado del goce.
Los tres últimos números del Aperiódico estuvieron dedicados con exclusividad al tema del autismo. Como directora, me pareció un buen momento en la vida del Aperiódico para que diversos psicoanalistas puedan volcar sus trabajos clínicos y de investigación sobre las distintas caras del autismo. Parecía necesario compilar esos trabajos en un solo volumen. Ese material fue elegido con cuidado, al punto de suscitar un fecundo caudal de cuestiones clínicas que pueden conducir al lector a repensar qué psicoanálisis ofrecemos desde la orientación lacaniana en el tratamiento de los autismos.
Me refiero a los autismos en plural, ya que desde nuestra orientación, se trata del abordaje clínico de cada autista, uno por uno, ya sea de un niño autista o de un adulto autista. Sostenemos que los psicoanalistas podemos responder a cada uno de los autismos, y escuchar así el testimonio singular del padecimiento de cada quien y de cada familia.
¿Por qué dedicarle atención a la clínica del autismo? En Francia, en las décadas de 1960 y 1970, quienes comenzaron a trabajar con niños autistas fueron psicólogos que se apoyaron en psicoanalistas como Margaret Mahler, Donald Meltzer, Frances Tustin, Maud Manonni, y Rosine y Robert Lefort: todos ellos alentaron la posibilidad de un diagnóstico y de un tratamiento. En la actualidad, la clínica del autismo sostenida desde el psicoanálisis nos lleva a abrir las puertas y a tomar distancia de ciertos estigmas que favorecen la creencia de la cronificación deficitaria.
Es notable la divergencia que podemos constatar entre los modos de operar propios de las terapias cognitivoconductuales y los del psicoanálisis. La clínica psicoanalítica nos interroga constantemente en nuestro quehacer, sostenido por el deseo del analista: los analistas no nos ocupamos de estándares ni de clichés sino de la particularidad y de la lógica de cada quién.
En esta ocasión, la propuesta, desde el psicoanálisis de la orientación lacaniana, es que los analistas podamos acompañar a los niños autistas en un trabajo de invención donde la precisión clínica opere como brújula del tratamiento, abriéndonos a cuestiones éticas y políticas que nos conciernen. Situándonos en este contexto, el tratamiento parte del respeto, de las invenciones y construcciones que el niño autista ha ido armando y que cumplen una función. En cada niño esa construcción ocupará una función diferente que deberá ser alojada por los psicoanalistas que conduzcan el tratamiento.
En esta compilación, cada artículo analiza una cuestión actual, proponiendo un acercamiento al sujeto autista en la construcción de un horizonte que difiere sustancialmente de las técnicas de aprendizaje.
El esfuerzo del psicoanálisis es demostrar que no hay etiquetas posibles en tanto cada sujeto es inclasificable; es decir, que cada sujeto no encaja en un protocolo. Los padres que optan por analistas que abren las puertas a la singularidad de los seres hablantes van a contramano de lo que ciertos sectores de nuestra sociedad proponen. En los tratamientos psicoanalíticos, a los padres se les ofrece un espacio para que puedan testimoniar sobre el padecimiento que sufren, tanto ellos como sus hijos. Los analistas seguimos apostando a actualizarnos en la clínica, oponiendo a las cifras y evaluaciones la respuesta psicoanalítica: vale decir, abriendo el juego a la subjetividad de cada uno.
*Compiladora. Psicoanalista EOL. Directora de Aperiódico Psicoanalítico.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-37388-2013-01-24.html
LACAN COTIDIANO # 273 EL VATICANO Y EL PSICOANÁLISIS– Algunas marcas históricas por Cinzia Crosali
En la entrevista recogida por Anne Ganivet-Poumellec, el 10 de enero de 2013, para LQ nº
267, Jacques Alain Miller dice: « uno puede oponerse al matrimonio gay por un montón de
razones, de gusto, de dogma, de tradición, (…), pero lo que no se puede es hacerlo en nombre
del psicoanálisis ». Estos discursos se refieren a la actitud que tienen hoy numerosos
representantes de la Iglesia católica en cuanto al proyecto de Ley sobre el matrimonio para
todos, aquello de « hacer virar al psicoanálisis a cuenta de la religión » para defender la idea de
familia tradicional. Lo que golpea es el lugar dado a « la naturaleza » en tanto que brújula de la
conducta humana, cuando se sabe que, durante largo tiempo, la instrucción pastoral reprendió
lo que, las tendencias naturales del hombre, haciendo demasiado aparente a los instintos, y
considerando como obstáculo al acto libre y voluntario.
La Iglesia contra Freud
Al principio del último siglo, la Iglesia católica
había visto en el psicoanálisis naciente el lugar de la
subversión de la moral tradicional y de los valores
fundacionales de la sociedad. Como hoy, era la
inocencia de los niños, y entonces su seguridad,
quienes estaban amenazadas y que era necesario
defender. Los organismos de control eclesiásticos se
opondrán en conjunto a la difusión de las ideas
freudianas, esas mismas ideas que verdaderamente quieren utilizar hoy para servir a la causa
natural, constituida por un padre y una madre.
En Italia, la Iglesia católica tuvo con el fascismo y el idealismo filosófico el adversario mayor
del desarrollo de las teorías freudianas. Consideradas como difusoras del « pansexualismo », «
ateísmo » y « determinismo », se las acusa de poner en peligro el orden social tradicional. La
oposición de la Iglesia inquietaba a Freud, y le hizo dudar en el momento de publicar su
trabajo sobre Moisés. Escribía entonces a Arnold Zweig: « Nosotros vivimos aquí en una
atmósfera de estricta ortodoxia católica. Se dice que la política de nuestro país está dirigida
por cierto padre Schmidt; es el hombre de confianza del Papa. Para peor, el mismo es
etnógrafo e historiador de las religiones y no demuestra en sus libros su horror al
psicoanálisis y, en particular a mi teoría del Tótem. En Roma, Edoardo Weiss fundó un grupo
psicoanalítico y publicó varios números de una Rivista Italiana di Psicoanalisi. Bruscamente,
le prohibieron esta publicación. (…) Se dice que (la
prohibición) viene directamente del Vaticano y que el
Padre Schmidt es el responsable. Bien se puede esperar
que una publicación que provenga de mí causara alguna
sensación y no escapara a la atención de este Padre
hostil. De este modo se corría el riesgo deque
prohibieran el psicoanálisis en Viena, y de que
suspendieran todos nuestros trabajos.»1
Edoardo Weiss fue un de los pioneros del psicoanálisis
en Italia, y el analista de Italo Svevo. Su primer libro, «
Elementi di psicoanalisi (Elementos de psicoanálisis)»,
había atraído sobre él la mirada del Santo Oficio. En su
reedición en 1933, un proyecto para incluir en el índex al
libro fue tomado en consideración por la Congregación
para la doctrina del Santo Oficio, y el jesuita Francesco Gaetani fue el encargado de redactar
un votum, no solamente sobre la obra Elementi di psicoanalisi, sino también sobre el
psicoanálisis en general.
Gaetani se expresó a favor de una condena de las teorías psicoanalíticas, aunque invitó a que no
se considerara a la minoría de psicoanalistas «honestos» que respetaban la religión. En el año
siguiente, el Papa Pío XI solicita que un nuevo estudio sea confiado a un franciscano, médico y
psicólogo, destinado a ser muy influyente: el Padre Agostino Gemelli, futuro fundador y
Rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
El experto del Vaticano
Criminólogo, surgido de una familia anticlerical, y convertido al catolicismo en la edad adulta,
Gemelli se interesaba en la psicología de los «místicos», lo que le valió el título de experto del
Vaticano. El Santo Oficio lo consultaba, en efecto, sobre los « casos » dudosos, cuando era
difícil hacer la división entre locura, superchería y santidad, en las personas que se creían
estigmatizadas y visitadas por la Virgen o por la Cruz.
El psicoanálisis naciente no había dejado de interesar al Padre Gemelli, pero su actitud hacia el
descubrimiento freudiano no puede más que ser llamado ambiguo. Esto no fue sin
consecuencias, dada su influencia dentro de la Santa Sede, y la autoridad « científica » que la
Iglesia le había reconocido Su ambigüedad se traduce por una oscilación. Por un lado, el
psicoanálisis le interesa, porque allí encuentra una correspondencia con su oposición a la visión
organicista de la persona, y también a la psicología de Wundt. Por el otro, condena el «
pansexualismo » freudiano y la pretendida primacía dad a los instintos. Así, Gemelli se opondrá
a Sante De Sanctis, que había querido, inspirándose en Freud, considerar « la conversión
religiosa » desde el ángulo de la sublimación de los instintos.
Para tomar una posición franca y defender al psicoanálisis, Agostino Gemelli tendría que haber
tenido el coraje de ser subversivo y de ir contra la corriente. Estaba desprovisto de estas
cualidades. De 1929 a 1939, multiplicó los elogios a la ideología fascista y asumió una
posición antisemita. Obedece alas leyes raciales que imponían la expulsión de los judíos de la
Universidad. Deseando que los judíos conversos y bautizados fueran exceptuados, no pensó en
sustraerse a las órdenes gubernamentales en lo que concierne a su Universidad. Su posición
frente a Freud y al psicoanálisis no deja de tener relación con su apología muy marcada de la
ideología fascista, a la que exaltaba abiertamente. No obstante, como lo dice Michel David en
su libro Storia della psicoanalisi nella cultura italiana,2 más que sus intervenciones, son los
silencios de Gemelli los que impactan, porque se calló en el momento en el que debía oponerse.
Hoy, al contrario, el silencio de la Iglesia sería preferible a su oposición tan rimbombante al
derecho de los gays al matrimonio, en las manifestaciones de la calle y en las tribunas de los
medios.
Hoy, el caso de Brescia
En Italia, la cuestión del matrimonio gay no tiene
aún la misma amplitud que en Francia. Pero la
Iglesia se expresa frente a episodios aislados de
transformación familiar. El último episodio ocurrió
en la primera semana de enero de 2013 en la
ciudad de Brescia.
Una sentencia inhabitual de la Corte de Casación trastornó las pautas tradicionales. El alto
tribunal, atrapado por el caso, decidió que un niño fuera confiado exclusivamente a la madre
homosexual, que vive en pareja con su compañera, y rechazó el pedido del padre, musulmán,
que se había opuesto a esta decisión. El niño había sido confiado a la madre después de los
actos de violencia cometidos, delante del niño, por el padre sobre la compañera de la madre.
Esas violencias se habían dado después del rechazo del padre de ver al niño (al que había
abandonado cuando era muy pequeño) en ocasión de los encuentros facilitados por los servicios
sociales. La sentencia estableció que «ninguna certeza científica o experiencia prueba que el
hecho de vivir en una familia constituida por una pareja homosexual sea peligroso para el
desarrollo equilibrado del niño».
La reacción de la Iglesia fue muy rápida: Monseñor Domenco Segalini, obispo de Palestrina y
presidente de la comisión CEI (Conferenza Episcopale
Italiana) para el Laicado, se expresó así, en los términos siguientes: «No se puede construir
una sociedad civil a partir de las sentencias de los tribunales (..). Hay estudios precisos,
psicológicos y filosóficos, que deben orientar a las personas. No es la ley la que tiene que
establecer cuál es la mejor relación con los padres (...)»3 Deja entender que en caso de conflicto
entre los padres, en lo que concierne a la guarda de los hijos, el criterio no puede ser más el de
la ley y el del juez, sino el de los avances científicos que regirían a la sociedad civil.
La Santa Sede también tomó una posición firme, cuando juzgó a la sentencia de la Casación
como una « decisión ambigua que desconcierta ». El arzobispo Vincenzo Paglia, presidente del
Dicastero (Congregatio) explicó en la Radio Vaticana para la familia, que, « da che mondo è
mondo (desde que el mundo es mundo), el niño debe nacer y crecer en la vida ordinaria, es
decir con un padre y una madre ».4
El día después de la sentencia el ’Avvenire, el diario oficial de la Conferencia Episcopal
Italiana, escribió: « El punto más perturbador (es el hecho) de considerar al niño como un
sujeto manipulable a través de experimentos que están fuera de la realidad natural, biológica y
psíquica, humana (…). Según l’Avvenire, la sentencia « queda en entredicho, ya que borra todo
lo que la experiencia humana, y con ella las ciencias psicológicas, han elaborado y acumulado
en materia de formación de los niños »5
Es sorprendente que las autoridades más elevadas de la Iglesia, a partir de ahora, se remitan a
“la ciencia”, y le den, así dicen, la última palabra en cuestiones tales como “¿de dónde vengo?
¿a dónde voy?”, que antes eran consideradas como la marca del misterio de la vida, misterio
incluido en el designio Divino.
No estamos muy seguros en cuanto a la transición que se ha hecho entre el « milagro de la vida
» de antaño y la « vida ordinaria » a la que cada uno es remitido hoy, y que estaría fundada
sobre la biología, la anatomía y las « ciencias psicológicas ».
1 : Carta de Sigmund Freud a Arnold Zweig del 30 septiembre 1934 (Sigmund Freud,
Correspondance 1873-1939, Paris, Gallimard, 2ème éd., 1979, p. 459). (subrayado nuestro)
2 : David Michel, La psicoanalisi nella cultura italiana, Bollati Boringhieri, Torino 1990 (premières
éditions 1966)
3 : La Repubblica 11.01.2013
http://www.repubblica.it/ cronaca/2013/01/11/news/ cassazione_bimbo_pu_crescer e_bene_anche_in_famiglia_o mo
sessuale-50330615/
4 : La Repubblica.it 12.01.2013
5 : La Repubblica.it 12.01.2013 (subrayado nuestro
267, Jacques Alain Miller dice: « uno puede oponerse al matrimonio gay por un montón de
razones, de gusto, de dogma, de tradición, (…), pero lo que no se puede es hacerlo en nombre
del psicoanálisis ». Estos discursos se refieren a la actitud que tienen hoy numerosos
representantes de la Iglesia católica en cuanto al proyecto de Ley sobre el matrimonio para
todos, aquello de « hacer virar al psicoanálisis a cuenta de la religión » para defender la idea de
familia tradicional. Lo que golpea es el lugar dado a « la naturaleza » en tanto que brújula de la
conducta humana, cuando se sabe que, durante largo tiempo, la instrucción pastoral reprendió
lo que, las tendencias naturales del hombre, haciendo demasiado aparente a los instintos, y
considerando como obstáculo al acto libre y voluntario.
La Iglesia contra Freud
Al principio del último siglo, la Iglesia católica
había visto en el psicoanálisis naciente el lugar de la
subversión de la moral tradicional y de los valores
fundacionales de la sociedad. Como hoy, era la
inocencia de los niños, y entonces su seguridad,
quienes estaban amenazadas y que era necesario
defender. Los organismos de control eclesiásticos se
opondrán en conjunto a la difusión de las ideas
freudianas, esas mismas ideas que verdaderamente quieren utilizar hoy para servir a la causa
natural, constituida por un padre y una madre.
En Italia, la Iglesia católica tuvo con el fascismo y el idealismo filosófico el adversario mayor
del desarrollo de las teorías freudianas. Consideradas como difusoras del « pansexualismo », «
ateísmo » y « determinismo », se las acusa de poner en peligro el orden social tradicional. La
oposición de la Iglesia inquietaba a Freud, y le hizo dudar en el momento de publicar su
trabajo sobre Moisés. Escribía entonces a Arnold Zweig: « Nosotros vivimos aquí en una
atmósfera de estricta ortodoxia católica. Se dice que la política de nuestro país está dirigida
por cierto padre Schmidt; es el hombre de confianza del Papa. Para peor, el mismo es
etnógrafo e historiador de las religiones y no demuestra en sus libros su horror al
psicoanálisis y, en particular a mi teoría del Tótem. En Roma, Edoardo Weiss fundó un grupo
psicoanalítico y publicó varios números de una Rivista Italiana di Psicoanalisi. Bruscamente,
le prohibieron esta publicación. (…) Se dice que (la
prohibición) viene directamente del Vaticano y que el
Padre Schmidt es el responsable. Bien se puede esperar
que una publicación que provenga de mí causara alguna
sensación y no escapara a la atención de este Padre
hostil. De este modo se corría el riesgo deque
prohibieran el psicoanálisis en Viena, y de que
suspendieran todos nuestros trabajos.»1
Edoardo Weiss fue un de los pioneros del psicoanálisis
en Italia, y el analista de Italo Svevo. Su primer libro, «
Elementi di psicoanalisi (Elementos de psicoanálisis)»,
había atraído sobre él la mirada del Santo Oficio. En su
reedición en 1933, un proyecto para incluir en el índex al
libro fue tomado en consideración por la Congregación
para la doctrina del Santo Oficio, y el jesuita Francesco Gaetani fue el encargado de redactar
un votum, no solamente sobre la obra Elementi di psicoanalisi, sino también sobre el
psicoanálisis en general.
Gaetani se expresó a favor de una condena de las teorías psicoanalíticas, aunque invitó a que no
se considerara a la minoría de psicoanalistas «honestos» que respetaban la religión. En el año
siguiente, el Papa Pío XI solicita que un nuevo estudio sea confiado a un franciscano, médico y
psicólogo, destinado a ser muy influyente: el Padre Agostino Gemelli, futuro fundador y
Rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
El experto del Vaticano
Criminólogo, surgido de una familia anticlerical, y convertido al catolicismo en la edad adulta,
Gemelli se interesaba en la psicología de los «místicos», lo que le valió el título de experto del
Vaticano. El Santo Oficio lo consultaba, en efecto, sobre los « casos » dudosos, cuando era
difícil hacer la división entre locura, superchería y santidad, en las personas que se creían
estigmatizadas y visitadas por la Virgen o por la Cruz.
El psicoanálisis naciente no había dejado de interesar al Padre Gemelli, pero su actitud hacia el
descubrimiento freudiano no puede más que ser llamado ambiguo. Esto no fue sin
consecuencias, dada su influencia dentro de la Santa Sede, y la autoridad « científica » que la
Iglesia le había reconocido Su ambigüedad se traduce por una oscilación. Por un lado, el
psicoanálisis le interesa, porque allí encuentra una correspondencia con su oposición a la visión
organicista de la persona, y también a la psicología de Wundt. Por el otro, condena el «
pansexualismo » freudiano y la pretendida primacía dad a los instintos. Así, Gemelli se opondrá
a Sante De Sanctis, que había querido, inspirándose en Freud, considerar « la conversión
religiosa » desde el ángulo de la sublimación de los instintos.
Para tomar una posición franca y defender al psicoanálisis, Agostino Gemelli tendría que haber
tenido el coraje de ser subversivo y de ir contra la corriente. Estaba desprovisto de estas
cualidades. De 1929 a 1939, multiplicó los elogios a la ideología fascista y asumió una
posición antisemita. Obedece alas leyes raciales que imponían la expulsión de los judíos de la
Universidad. Deseando que los judíos conversos y bautizados fueran exceptuados, no pensó en
sustraerse a las órdenes gubernamentales en lo que concierne a su Universidad. Su posición
frente a Freud y al psicoanálisis no deja de tener relación con su apología muy marcada de la
ideología fascista, a la que exaltaba abiertamente. No obstante, como lo dice Michel David en
su libro Storia della psicoanalisi nella cultura italiana,2 más que sus intervenciones, son los
silencios de Gemelli los que impactan, porque se calló en el momento en el que debía oponerse.
Hoy, al contrario, el silencio de la Iglesia sería preferible a su oposición tan rimbombante al
derecho de los gays al matrimonio, en las manifestaciones de la calle y en las tribunas de los
medios.
Hoy, el caso de Brescia
En Italia, la cuestión del matrimonio gay no tiene
aún la misma amplitud que en Francia. Pero la
Iglesia se expresa frente a episodios aislados de
transformación familiar. El último episodio ocurrió
en la primera semana de enero de 2013 en la
ciudad de Brescia.
Una sentencia inhabitual de la Corte de Casación trastornó las pautas tradicionales. El alto
tribunal, atrapado por el caso, decidió que un niño fuera confiado exclusivamente a la madre
homosexual, que vive en pareja con su compañera, y rechazó el pedido del padre, musulmán,
que se había opuesto a esta decisión. El niño había sido confiado a la madre después de los
actos de violencia cometidos, delante del niño, por el padre sobre la compañera de la madre.
Esas violencias se habían dado después del rechazo del padre de ver al niño (al que había
abandonado cuando era muy pequeño) en ocasión de los encuentros facilitados por los servicios
sociales. La sentencia estableció que «ninguna certeza científica o experiencia prueba que el
hecho de vivir en una familia constituida por una pareja homosexual sea peligroso para el
desarrollo equilibrado del niño».
La reacción de la Iglesia fue muy rápida: Monseñor Domenco Segalini, obispo de Palestrina y
presidente de la comisión CEI (Conferenza Episcopale
Italiana) para el Laicado, se expresó así, en los términos siguientes: «No se puede construir
una sociedad civil a partir de las sentencias de los tribunales (..). Hay estudios precisos,
psicológicos y filosóficos, que deben orientar a las personas. No es la ley la que tiene que
establecer cuál es la mejor relación con los padres (...)»3 Deja entender que en caso de conflicto
entre los padres, en lo que concierne a la guarda de los hijos, el criterio no puede ser más el de
la ley y el del juez, sino el de los avances científicos que regirían a la sociedad civil.
La Santa Sede también tomó una posición firme, cuando juzgó a la sentencia de la Casación
como una « decisión ambigua que desconcierta ». El arzobispo Vincenzo Paglia, presidente del
Dicastero (Congregatio) explicó en la Radio Vaticana para la familia, que, « da che mondo è
mondo (desde que el mundo es mundo), el niño debe nacer y crecer en la vida ordinaria, es
decir con un padre y una madre ».4
El día después de la sentencia el ’Avvenire, el diario oficial de la Conferencia Episcopal
Italiana, escribió: « El punto más perturbador (es el hecho) de considerar al niño como un
sujeto manipulable a través de experimentos que están fuera de la realidad natural, biológica y
psíquica, humana (…). Según l’Avvenire, la sentencia « queda en entredicho, ya que borra todo
lo que la experiencia humana, y con ella las ciencias psicológicas, han elaborado y acumulado
en materia de formación de los niños »5
Es sorprendente que las autoridades más elevadas de la Iglesia, a partir de ahora, se remitan a
“la ciencia”, y le den, así dicen, la última palabra en cuestiones tales como “¿de dónde vengo?
¿a dónde voy?”, que antes eran consideradas como la marca del misterio de la vida, misterio
incluido en el designio Divino.
No estamos muy seguros en cuanto a la transición que se ha hecho entre el « milagro de la vida
» de antaño y la « vida ordinaria » a la que cada uno es remitido hoy, y que estaría fundada
sobre la biología, la anatomía y las « ciencias psicológicas ».
1 : Carta de Sigmund Freud a Arnold Zweig del 30 septiembre 1934 (Sigmund Freud,
Correspondance 1873-1939, Paris, Gallimard, 2ème éd., 1979, p. 459). (subrayado nuestro)
2 : David Michel, La psicoanalisi nella cultura italiana, Bollati Boringhieri, Torino 1990 (premières
éditions 1966)
3 : La Repubblica 11.01.2013
http://www.repubblica.it/
sessuale-50330615/
4 : La Repubblica.it 12.01.2013
5 : La Repubblica.it 12.01.2013 (subrayado nuestro
quarta-feira, 23 de janeiro de 2013
Psiquiatrização da vida e o DSM V: desafios para o início do século XXI
Os pesquisadores do Laboratório de
Estudos e Pesquisas em Saúde Mental e Atenção Psicossocial
(Laps/ENSP/Fiocruz) Paulo Amarante e Fernando Freitas publicaram artigo
no blog do Cebes, destacando que o Manual Diagnóstico e Estatístico de
Transtornos Mentais (DSM-V) vem reforçar a tendência à medicalização dos
comportamentos humanos de nossa época, ao transformá-los em patológicos
em seus mínimos detalhes. Confira a íntegra do artigo em anexo.
Psiquiatrização da vida e o DSM V: desafios para o início do século XXI
Crianças que fazem muita birra sofrem de um distúrbio psiquiátrico recentemente descoberto, a chamada “desregulação do temperamento com disforia”. Adolescentes que apresentam, de forma particular, comportamentos extravagantes podem sofrer da “síndrome de risco psicótico”. Homens e mulheres que demonstram muito interesse por sexo, quer dizer, aqueles que têm fantasias, impulsos e comportamentos sexuais acima da temperança recomendada, muito provavelmente padecem do distúrbio psiquiátrico chamado “desordem hipersexual”.
Essas são algumas das várias novidades que estão sendo propostas pela Associação Americana de Psiquiatria (conhecida internacionalmente como APA), para suceder o DSM-IV (Manual Diagnóstico e Estatístico de Transtornos Mentais), em vigor desde 1994. Há outras novidades que vem chamando a atenção de todos. Por exemplo, a “dependência à internet” e a “dependência a shopping”.
O que o DSM representa? Não apenas para a saúde pública propriamente dita, mas para a própria construção da subjetividade e intersubjetividade do homem contemporâneo? A medicalização crescente do nosso cotidiano.
Apenas para se ter uma ideia da chamada “inflação” dos distúrbios considerados objeto da psiquiatria: há cinquenta anos eram seis as categorias de diagnóstico psiquiátrico, e hoje são mais de trezentas.
Nas últimas décadas o DSM tem servido como a bíblia para a chamada psiquiatria moderna e para os saberes e práticas subordinados a sua hegemonia. Os autores de suas sucessivas edições argumentam que suas pretensões são: (1) Fornecer uma “linguagem comum” para os clínicos; (2) servir de “ferramenta” para os pesquisadores; (3) ser uma “ponte” para a interface clínica/pesquisa; (4) ser o “livro de referência” em saúde mental para professores e estudantes; (5) disponibilizar o “código estatístico” para propósitos de pagamento dos serviços prestados e para fins administrativos do sistema de saúde; e, finalmente, (6) orientar “procedimentos forenses”.
Os impactos provocados por cada edição do DSM são inúmeros. Bem próximo de nós está o exemplo da pesquisa da OMS sobre a saúde mental dos moradores da metrópole de São Paulo. Segundo os resultados dessa pesquisa, cerca de 1/3 da sua população sofre de algum distúrbio psiquiátrico. A grande imprensa nacional tomou tal pesquisa para chamar a atenção da população para a situação do sistema de assistência em saúde mental do país, que estaria muito aquém das demandas dos cidadãos, muito em particular o SUS. E que, sendo São Paulo uma megalópole de um país com tendências à urbanização acelerada, o seu exemplo deve ser considerado como alarmante.
O que escapa à maioria das pessoas que receberam essa notícia pela grande mídia são detalhes de grande importância para a credibilidade da própria pesquisa. Quem financiou essa pesquisa (além da Fapesp (Fundação de Amparo à Pesquisa de São Paulo), entre outros órgãos públicos, como a própria OMS e a Opas) foram grandes conglomerados da indústria farmacêutica: Ortho-McNeil Pharmaceutical, a GlaxoSmithKline, Bristol-Meyers Squibb e Shire. Curiosamente, os autores declaram não haver conflito de interesses. Se isso não é conflito de interesses, então é necessário revisar esse conceito!
O DSM-V chega sendo objeto de grandes controvérsias. Basta uma consulta na Internet para se tomar conhecimento das contundentes críticas feitas por alguns dos principais autores do DSM-III e DSM-IV. O que o DSM-V vem reforçar ao DSM-IV? Parece ser a tendência à medicalização dos comportamentos humanos de nossa época, ao transformá-los em patológicos em seus mínimos detalhes. Nos termos que vêm se tornando públicos, o DSM-V reforça a tendência de assegurar e ampliar o mercado da saúde mental: 1) o consumo arbitrário de medicamentos de natureza psicotrópica, sem qualquer cuidado com os seus efeitos sobre a própria saúde de seus consumidores; (2) a expansão de serviços de diagnóstico e de consultas; (3) a medicalização da vida.
Na medida em que o modelo “a-teórico” (como ele mesmo se define) do DSM nos possibilita constatar, principalmente a partir dessa sua quinta versão, que seu objetivo real não é lançar luz sobre o conhecimento dos sofrimentos mentais, e, sim, produzir mais mercado para as intervenções psiquiátricas, cumpre à sociedade recusar esse projeto medicalizante/patologizante. As entidades de saúde, particularmente as médicas, os Conselhos de Saúde e de Direitos Humanos, os órgãos públicos de normalização, regulação, fiscalização (Ministério da Saúde, Ministério Público, conselhos profissionais, dentre outros) precisam se posicionar e cobrar a responsabilidade dos autores e multiplicadores de tais iniciativas.
* Paulo Amarante é presidente da Associação Brasileira de Saúde Mental (Abrasme), diretor do Centro Brasileiro de Estudos de Saúde (Cebes) e pesquisador do Laboratório de Estudos e Pesquisas em Saúde Mental e Atenção Psicossocial (LAPS/ENSP/Fiocruz)
* Fernando Freitas é diretor da Abrasme e pesquisador do LAPS/Fiocruz
Fonte(s): Cebes http://www.ensp.fiocruz.br/portal-ensp/informe/site/materia/detalhe/29782
Psiquiatrização da vida e o DSM V: desafios para o início do século XXI
Crianças que fazem muita birra sofrem de um distúrbio psiquiátrico recentemente descoberto, a chamada “desregulação do temperamento com disforia”. Adolescentes que apresentam, de forma particular, comportamentos extravagantes podem sofrer da “síndrome de risco psicótico”. Homens e mulheres que demonstram muito interesse por sexo, quer dizer, aqueles que têm fantasias, impulsos e comportamentos sexuais acima da temperança recomendada, muito provavelmente padecem do distúrbio psiquiátrico chamado “desordem hipersexual”.
Essas são algumas das várias novidades que estão sendo propostas pela Associação Americana de Psiquiatria (conhecida internacionalmente como APA), para suceder o DSM-IV (Manual Diagnóstico e Estatístico de Transtornos Mentais), em vigor desde 1994. Há outras novidades que vem chamando a atenção de todos. Por exemplo, a “dependência à internet” e a “dependência a shopping”.
O que o DSM representa? Não apenas para a saúde pública propriamente dita, mas para a própria construção da subjetividade e intersubjetividade do homem contemporâneo? A medicalização crescente do nosso cotidiano.
Apenas para se ter uma ideia da chamada “inflação” dos distúrbios considerados objeto da psiquiatria: há cinquenta anos eram seis as categorias de diagnóstico psiquiátrico, e hoje são mais de trezentas.
Nas últimas décadas o DSM tem servido como a bíblia para a chamada psiquiatria moderna e para os saberes e práticas subordinados a sua hegemonia. Os autores de suas sucessivas edições argumentam que suas pretensões são: (1) Fornecer uma “linguagem comum” para os clínicos; (2) servir de “ferramenta” para os pesquisadores; (3) ser uma “ponte” para a interface clínica/pesquisa; (4) ser o “livro de referência” em saúde mental para professores e estudantes; (5) disponibilizar o “código estatístico” para propósitos de pagamento dos serviços prestados e para fins administrativos do sistema de saúde; e, finalmente, (6) orientar “procedimentos forenses”.
Os impactos provocados por cada edição do DSM são inúmeros. Bem próximo de nós está o exemplo da pesquisa da OMS sobre a saúde mental dos moradores da metrópole de São Paulo. Segundo os resultados dessa pesquisa, cerca de 1/3 da sua população sofre de algum distúrbio psiquiátrico. A grande imprensa nacional tomou tal pesquisa para chamar a atenção da população para a situação do sistema de assistência em saúde mental do país, que estaria muito aquém das demandas dos cidadãos, muito em particular o SUS. E que, sendo São Paulo uma megalópole de um país com tendências à urbanização acelerada, o seu exemplo deve ser considerado como alarmante.
O que escapa à maioria das pessoas que receberam essa notícia pela grande mídia são detalhes de grande importância para a credibilidade da própria pesquisa. Quem financiou essa pesquisa (além da Fapesp (Fundação de Amparo à Pesquisa de São Paulo), entre outros órgãos públicos, como a própria OMS e a Opas) foram grandes conglomerados da indústria farmacêutica: Ortho-McNeil Pharmaceutical, a GlaxoSmithKline, Bristol-Meyers Squibb e Shire. Curiosamente, os autores declaram não haver conflito de interesses. Se isso não é conflito de interesses, então é necessário revisar esse conceito!
O DSM-V chega sendo objeto de grandes controvérsias. Basta uma consulta na Internet para se tomar conhecimento das contundentes críticas feitas por alguns dos principais autores do DSM-III e DSM-IV. O que o DSM-V vem reforçar ao DSM-IV? Parece ser a tendência à medicalização dos comportamentos humanos de nossa época, ao transformá-los em patológicos em seus mínimos detalhes. Nos termos que vêm se tornando públicos, o DSM-V reforça a tendência de assegurar e ampliar o mercado da saúde mental: 1) o consumo arbitrário de medicamentos de natureza psicotrópica, sem qualquer cuidado com os seus efeitos sobre a própria saúde de seus consumidores; (2) a expansão de serviços de diagnóstico e de consultas; (3) a medicalização da vida.
Na medida em que o modelo “a-teórico” (como ele mesmo se define) do DSM nos possibilita constatar, principalmente a partir dessa sua quinta versão, que seu objetivo real não é lançar luz sobre o conhecimento dos sofrimentos mentais, e, sim, produzir mais mercado para as intervenções psiquiátricas, cumpre à sociedade recusar esse projeto medicalizante/patologizante. As entidades de saúde, particularmente as médicas, os Conselhos de Saúde e de Direitos Humanos, os órgãos públicos de normalização, regulação, fiscalização (Ministério da Saúde, Ministério Público, conselhos profissionais, dentre outros) precisam se posicionar e cobrar a responsabilidade dos autores e multiplicadores de tais iniciativas.
* Paulo Amarante é presidente da Associação Brasileira de Saúde Mental (Abrasme), diretor do Centro Brasileiro de Estudos de Saúde (Cebes) e pesquisador do Laboratório de Estudos e Pesquisas em Saúde Mental e Atenção Psicossocial (LAPS/ENSP/Fiocruz)
* Fernando Freitas é diretor da Abrasme e pesquisador do LAPS/Fiocruz
Fonte(s): Cebes http://www.ensp.fiocruz.br/portal-ensp/informe/site/materia/detalhe/29782
domingo, 20 de janeiro de 2013
Para onde caminhamos...
Portugal, viaje a nuestro futuro
El regalo navideño más popular fue la mermelada casera, cuenta la
periodista Pilar del Río, viuda de José Saramago. Atentos y entrañables,
los portugueses no querían prescindir de un presente en esas fechas
pero el dinero no da para más y fabricaron compota en casa. Portugal
nos lleva un año de adelanto en la era de la austeridad y los recortes.
Pueblos cautivos por la codicia impune.
No, todavía no impregna la miseria el corazón de Lisboa. Es menos
visible incluso que en Madrid. Pero las respuestas unánimes califican de
“muy mala” la situación, de “nada” las ventas. Se ven más mendigos en
las calles de la capital de España que en las lisboetas. Pero están. La
entrega de comida que llega en un coche a una calle poco iluminada. El
restaurante abandonado con okupas jóvenes. Un parque alejado para
residir a la intemperie. O la mujer enlutada que pide dinero para una
sopa porque lleva “dos días sin comer”. Y una le da la cuota habitual y
ella, llena de dignidad y rabia, responde: “con un euro no me puedo
comprar una sopa”.
Como en el centro de Madrid, los restaurantes vacíos cazan a lazo a los posibles clientes. Siempre encontrarán a un prepotente español que responda: “Jo, jo, en España no comemos tan pronto”. Como si eso fuera un mérito. Algunos bares toman con humor sus penurias: “Come hoy para sobrevivir, mañana puede que no puedas”.
Atacada del virus de las Bershka, H&M, Zara y toda su larga
parentela, la ciudad maravillosa y natural de los grandes monumentos,
del sabor, se ha llenado de las tiendas que uniformizan a todas las
urbes del mundo. Como si todas fueran un gran e idéntico centro
comercial. Pero están vacías. En el barrio del Chiado sí hay compras y
restaurantes llenos. Las dos caras de la escala social cada vez en
brecha más profunda. Es raro encontrar, allí, al Pessoa de bronce, solo,
sin tomar café con un desconocido que solo mira la cámara que le
enfoca.
En un debate en televisión entre políticos, hacen referencia a
España. A Bankia… “que tiene un agujero de 36.000 millones, cuando
nuestro sistema financiero está mucho mejor”. A los portugueses, les
dieron antes. Los negocios, las familias, están en crisis. Acaban de
sufrir una nueva y brutal subida de la electricidad, el gas, y el
equivalente a nuestro IRPF, y soportan un IVA del 23%. Salvo los libros
que tienen un 6%, no como en España en donde nos han clavado el 21%. Y
sus sueldos son aún más bajos que los nuestros.
El mercado central de Cais de Sodré sigue tan vacío como cuando lo
visité para un reportaje de Informe Semanal hace 5 años. Los precios se
mantienen. Ha bajado incluso la carne y el pescado, más baratos que en
España. El resto de la vida en Portugal es tan caro o más que el
español. Salvo los taxis, cuestan menos de la mitad que en Madrid. Pero
trabajando 13 y 14 horas diarias hacen menos de la mitad de carreras
que solo dos años atrás. “12 de media, cuando eran entonces 28”, me
comenta un conductor, muy enfadado.
Los recortes en sanidad preocupan mucho a los portugueses. Una anciana relata que “ya no dan medicinas para enfermedades crónicas” y que ella se apaña comprando alternativamente los medicamentos que le recetan. Una vez para la diabetes, otra para la tensión, otra para la artrosis. Suprimiendo el tratamiento de unas y otras durante días. Profesionales denuncian que empiezan a no permitirles recetar medicinas caras para cáncer o hepatitis B. El FMI pide más: pensiones, rebaja de sueldos a funcionarios y expulsión del 20% de ellos.
Un joven camarero ve bien lo de los funcionarios. Y es el único de cuantos hablo que confía en una mejora de la economía a largo plazo…
-Es que los portugueses “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, explica.
-¿Vosotros también? Pregunto con sorna.
Y, tras una duda inteligente, responde sonriendo:
-…tienen el mismo maestro.
Efectivamente, aplican un manual exacto, calcado de un país a otro. La rabia es patente entre los portugueses, en realidad. Aquí no existe el Estado de Derecho. Hay corrupción hasta para sacarte el carné de conducir. Valoro más a un perro que a un político. ¿A todos? No. A Antonio Da Costa, alcalde socialista de Lisboa, lo salvan. ¿Y por qué no se mueven? O povo é muito calmo, explican mayoritariamente a su vez. Los españoles estáis reaccionando mejor, comentan otros. Salir a la calle no sirve para nada, concluye alguno. ¿Y en la Revolución de los Claveles no sirvió? ¿Qué ha pasado? Se ve que “el maestro” también sabe entontecer y aplacar la rebeldía social que se dé. A veces se manifiesta sutil. En lo alto de un edificio del Chiado, alguien ha incrustado una pintada muy elaborada. Dice: “Pienso mas no existo”. Pensando, es difícil dejar de existir.
“La capacidad de sufrimiento de los portugueses es infinita”,
analiza David Dinis, coautor del libro “Rescatados”. Junto a otra
destacada intelectual, Clara Ferreira -que presenta su libro “Estado de
Guerra”-, debaten largamente ante nutrida audiencia sobre lo que les
está ocurriendo. “Todo el discurso de Passos Coelho [el actual primer
ministro conservador] es de desprecio a la política, sólo le interesan
los números”. “El líder de la oposición [socialdemócrata] no tiene
sangre en las venas”. Creen sin embargo que la coalición gubernamental
está a punto de romperse y que sus oponentes cuentan –aunque no con
gran entusiasmo del aparato de su partido- con Antonio Da Costa. Eso nos
llevan de ventaja. Se preguntan si se puede asumir continuar en el euro
con un 30 o 40% de pobreza. Temen un estallido social pese a todo. Y el
auge del fascismo como ha ocurrido en Grecia. Dinis acaba su
intervención diciendo: “2013 será bueno… si lo comparamos con 2014”.
Alfredo Cunah, fotógrafo ya del 25 de Abril, me dice: “Es igual que
entonces, sabes que algo va a ocurrir”.
¿Qué? Todas las posibilidades abiertas en un inmenso hartazgo al que cada vez le tensan más las cuerdas incrustadas de dolorosos aguijones. ¿Viaje a nuestro futuro? ¿No lo tenemos ya a la puerta de casa, no ha entrado ya hasta el fondo de la cocina? ¿Dónde parará? ¿Parará? Porque otra felicitación navideña –la de la Fundación José Samarago- decía en palabras del escritor y político portugués del Siglo XIX, Almeida Garrett, “yo pregunto a los que se dedican a la economía política, a los moralistas, si ya han calculado el número de individuos que es forzoso condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infamia, a la ignorancia más ruin, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta, para producir un rico”.
Lisboa desde el Mirador de Santa Justa.
Como en el centro de Madrid, los restaurantes vacíos cazan a lazo a los posibles clientes. Siempre encontrarán a un prepotente español que responda: “Jo, jo, en España no comemos tan pronto”. Como si eso fuera un mérito. Algunos bares toman con humor sus penurias: “Come hoy para sobrevivir, mañana puede que no puedas”.
Cartel en un bar.
Pessoa en el Chiado
Mercado central de Cais de Sodré. Lisboa.
Los recortes en sanidad preocupan mucho a los portugueses. Una anciana relata que “ya no dan medicinas para enfermedades crónicas” y que ella se apaña comprando alternativamente los medicamentos que le recetan. Una vez para la diabetes, otra para la tensión, otra para la artrosis. Suprimiendo el tratamiento de unas y otras durante días. Profesionales denuncian que empiezan a no permitirles recetar medicinas caras para cáncer o hepatitis B. El FMI pide más: pensiones, rebaja de sueldos a funcionarios y expulsión del 20% de ellos.
Un joven camarero ve bien lo de los funcionarios. Y es el único de cuantos hablo que confía en una mejora de la economía a largo plazo…
-Es que los portugueses “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, explica.
-¿Vosotros también? Pregunto con sorna.
Y, tras una duda inteligente, responde sonriendo:
-…tienen el mismo maestro.
Efectivamente, aplican un manual exacto, calcado de un país a otro. La rabia es patente entre los portugueses, en realidad. Aquí no existe el Estado de Derecho. Hay corrupción hasta para sacarte el carné de conducir. Valoro más a un perro que a un político. ¿A todos? No. A Antonio Da Costa, alcalde socialista de Lisboa, lo salvan. ¿Y por qué no se mueven? O povo é muito calmo, explican mayoritariamente a su vez. Los españoles estáis reaccionando mejor, comentan otros. Salir a la calle no sirve para nada, concluye alguno. ¿Y en la Revolución de los Claveles no sirvió? ¿Qué ha pasado? Se ve que “el maestro” también sabe entontecer y aplacar la rebeldía social que se dé. A veces se manifiesta sutil. En lo alto de un edificio del Chiado, alguien ha incrustado una pintada muy elaborada. Dice: “Pienso mas no existo”. Pensando, es difícil dejar de existir.
Rúa da Trinidade, 18.
¿Qué? Todas las posibilidades abiertas en un inmenso hartazgo al que cada vez le tensan más las cuerdas incrustadas de dolorosos aguijones. ¿Viaje a nuestro futuro? ¿No lo tenemos ya a la puerta de casa, no ha entrado ya hasta el fondo de la cocina? ¿Dónde parará? ¿Parará? Porque otra felicitación navideña –la de la Fundación José Samarago- decía en palabras del escritor y político portugués del Siglo XIX, Almeida Garrett, “yo pregunto a los que se dedican a la economía política, a los moralistas, si ya han calculado el número de individuos que es forzoso condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infamia, a la ignorancia más ruin, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta, para producir un rico”.
http://rosamariaartal.com/2013/01/20/portugal-viaje-a-nuestro-futuro/
Psicoanálisis y feminismo: ¿un matrimonio contra natura?
En Mujeres en movimiento. Eróticas de un siglo a otro, la psicoanalista Graciela Musachi propone una interlocución con los diversos feminismos, poco ejercitada en la Argentina, tanto que excede esos campos e involucra a protagonistas del arte, la política, el universo queer y la cultura en general.
El libro, publicado en 2001 (y reeditado ahora) por el Fondo de Cultura
Económica, es un ejemplo de rigor conceptual y un ejercicio de estilo
que -por fuera del lugar común- no descalifica ni desmerece sino que
busca una intersección que si ha tenido un lugar como ejemplo no podía
ser otro que Francia, y a causa de un protagonista, Jacques Lacan.
Musachi es miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL); forma
parte del Consejo de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y es
vicepresidenta de la Fundación Descartes. Entre sus libros figuran Lo que pasó con Estela Canto y El Oriente de Freud y Lacan.
"En principio, el libro quería crear una interlocución con los
feminismos. Sin embargo, dado que también polemiza con otras
orientaciones al interior del campo del psicoanálisis y acude tanto a la
literatura como a otras artes, el resultado es que ha sido leído por
personas cuyos intereses trascienden a cada uno de esos campos lo cual,
en definitiva, es la ambición íntima del que escribe y, en particular,
de alguien que desea que el discurso analítico siga atrapando al diablo
por la cola, como decía alguien muy perspicaz", sostiene Musachi a Télam.
Télam ¿Cómo reaccionó el feminismo?
Musachi Los feminismos (hay miles)
se sitúan entre el campo de la Academia y el de la política (en
particular la política de derechos). Las feministas que no quieren
encuadrarse en esos campos ya se nombran a sí mismas de otro modo y no
teorizan ya sobre mujeres sino sobre el sujeto político; son teóricas,
como Judith Butler.
Se sabe: el psicoanálisis tiene una relación equívoca con la Academia (se “cuela” en los pliegues de esa mujer prehistórica, ironiza Lacan) y su política es la política del síntoma, lo cual quiere decir que se ocupa de las mujeres en el dispositivo analítico (o sea: una por una), o toma a la feminidad como síntoma de la cultura si quiere leer sus impasses.
T ¿Qué diferencia a las eróticas de un siglo y de otro?
M ¡Eróticas de un siglo a otro! Si
es difícil decir “cómo” ha cambiado, decir “cuánto” ya es imposible. No
hay dudas de que el psicoanálisis ha producido efectos en los modos de
concebir el goce sexual y en los límites que se le imponen o no se le
imponen.
Por otra parte, como dice Lacan, “la ciencia modifica la ética”, esto es: el discurso científico modifica los modos de goce de los sujetos pero, en cuanto a la posición femenina parece que en el punto que le es propio, nada ha cambiado aunque las formas puedan sugerir lo contrario.
Por ahora, la pulsión freudiana y el “lado de las damas” de Lacan siguen siendo, para el psicoanálisis” los dos modos de gozar que existen para nosotras (y las) serdicentes, como dice German García. En una palabra: él, ensimismado, ella, loca, pero no del todo.
T ¿Puede decirse que existe un Lacan feminista?
M Lacan consideraba que el
feminismo se extinguiría ya que era una manera contemporánea de parecer
mujer. Claro que, como hay “mille e tre” tanto mujeres como feminismos,
parece que esa extinción tardará bastante. Hay un Lacan que, empujado
por las feministas que lo seguían en su Seminario, trató de situar la
posición femenina de un modo que Freud había vislumbrado pero nunca
resuelto. Sí hay feministas que se orientan en Lacan, que hacen un uso
académico de Lacan con consecuencias diversas.
T Melanie Klein, Karen Horney, Sabina Spilrein, Lou-Andreas Salomé, Anna Freud… ¿Qué sumaron al corpus del psicoanálisis?
M En el campo del psicoanálisis no
hay nada nuevo. Hay repetición, entiéndase esto como se entienda: en
consecuencia, hay reformulaciones que tratan de ceñir más ajustadamente
el campo inventado por Freud y por lo tanto, poner su eficacia a la
altura de los tiempos. Que haya algo nuevo es una exigencia actual que
alimenta la insatisfacción generalizada.
Lo que hicieron cada una de las mujeres que nombrás es, sí, psicoanálisis según cada una de ellas lo había llegado a entender gracias a su propio análisis. Para poder evaluar el matiz que eso les permitió dar al campo freudiano es necesario (para el analista) conocer la historia del psicoanálisis ya que cada nombre en ese campo se sitúa en un momento, en un debate particular, en una geografía, en una cultura, en un contexto, en suma.
Pero es posible afirmar que ellas hicieron una contribución fundamental porque permitieron que el psicoanálisis siga existiendo hasta nuestros días lo que prueba que, como dispositivo, el psicoanálisis sigue siendo un instrumento útil para hacer más soportable la vida a aquellos que no la soportan.
T ¿Qué se quiere decir cuando se dice “feminización” del mundo?
M La feminización del mundo no es
meramente, como algunos creen, el hecho de que las mujeres de nuestros
días tengan el poder sino que ellas, si se ubican en una posición
femenina (los hombres también pueden ubicarse así), llaman a que se las
escuche una por una en su particularidad ya que rechazan, hasta cierto
punto, que se las englobe en un juicio universal. Esto ha tenido
consecuencias en la cultura después de 200 o 300 años en que las mujeres
se pusieron en movimiento.
La exigencia de siempre más se acomodan bien a la posición femenina cuya relación con la función del límite, límite difícil de establecer, que está siempre más allá y que produce, en algunos, un vértigo buscado o rechazado.
Por otro lado, en las relaciones entre los sexos, el hecho de que los hombres tomen una pendiente de ensimismamiento, como mencioné anteriormente, y que sean “esclavas” del amor (todavía, y a pesar de los feminismos) parece que hace de ellas la más radical garantía de que los lazos sociales (¡la humanidad como tal!) continúe sosteniéndose.
http://www.telam.com.ar/notas/201301/4879-psicoanalisis-y-feminismo-un-matrimonio-contra-natura.html?fb_action_ids=10200292354332518&fb_action_types=og.recommends&fb_source=aggregation&fb_aggregation_id=288381481237582
www.telam.com.ar
quarta-feira, 16 de janeiro de 2013
LACAN COTIDIANO N° 267 Entrevista Acerca del matrimonio para todos Con Jacques-Alain Miller.
LACAN COTIDIANO N° 267
Entrevista
Acerca del matrimonio para todos
Con Jacques-Alain Miller.
¿Qué lo llevo a firmar el manifiesto del Nouvel Observateur[1] que se publica hoy ?
No fui yo quien se puso al frente de la cosa. Firmé porque me pidieron
que lo haga. Fue precisamente Eric Aeschimann, periodista de ese
diario, alguien con el que me había cruzado en l'Ecole Normale una noche
en la que estaba leyendo a Lacan en el patio. Me sorprendió que una
demanda venga de allí, puesto que este semanario se mostró desde siempre
hostil a Lacan, -quien sin embargo le respondía bien-, y luego también
a los suyos, que, se las arreglan con eso.
¿Ud. era partidario de, antes ?
Mi idea no era en absoluto comprometer mi nombre. Ambas partes están en
un punto álgido y la función de un analista no es poner sal en la
herida. Por otra parte, la Escuela de la Causa Freudiana, como
institución, no ha debatido esta cuestión y no ha tomado posición. Sin
embargo, había propuesto al Consejo de administración de UFORCA[2]
tratar el tema en nuestras Jornadas clínicas anuales. Nos pusimos de
acuerdo sobre el titulo: "Cuando los deseos devienen derechos". El
afiche se ha difundido. Se llevará a cabo en Mayo, en la Mutualité y
será abierto para todos y, no reservado solo para las secciones
clínicas.
¿Qué lo ha llevado a aceptar comprometerse personalmente?
Mi irritación iba creciendo al ver circular en los medios que " los
psicoanalistas" estaban contra e incluso que ellos desfilaban contra -
leí eso en Le Figaro-. Pienso que esta impresión le debe mucho al
activismo de nuestro colega Winter, que circuló bastante. Lo conocí en
tiempos de la Escuela Freudiana, fue un analizante de Lacan, es un
auténtico. Ha hecho una campaña entusiasta, tanto en l'Huma como en
los Etudes[3], la revista de los jesuitas, se lo ha visto por todas
partes. Y pensé que era inadmisible girar de esa manera el psicoanálisis
a cuenta de la religión. Lacan lo había previsto; gracias a Freud y su
deseo de salvar al padre, la Iglesia terminaría por percibir que él
aportaba agua para su molino. Pues bien, ahí estamos. Y eso no me parece
conforme a la orientación lacaniana. Es incluso lo opuesto.
Entonces, ¿Ud. está sobre todo contra los “contra” ?
El momento de concluir ha llegado para mí bajo la siguiente forma: para
comenzar, el 20 de diciembre firmé el texto de L'Obs., al día siguiente
le pedí a Clotilde Leguil el texto que Marianne le había pedido sobre
el tema, un muy buen artículo que no ha sido publicado aún en la
revista[4].
Ese mismo día leí que el papa había hecho una
tribuna en el Financial Times[5]. Eso no ocurre todos los días. Fui a
ver el sitio, desde allí, enviaban al Osservatore romano[6], cliqué y
pude leer en italiano la alocución que el papa le dirigió a la Curia en
Navidad, en la que citaba favorablemente un opúsculo del gran rabino
Bernheim[7] difundido por Internet. Fui también allí y vi que, para
oponerse al matrimonio gay, éste no se apoyaba solamente en la Biblia,
sino, en filigrana, en Freud, y en el Edipo. Los textos del papa y del
rabino eran de buena calidad, partían del primer capítulo del Génesis y
tuve ganas de responder a esto, le propuse entonces a mi corresponsal en
Le Point escribir sobre el tema. La revista había sido muy discreta al
respecto, pero Gisbert dio luz verde y entonces redacté el artículo que
se publicó la semana pasada.
A partir de allí, ¿Ud. va a continuar ?
Si, no voy a declarar todo de una sola vez. He redactado un segundo
artículo para Le Point que debería salir la semana próxima. Es sobre la
teología del matrimonio, la que se elabora actualmente siguiendo la
línea de Juan Pablo II. Estoy en contacto por e-mail con Di Ciaccia, que
conoce muy bien las diferentes aristas del tema, me dio referencias muy
útiles y a él le envío mis artículos antes de la publicación.
Encuentro prodigioso el esfuerzo intelectual hecho en el Vaticano y en
la revista Communio por ejemplo, desde hace años para dar a la
sexualidad su lugar en el dogma. Por un lado respecto mucho, al tiempo
que me divierte, ver cómo allí la interpretación se pliega a todos los
sentidos, como decía Lacan, algo que no debe ocurrir en un análisis. Por
otro lado, observo en esta teología renovada la incidencia de Freud, y
eso me gusta, pero al mismo tiempo me parece cada vez más necesario
señalar que Lacan no se detuvo en la metáfora paterna, ni en el
Nombre-del-Padre, sino que avanzó hasta Los no incautos yerran (les
non-dupes-errent) y hasta la relación sexual que no existe.
Si
uno toma esto en serio, es posible oponerse al matrimonio gay por toda
clase de buenas razones, ya sean de gusto, de dogma, de tradición,
porque hay que "defender la sociedad", enunciado estudiado como tal por
Foucault, o para proteger los niños, etc., pero no podemos hacerlo en
nombre del psicoanálisis. Es simple.
Para Ud., ¿los psicoanalistas debieran firmar ese manifiesto?
No. Los analistas no son solamente psicoanalistas, son también
católicos, creyentes, no-creyentes, homosexuales, conservadores,
progresistas, etc. Ellos pueden estar a favor o en contra, pueden pensar
que deben comprometerse o por el contrario pensar que hacerlo es
exponerse demasiado y entonces mejor guardar el silencio prudente de
Conrad. Pero, en tanto alumnos de Lacan, no pueden, a mi entender,
oponerse al matrimonio gay en nombre del psicoanálisis. Ellos pueden,
por supuesto, pero entonces es una incoherencia, es un contrasentido,
al menos como yo comprendo Lacan.
Mi idea, lo he dicho en mi
curso, es que los psicoanalistas están siempre retrasados respecto a los
efectos del análisis, es evidente en el caso de Freud, no es verdad
para Lacan cuya lucidez toma un aspecto profético, pero sí lo es para
nosotros, en la Escuela de la Causa Freudiana, aunque nos esforzamos
para no dejarnos distanciar demasiado.
Según Ud., ¿La Escuela tiene algo específico que hacer ?
Las cosas van rápido. El gobierno contaba evidentemente con que la cosa
pasara, si no a escondidas al menos a toda velocidad, sin debate,
contando con las encuestas que daban una gran mayoría de la opinión a
favor. ¿Y por qué no?
Únicamente las directivas del Vaticano
eran claras: luchar. La jerarquía combatió en España y se lanzó en
Francia con brío, en un estilo que cuenta siempre con mis favores: no es
necesario esperar para emprender algo. Luego, tendremos en Francia un
debate sobre el tema à la française. Me gusta. No hay solo el manifiesto
de l'Observateur, hay también BHL, en Le Point que sale hoy[8]. El
toma posición con brillantez a golpe de anáforas. No debe haber sido tan
simple como eso para alguien cuya estrategia es tratar bien a la
Iglesia. No olvidemos que defendió a Pio XII.
Los contra,
armados por los mejores teólogos, tienen garante. En tal contexto, el
psicoanálisis es un asunto de debate público. Para mi "personalmente",
considero que mi lugar al lado de Lacan, el que me dio para la difusión
de su enseñanza, me hace objetar que el psicoanálisis sea usado para
fines apologéticos a favor del rechazo al matrimonio gay. Para la
Escuela, depende, pues ella tiene la elección.
¿Qué elección?
La de decir que no le corresponde tomar posición en tanto institución.
Esto es, según me consta, la posición de todos los grupos analíticos. Es
verdad que tomar posición no es simple. habría que consultar al
conjunto de los miembros, aún cuando por e-mail esto no es imposible.
Además, aun no ha habido trabajo de Escuela sobre la cuestión, pensaba
que el Colegio de mayo lo comenzaría.
Otra opción, por el
contrario, es, decir que la Escuela- cuyo primer presidente fue Lacan y
que está establecida sobre su enseñanza- tiene el deber de rechazar la
instrumentalización del psicoanálisis y afirmar que nada en la
experiencia analítica autoriza a sacralizar la forma actual de la
familia y a rechazar por motivos psicoanalíticos el proyecto de ley
llamado el matrimonio para todos. Esto no es estar “a favor”, sino que
es rechazar el estar “en contra” en nombre del análisis.
Ciertamente hay una tercera opción: la Escuela se declara “a favor”,
pero: ¿qué mayoría haría falta para que la Escuela pueda hablar en
nombre de sus miembros sobre tal cuestión? La mayoría simple sería, a
mi parecer, insuficiente. ¿Les 2/3 ?
Cuando nos lanzamos contra la enmienda Accoyer tuvimos en la Asamblea General la unanimidad de los votos, menos una voz.
Yo pienso que es el Consejo de la Escuela el que debe estudiar esas
opciones, incluso si una de ellas fuera decidir no moverse.
La
posición " yo no estoy a favor de nadie" tiene siempre sus encantos
para los analistas en grupo, pero ella está a veces contra-indicada.
¿La Escuela debe ella meterse con los abonados ausentes, -en tanto el
análisis es una apuesta y no un objetivo-, en la “esfera pública”,
como dice Habermas?
A fuerza de no comprometerse personalmente
en una acción para defender el discurso analítico, un grupo corre
siempre el riesgo de convertirse en una SAMCDA.
La verdad, es
que no puedo evitar pensar que si la Escuela escogiera la opción 2, sin
hablar de la 3, ella sería la única en hacerlo y es muy tentador.
Semejante toma de posición repercutiría en la opinión pública. Se
diría: los lacanianos ortodoxos, -es decir, nosotros-, rechazan que se
instrumentalice el psicoanálisis con el fin de oponerse al proyecto de
ley sobre el matrimonio para todos.
El Directorio,
por iniciativa de Jean-Daniel Matet, ha decidido poner en el programa de
la Escuela, el 2 de febrero, una mesa redonda sobre el tema que
reunirá a Jean-Pierre Deffieux, Clotilde Leguil y Jean-Pierre Winter[9].
¡Buen comienzo! Tendremos un debate contradictorio. Sería muy
bueno también que Lacan Quotidien acoja las opiniones de los miembros
de la Escuela y las de sus lectores en general.
Declaraciones tomadas por Anne Poumellec el 10 de Enero, 2013.
Traducción: Graciela Esperanza no revisada por el autor.
LIEN VERS LACAN QUOTIDIEN N° 269 :
http://www.lacanquotidien.fr/blog/2013/01/lacan-quotidien-n-269-mariage-pour-tous-contre-linstrumentalisation-de-la-psychanalyse/
Assinar:
Postagens (Atom)