terça-feira, 14 de agosto de 2012

ENTREVISTA A ERIC LAURENT EN HAARETZ POR OR ERZATI

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Entrevista a Eric Laurent en Haaretz



Entrevista a Eric Laurent, por Or Ezrati, publicada en Haaretz el 29 de Julio de 2012
Relatar nuevamente la terapia: ¿Por qué no hay atajos para sus problemas?
El deseo de respuestas rápidas tiene más que ver con el consumismo que con la t
erapia, afirma el psicoanalista lacaniano, Eric Laurent.
 Eric Laurent: “Tenemos en la mano los m
edios de control sobre nosotros. Somos observados desde cada pantalla, y esto resuena con el sentimiento de que Dios nos está observando.”
Jacques Lacan. Revolución cognitiva en psicología
El psicoanalista francés Eric Laurent explora un futuro alternativo para la psiquis humana. Se encuentra extremamente perturbado por la mirada mecanicista propuesta por investigadores del cerebro y otros quienes reducen el funcionamiento de la mente a un proceso de pensamiento. Tal como es propuesto por los psicólogos cognitivos, en lugar de pensarlo como algo más básico y automático. Desde el psicoanálisis dirige una crítica a las tendencias dominantes en psicología. Y en este recorrido también nos esclarece el modo en que los gadgets nos observan mientras nos imaginamos que somos nosotros quienes los observamos.
El Dr. Laurent es uno de los principales seguidores del psicoanalista Jacques Lacan. Estuvo 14 años en análisis con Lacan, quien falleció en 1981. Como Ex Presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, la cual promueve la doctrina lacaniana, Laurent es docente en el Departamento de Psicología de la Universidad de Paris VIII. Además ha publicado múltiples artículos y libros que han sido traducidos a numerosas lenguas. En su libro “Lost in Cognition,” recientemente publicado en hebreo por Resling ‏ (traducido del francés por Nehama Gesser; no hay edición en inglés hasta el momento), Laurent debate acerca de lo que se está perdiendo a partir del empuje actual en psicología hacia un enfoque científico: tanto en el campo de la terapéutica como en lo que atañe a la mirada general sobre la psiquis humana.
Conocí a Laurent durante su reciente visita a Israel como invitado de la décima conferencia de la New Lacanian School of Psycoanalysis en Tel Aviv. El título de su conferencia fue “Leyendo un síntoma” (“Reading a symptom”)
En “Lost in Cognition” Laurent enfrenta los abordajes terapéuticos actuales, como por ejemplo la psicología cognitiva, focalizados en los resultados contra los abordajes psicoanalíticos, en los que se hace foco en el proceso. Probablemente la mayoría de las personas que realizan un tratamiento psicológico, no imaginan el resultado final como una conciliación con el síntoma, sino como la completa desaparición del mismo.
¿Uno de los problemas del tratamiento psicoanalítico, y de las psicoterapias que ha inspirado, está en el hecho que los pacientes no comprenden realmente aquello que se les ofrece?
“Entender lo que hay en la balanza. Pienso que esto refleja el discurso dominante de este período. Quienes iban a ver a Freud, se dirigían a un psicoanalista en un tiempo en el que nadie sabía qué era la psiquiatría. Buscaban el alivio de su sufrimiento y se dirigían a quien era descrito como un especialista en esa área – un especialista solitario con sus métodos singulares en los que se aprendía a confiar, de un modo comparable al de la medicina de tiempos antiguos.”
“Actualmente, el discurso de la época impone que se debe ser creativo, tener medios y sobre todo conseguir resultados. La posición analítica deriva precisamente de tomar al discurso dominante como aquél al que los sujetos retornan o aquel en el que están inmersos – que es el ideal del período de tiempo en el cual viven. ¿Pero qué quieren realmente? Esto es, por encima y más allá del hecho de que tengan en cuenta su pedido, su queja en términos del discurso imperante en la época. Ellos dicen “Por favor ayúdeme a deshacerme de las dudas que me torturan acerca de mi esposa: ¿Es ella la persona indicada para mí? ¿Debería elegirla a ella o a mi amante? ¿Tiene razón ella? ¿Tengo razón yo?’ ”
“Aparentemente, ellos están pidiendo algo muy claro: ‘Dígame cómo hacer lo correcto con mi sufrimiento, con los conflictos que no puedo resolver. Deme la solución.’ Sin embargo en definitiva, lo que verdaderamente se está diciendo es, ‘Soy un fracaso en todo esto, ayúdeme a deshacerme de mí mismo.’ Si usted escucha el modo en el cual los sujetos articulan su sufrimiento, sus dificultades existenciales, siempre hay una tensión entre el aspecto específico, que está limitado a aquello de lo que quieren deshacerse y el deseo de una transformación completa – el deseo de ser alguien más, para vivir acorde a los ideales de su tiempo y para poder liberarse de todas las contradicciones que constituyen la historia personal de cada uno.
“La habilidad clínica del psicoanalista, en nuestro tiempo y en períodos anteriores, puede ubicarse en la decisión de responder de una manera precisa a los elementos limitados contenidos en la queja del sujeto. Algunas personas son capaces, a través de la pequeña ventana creada por su queja, de lograr el acceso a la compleja mixtura creada por su historia personal, mientras que otros no pueden. No hay un “talle único” que sirva para todos. (‘one size fits all’)’”
Ud. escribe que en algunas terapias cognitivas lo que se recibe es el fetichismo de una figura ideal con quien uno trata de identificarse, en el mismo sentido que la industria de la publicidad busca que nos identifiquemos con los modelos y los productos que están vendiendo.
“Una de las demandas de nuestros tiempos capitalistas es la necesidad de pensarnos a nosotros mismos como empresarios que deben maximizar sus vidas. Debemos pensar más, disfrutar más, experimentar una vida sexual más intensa. Si no lo maximizamos, los vemos como un fracaso, donde los únicos culpables somos nosotros mismos. Entonces, la demanda más común será ‘Por favor, arrégleme.’  Ese es el ideal del superyo: ‘Por favor, arrégleme, vuélvame super-productivo.’ Desde mi punto de vista, es más acertado tomarlo como una demanda del superyo que pesa sobre el sujeto e interpretarlo consecuentemente − en lugar de tratar de acceder a él. En definitiva, todos pueden percibirse como fracasados en cierto sentido, y lo cierto es que no es tan terrible.”
¿Qué puede decirnos acerca de las técnicas cognitivas que han sido probadas como muy efectivas, tales como la sensibilización – una exposición gradual al objeto temido en el tratamiento de las fobias?
“Voy a responderle tomando como ejemplo a un paciente mío que sufría miedo a volar. Había todo tipo de historias en su familia acerca de aviones y sobre el ideal del piloto, entonces él tuvo un conflicto con ello y fue obligado a confrontarlo. En cierto momento del tratamiento el paciente me cuenta que debe tomar un avión por motivos laborales. Yo lo animé a realizar una terapia cognitivo-comportamental de exposición en la cual era expuesto a una realidad virtual que simulaba un avión, cuyo método consiste en el intento de acostumbrarlo a una situación de miedo inducida. Desde mi punto de vista, esto es comparable a tomar un medicamento que calme el miedo antes de abordar un avión. El tratamiento alivió su condición, pero el miedo básico permaneció. Se repuso al miedo pero le llevó más tiempo lograr finalmente sentirse a gusto en un avión.”
“Si alguien se dirige a un analista en búsqueda de un tratamiento y dice, ‘Quiero deshacerme de mi miedo a volar porque quiero tomar un avión,’ yo le digo, ‘Intente terapia de exposición.’ Si esto sucede en el curso de un análisis, puedo decirle, ‘Vaya, hágalo y luego vuelva.’ La vida es difícil. Hay algunas herramientas que están disponibles para usted, entonces vale la pena utilizarlas.”
¿Que es aquello que en realidad se pierde cuando alguien lleva sus síntomas a un psicólogo cognitivo?
“Le puedo decir dónde no acuerdo con mis colegas desde el punto de vista ético. Me opongo al componente comportamental que existe en la combinación habitual de la terapia congnitivo-comportamental. El paciente va a encontrarse en confrontación con una autoridad poderosa que trata de imponer un cambio comportamental con un abordaje del tipo “talle único” para todos (‘one size fits all’). Como si el comportamiento bueno existiera y pudiera ser estandarizado. Esto no sólo es dañino para el sujeto, es verdaderamente peligroso para los ideales de libertad. En 1971, en el auge de la “manía” comportamental, Skinner [B.F. Skinner, el padre del conductismo] declaró a la revista Time que la libertad es un lujo que no podemos permitirnos.
Entre Lacan y Chomsky
Laurent comienza su libro con una animada descripción de sí mismo en un seminario de Lacan, lidiando trabajosamente con sus doctrinas. “Principios de Noviembre de 1975, sólo podíamos estimar la ignorancia desprovista de gloria que configuraba nuestro destino,” escribe y continúa, “De repente, en Diciembre de 1975, un rayo de luz aparece. Lacan regresa de los Estados Unidos y habla acerca de de Noam Chomsky. Nosotros conocíamos el trabajo de Chomsky…  entonces supusimos, que seríamos capaces de encontrar algo allí, un punto de apoyo.”
Es interesante pensar que cuando Lacan menciona al lingüista Noam Chomsky, quien fue el precursor de la revolución cognitiva en psicología, pareciera que usted y sus amigos casi suspiraron aliviados: He aquí algo que conocemos.
Laurent ríe: “Sí, eso es cierto, pero el punto de vista cognitivo de Chomsky es muy diferente al modelo teórico que está implícito en la terapia cognitiva. La manera más sencilla de explicar la diferencia es a través de la pregunta acerca de si la experiencia humana puede ser reducida al aprendizaje. Chomsky lo ejemplificaba en relación al lenguaje declarando que su infinita complejidad no podía ser explicada solamente en términos de aprendizaje. Dentro del sistema lingüístico, Chomsky señalaba que pueden ser creadas y comprendidas un infinito número de oraciones cuya existencia no puede explicarse solamente a través de un sistema finito de aprendizaje.
“De manera similar, los más grandes matemáticos afirman que no han aprendido matemáticas sino que se tropezaron con ella o se zambulleron en ella. Ellos sólo aprendieron las técnicas, pero la esencia de las matemáticas no es algo aprendido. En sus biografías, muchos matemáticos, cuando intentan describir ‘cómo funciona,’ hacen uso de términos que se relacionan a un acceso a un mundo infinito de ideas que existe en alguna parte, externo a ellos. Entonces, tenemos lo infinito en lingüística y lo infinito en matemáticas y también tenemos lo infinito en la experiencia psicoanalítica – en la contradicción entre la repetición del modelo de su vida y la aparición de una nueva experiencia, a través del aparentemente infinito proceso de repetición, algo nuevo será descubierto.”
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para solicitar una formulación para “laicos”. Entre psicoanalistas, qué significa cuando alguien afirma que es un psicoanalista lacaniano?
“Responderé de manera muy simple. En la década del 50 había un debate en el movimiento psicoanalítico acerca del inconsciente: ¿está hecho de trazos biológicos? ¿Está adentro nuestro? ¿Está por fuera nuestro? Lacan propuso que el inconsciente es un sistema que no está adentro nuestro, sino que al igual que el lenguaje se encuentra por fuera. Tenía esta frase: ‘El inconsciente está estructurado como un lenguaje.’ No se refiere al lenguaje en un sentido lingüístico, sino al hecho de que está allá afuera, en el exterior. Reaccionamos a un sistema que no es nuestro cerebro y esto no sucede a través del pensamiento, pensando en él, sino que estamos sujetos a sus influencias sobre nosotros”
Para Laurent, el intento de los investigadores del cerebro por situar la manifestación del inconsciente en mecanismos cerebrales, dentro del cuerpo, en lugar de externo a él, pone al psicoanálisis en riesgo al adoptar una falsa perspectiva. Esta perspectiva depende de una reducción a lo físico, en la cual el encantamiento especial de un inconsciente que existe por fuera nuestro – y cuya influencia es evidente en todas nuestras relaciones – estará perdido.
En el lobby del Dan Hotel, vestido con un saco Laurent, obedece las instrucciones del fotógrafo del Haaretz, Ilya, mientras toma su cámara y murmura para sí mismo algunas frases sobre la toma. En ese momento, Ilya, se disculpa con Laurent “Disculpe, estaba hablando conmigo mismo” a lo cual Laurent responde al instante “Siempre hablamos sólo para nosotros mismos”
Creyendo en Santa Claus
Laurent es crítico del intento actual de proponer una conexión entre el psicoanálisis, los investigadores del cerebro y las ciencias cognitivas. En este libro no duda en embatir contra figuras clave que están al frente del intento de integrar ambos campos, como por ejemplo el psicoanalista Peter Fonagy y el investigador de la memoria y premio Nobel Eric Kandel.
Laurent ubica dos principales peligros en los intentos de interconectar ambos campos. El primer peligro es la reducción del sujeto humano al organismo biológico o en las palabras de Laurent, a cierto tipo de automatón.
El segundo peligro es la pérdida de la duda psicoanalítica sobre la existencia de una autoridad externa, sea ésta la ciencia o la naturaleza, que experimenta la reconstrucción “de una creencia en Santa Claus” de la que el psicoanálisis ha luchado por liberarnos”. Sin embargo, cuando los hallazgos científicos pueden ser útiles al abordaje psicoanalítico, Laurent no los rechaza absolutamente.
Un descubrimiento de los investigadores del cerebro que despertó un inmenso interés entre los psicólogos fue en la década de 1990 aquel referido a las llamadas “neuronas espejo”. Se trata de células nerviosas que reaccionan de la misma manera en la persona que realiza una acción y en la persona que observa a alguien más realizando dicha acción. En otras palabras, en términos de actividad celular, el comportamiento de otra persona es “reflejado” como si fuera el comportamiento del observador.
¿Cuál es su punto de vista acerca de la rápida incorporación de las neuronas espejo por parte de los psicólogos como prueba de la naturaleza innata de la empatía?
“Para empezar, podría funcionar como una crítica a la empatía como un proceso de pensamiento (en lugar de algo más innato). No se trata de imaginar qué sucede en la mente del otro; es automático, se trata realmente de algo en mí que me identifica con el otro. Estoy atascado en el espejo. Lacan dijo “Usted piensa que está mirando la televisión, pero es la televisión quien lo está mirando” Su visión está “apresada” en la mirada del televisor o del espejo. A través de esa imagen, usted se ve a sí mismo. Nos relacionamos con nuestro doble, con la pantalla que nos observa e hipnotiza. El descubrimiento de las neuronas espejo nos muestra que somos más camaleónicos de lo que nos imaginábamos. Los camaleones son observados por el objeto y cambian de color en relación a lo que es proyectado sobre ellos, y en cierto sentido nosotros también somos así.”
¿A dónde cree usted que esto nos lleva, siendo que actualmente llevamos pantallas con nosotros a donde quiera que vayamos?
“En un cierto sentido, tenemos en la mano los medios de control sobre nosotros. Somos observados desde cada pantalla y esto resuena con el sentimiento de que Dios nos está observando. Al mismo tiempo, estos instrumentos son algo maravilloso en el sentido que contienen nuestra vida entera – las fotos, los sonidos, los escritos – todo ello contenido digitalmente en una única y solitaria máquina. Esto puede ofrecernos un modo de vivir mejor nuestras vidas, pero al mismo tiempo introduce un juicio sobre nuestras vidas en cualquier momento. La pantalla nos observa y parece preguntar  ‘¿Hizo usted lo correcto para maximizar su vida hoy? ¿Fueron sus acciones tan buenas como aquellas en su MacBook?’
“Ese es el miedo. Tan pronto compro mi última MacBook, sé que en California, Apple ya está preparando la nueva generación. Cuando compro mi iPhone 4S ya es obsoleto porque habrá un iPhone 5, que tendré que comprar si quiero preservar mi capacidad. De este modo los aspectos técnicos de estos aparatos pueden ser simultáneamente excitantes, desarrollar y expandir la vida y al mismo tiempo ser signos de muerte.
“Del mismo modo que los fenómenos que podemos observar en ciertos países donde los adolescentes se encierran en sus habitaciones y se aíslan de todo tipo de comunicación con el mundo que no sea a través de la computadora. Esta puede ser la vía de volverse globales pero también la vía de cerrarse y quedar por fuera del mundo.”
Euforia inicial
En la conferencia en la Universidad de Tel Aviv usted habló sobre el nuevo camino emprendido por las neurociencias. ¿Teniendo claro que no es realmente posible crear un modelo de la mente, cree usted que el cambio se dirige hacia la sustitución con prótesis, como por ejemplo un brazo robótico o un ojo artificial que están conectados y controlados por el cerebro?
“Si. Cuando se conversa con los investigadores del cerebro, se registra que un cambio ha ocurrido. Ha habido un cambio de las preguntas sobre cuestiones básicas – desde el intento de crear un modelo comprensivo sobre el funcionamiento del cerebro a la investigación aplicada al intento de construir en el menor tiempo posible, prótesis que serán capaces de ayudar a personas con discapacidades.”
¿Usted ve esto como un cambio en el cual la ciencia dejaría lugar para el inconsciente?
“Si, hasta un cierto punto. Luego de la euforia inicial, en la cual se imaginó que se podría lograr mucho en muy poco tiempo, no parece ser que las ciencias del cerebro hayan dejado de lado la idea de un modelo funcional de la mente. La corriente principal actualmente está focalizada en herramientas aplicables a un uso práctico.”
La ‘nueva psicología’ del capitalismo
El día de mi conversación con Eric Laurent, la Revista Haaretz publicó un artículo de la Profesora Eva Illouz titulado “Una mente correctamente manejada” ‏(15 de Junio). Laurent cita de este artículo: “¿Por qué el neoliberalismo funciona tan bien como sistema ideológico? Porque calza como un guante con la visión mundial dominante en tantos países del Oeste y promovida por la psicología popular: somos responsables de nuestros fracasos.”
Dejando el periódico de lado, Laurent afirma “Yo diría lo contrario: es el capitalismo quien ha creado para sí una nueva psicología a la medida de sus necesidades. Esto forma parte del corazón de la burocracia y del modo en el cual la medicina está construida, dentro de las nuevas estructuras de poder que controlan los países desarrollados. El sistema médico completo se ha convertido en un modo de ejercer el poder y catalogar a las poblaciones, para ubicarlas en un nuevo orden que se ve directamente afectado por la ciencia. Eva Illouz se refiere a las estadísticas del número de psicólogos en los Estados Unidos y la estadística de la “industria de la salud”, las cuales considera como dos entidades muy distintas. La psicología y en una medida mucho menor el psicoanálisis, son sólo una parte muy pequeña de aquello en lo que se ha convertido la medicina.”
Desde la experiencia personal de Laurent, el psicoanálisis fomenta en realidad el revolucionarismo social. En relación a su análisis con Jacques Lacan, relató que en el pasado el Dr. Lacan no le permitió perderse ni una sesión de análisis, ni siquiera por una de las manifestaciones que se realizaban en ese tiempo: Ese fue el período de las manifestaciones estudiantiles en Paris de los años 60. Para Laurent una de las cuestiones que pone aparte al psicoanálisis y lo diferencia de los abordajes de la psicología cognitiva es la posición en relación a los aspectos morales y éticos de la existencia humana.
“Freud nunca ignoró el hecho de que más allá de la cuestión de aliviar el sufrimiento, hay también cuestiones de ética y moralidad,” afirma “Cómo vivir una vida consistente con la moral – ‘trabajar y amar,’ cómo él ha dicho − y al mismo tiempo rechazar las falsas ideas de moralidad contemporáneas.”

Traducción por Cecilia Rubinetti

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