El mecanismo de la psicosis
Por años, los lacanianos estuvieron habituados a
asociar este concepto con el nombre del padre. Luego, Miller lo amplió,
una propuesta rechazada por algunos autores, al plantear que provoca una
pérdida de la delimitación diagnóstica.
Por Silvia Ons*
Durante
mucho tiempo, los lacanianos estuvimos habituados a asociar únicamente
la forclusión con la concerniente al nombre del padre. Miller nos
acostumbró a incluir el concepto de "forclusión generalizada" como la
que se define por una transferencia de lo simbólico a lo real: todo el
mundo delira, todo el mundo está loco. Esta idea es cuestionada por
determinados autores, quienes consideran que haría ampliamente
extensible el campo de la psicosis, perdiéndose así, la delimitación
diagnóstica. Así como otrora y debido a la influencia de Maleval se
cometía el abuso de encontrar siempre locuras histéricas, cuando en
verdad existían signos de psicosis, hoy muchas veces, se comente el
mismo abuso en diagnosticar psicosis expandidamente. Sin embargo,
conviene aclarar que la proposición "todo el mundo delira" no es lo
mismo que decir "todo el mundo es psicótico", los delirios de todo el
mundo se vinculan con la proliferación de sentidos que en este sentido
rechazan lo real como lo "fuera del sentido" y no suponen forclusión del
nombre del padre.
Lacan no habla de forclusión generalizada pero se refiere a otras
forclusiones, diferentes a las del nombre del padre particularmente en
dos ocasiones: la primera cuando analiza el capitalismo, la segunda
cuando responde a una pregunta que se le formula en el Seminario 23.
Vayamos, en principio, a esta última. Dice: "anoche me preguntaron si
había otras forclusiones además de la que resulta de la forclusión del
nombre del padre. Es muy cierto que la forclusión tiene algo más
radical. El Nombre del Padre es, a fin de cuentas, algo leve. Pero es
verdad que eso allí puede servir, mientras que la forclusión del sentido
por la orientación de lo real, pues bien, aún no hemos llegado a
eso..." Si bien algunos podrían creer que el concepto de forclusión
generalizada tendría allí su raíz, considero que Lacan se refiere a algo
bien diferente ya que forcluir el sentido por orientación de lo real no
prosigue la línea del delirio sino que, al contrario, cercena tal
proliferación de sentido, ya que está orientada por lo real, fuera de
sentido. Lo anterior se aclara si tenemos en cuenta que en el seminario
anterior, Lacan había dicho que la realidad psíquica es religiosa
considerando que ella anuda lo simbólico, lo imaginario y lo real en
Freud. Al mismo tiempo diferencia su nudo del freudiano, ya que él
quiere un anudamiento en el que lo real pase por encima (surmonter) de
lo simbólico, ello no implica un imaginario dominio de lo real sino,
creo, que el impasse que engendra lo real impida que proliferen los
delirios psíquicos. Se puede delirar con el inconsciente y explicar
todos los acontecimientos por su supuesta determinación, extralimitando
así sus efectos. Tal vez por ello Lacan emparentó la realidad psíquica
con la religiosa cuando se la cultiva en exceso. Traspasar la realidad
psíquica como realidad religiosa consuena con el rechazo de Lacan a la
identificación en el fin del análisis como identificación con el
inconsciente ¿Sería quizás entonces la forclusión de sentido aquella
producida por el psicoanálisis? Se trataría así de un tipo de forclusión
esperable ya que la aspiración de Lacan es la de arribar a un sentido
real y ello supone una necesaria reducción de la profusión de sentidos.
Cuidemos entonces de hacer una apología de la locura, la locura de cada
uno, sí, pero bien reducida por su amarre a esos trozos de real frente a
los cuales los delirios empalidecen.*Psicoanalista EOL. Contribución en publicación virtual de anticipación al V Encuentro Americano de Psicoanálisis de Orientación Lacaniana "La salud para todos no sin la locura de cada uno (a la luz del psicoanálisis)".
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-27360-2011-02-10.html